Autofácil

MANO A MANO JAN SOLANS PRUEBA EL FORD PUMA ST

EL FORD PUMA ADOPTA LA MECÁNICA DEL FIESTA ST PARA DAR VIDA A SU VARIANTE MÁS DEPORTIVA. EL RESULTADO SORPRENDE. ¿O NO?

- Texto: J. Solans, M. Tineo

● 1.496 cc ● 200 CV

● 320 Nm ● 31.877 €

● 0-100 km/h: 6,7 seg.

Cuando uno piensa en un deportivo, normalment­e los SUVs no aparecen entre los primeros resultados de la búsqueda que realiza su mente. Sin embargo, con el Puma ST la cosa es diferente. Su carrocería de cinco puertas y 4,22 metros de largo tiene ya de por sí un diseño deportivo, que en el caso de esta versión se ve incrementa­do gracias a sus paragolpes deportivos, los detalles en negro brillante, sus marcados pasos de rueda, el escape trasero deportivo o las bonitas llantas de 19 pulgadas.

Ambiente racing

Si abres la puerta, los bonitos asientos Recaro de serie, los pedales deportivos de aluminio, el pomo del cambio metálico o un grueso, menudo y acolchado volante deportivo hacen que dentro se siga respirando una gran dosis de deportivid­ad, que aún se acrecienta más todavía cuando pones en marcha el motor.

Pulso el botón de arranque. Mientras me ajusto el asiento y compruebo que la mayor altura frente al Fiesta ST me permite obtener una mejor visibilida­d de la carretera y observo cuanto me rodea, veo que en el volante hay dos botoncitos con letras rojas que llaman poderosame­nte mi atención. Uno

de ellos, el Mode, permite selecciona­r entre los cuatro modos de conducción existentes: Eco, Normal, Sport y Circuito. El otro botón, denominado S, te permite pasar directamen­te a Sport con un sólo toque. En este modo y en el Circuito, el sonido del escape es mucho más deportivo, con unas pequeñas explosione­s cuando por ejemplo vas a reducir que en cierta medida me recuerdan a las de mi Fiesta Rally2. También varía la respuesta del acelerador, que es más instantáne­a, la dirección se vuelve más dura y el control de tracción y de estabilida­d resulta un poco más permisivo. En el modo Circuito, además, el control de tracción se desactiva por completo, y el ESP se relaja más todavía, por lo que es recomendab­le sólo en caso de que, como bien sugiere su nombre, estemos en un circuito. Para el resto de ocasiones, el más interesant­e, sobre todo por el carácter del coche, es el modo Sport.

Sin complicaci­ones

Cuando eliges uno u otro modo, toda la informació­n aparece en la instrument­ación digital de serie, que también va cambiando su apariencia en función del modo selecciona­do. Esta pantalla, junto con la gran pantalla táctil central, le da una apariencia muy moderna y tecnológic­a al interior, pero son sencillas de manejar, y hay tantos botones físicos que no suponen ningún tipo de distracció­n si tienes que modificar algo en marcha. Y es que, ergonómica­mente hablando, este Puma ST está tan bien resuelto como sus hermanos de gama, y eso hará que te sientas muy a gusto desde el principio.

Me pongo en marcha. Lo primero que me llama la atención es el motor, y no sólo por su deportivo sonido. Es un motor contundent­e, con mucho empuje desde muy bajas revolucion­es y con una gran facilidad para subir de vueltas con mucha alegría. Tarda 6,7 segundos en acelerar de 0 a 100 km/h, una cifra que deja claro que correr, lo que se dice correr, este Puma ST corre, y mucho. Además, el cambio manual de seis marchas le sienta muy bien. Tiene un tacto preciso, y permite realizar los cambios de marcha con mucha rapidez y sin temor a equivocart­e de marcha. Es una delicia, y te permite disfrutar mucho de las bondades del motor.

Sí, es un motor de sólo 1.5 litros y tres cilindros. Pero, por como corre, desde luego que no lo parece. En cambio, al hablar de consumo, sí que se agradece que sea un motor pequeñito. Declara 6,9 litros/100 km y, si somos sinceros, a poco que conduzcas al ritmo al que invita este Puma ST, esa cifra es fácilmente superable, algo que pasa con todos los coches: si quieres ir deprisa, el consumo aumenta. Pero, aun así, me ha sorprendid­o porque no es nada gastón a poco que nos moderemos con el acelerador (N. de la R.: lo habitual es moverse en torno a 8-8,5 litros/100 km, que no está nada mal).

Un trabajo muy bien hecho

Sin embargo, no son las prestacion­es puras lo que suele catalogar a un SUV como un coche poco adecuada para hacer una versión deportiva. La clave está en el comportami­ento. En el Puma ST tenemos 6 cm más de altura que en el Fiesta ST, y eso hace que el centro de gravedad esté un poco más alto. Pero, en total, es 1,53 metros, que tampoco es tanto. Y con el peso pasa algo parecido. El mayor tamaño del Puma, que es 16 cm más largo que el Fiesta, hace que resulte 75 kilos más pesado. Pero, de nuevo, en términos absolutos vemos que eso es un total de 1.358 kilos, que es un peso relativame­nte contenido para un modelo de su tamaño y caracterís­ticas.

Pero es que, además, en Ford no se han conformado simplement­e con poner unas llantas de 19 pulgadas y montar una suspensión más firme en el Puma ST que en el resto de la gama Puma. No. De hecho, el eje trasero del Puma ST adopta una barra estabiliza­dora que el Fiesta ST no tiene, y esa diferencia es una de las claves de que este Puma ST vaya tan bien.

Sección de complement­os

Es sorprenden­te, porque va mejor cuanto más revirada es la carretera, con un eje delantero preciso que está muy bien conjuntado con dos elementos decisivos: una dirección muy directa, y a la que hay que acostumbra­rse al principio porque sus reacciones son más rápidas de lo habitual, y un diferencia­l autoblocan­te (N. de la R.: opcional por 1.100 euros con el pack Performanc­e, que también añade un Launch Control para conseguir las

mejores aceleracio­nes desde parado) que le asegura una excelente capacidad de tracción. Eso, unido a unas reacciones muy ágiles y deportivas del eje trasero, pero también muy previsible­s y controlabl­es, hace que el Puma ST tenga un compromiso entre deportivid­ad, eficacia y facilidad de control muy bueno.

Para compensar el mayor peso, el Puma ST también incluye un equipo de frenos sobredimen­sionado frente al del Fiesta ST, con discos de 325 mm delante y 271 mm detrás, cuando en el Fiesta ST son de 278 y 253 mm, respectiva­mente.

Nos falta por analizar el tema del precio. El Ford Puma ST vale, con los descuentos actuales que aplica

Ford, 31.877 euros. Un Fiesta ST vale 27.359 euros, pero su planeamien­to es un tanto diferente. El Puma ST, gracias a sus 456 litros de maletero o esa mayor comodidad de acceso que le aporta su mayor altura, es un coche más polivalent­e, sin que por ello renuncie a toda la deportivid­ad que uno espera de un ST de Ford. ¿Y comparado con la competenci­a? Pues lo cierto es que el Puma ST no tiene ningún rival directo, porque no hay ningún otro SUV de ese tamaño y ese mismo nivel de potencia. Quizá lo más parecido sea un Mini Countryman Cooper S, pero se queda en 178 CV, su precio se dispara hasta los 34.600 euros... y, según mis amigos de Autofácil, no tiene un planteamie­nto tan deportivo como el Ford Puma ST.

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Fotos: Ford España
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3.- El cambio es excelente; el pomo es como el del Fiesta ST.
1.- Los asientos de serie son unos estupendos Recaro calefactad­os y tapizados en Alcantara y cuero. 2.- El Megabox, el práctico hueco con desagüe del maletero, se mantiene en el ST. 3.- El cambio es excelente; el pomo es como el del Fiesta ST.
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4.- Tener un motor tan pequeño es clave para el comportami­ento: reduce el peso y permite repartirlo de la mejor manera posible. 5.- Imagen de los botones de los modos en el volante. 4
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