El CO2: la nueva divisa
■ “Hay una nueva moneda en la industria, y se llama CO2”, explicaba hace poco Michael Lohscheller, presidente de Opel, a un diario alemán. “Y se ha convertido en algo más importante que cualquier otra cosa, incluidas las ventas”. Con estas declaraciones, Lohscheller hacía referencia a un jugoso mecanismo incluido en la ley de los 95 gramos: la posibilidad de que los fabricantes se asocien (de hacer pooling, en el argot) para obtener una cifra global de emisiones medias mejor. De esta manera, aquellas marcas que se sitúen por debajo de los 95 gramos (por ejemplo, Tesla) pueden vender esos derechos de emisión a otras que estén interesadas en bajar sus cifras. Y según Lohscheller, esa alternativa no puede ser peor que pagar las “multas astronómicas europeas”. Por ejemplo, Fiat se ha asociado con Tesla, a la que ha comprado emisiones por importe de 1.800 millones de euros. Por su parte, Volkswagen se ha aliado con MG-Motors, filial del fabricante chino de coches eléctricos SAIC. Y, en la primera mitad de
2021, seremos testigos de muchas más de estas acciones de pooling.