UN MICROURBANO AL QUE SE LE QUEDA CORTA LA CIUDAD
● EL ACABADO X-Line no aporta nada a la hora de conducir el Picanto, ni bueno ni malo, a pesar de que la carrocería va 15 mm más apartada del asfalto. Sigue siendo ágil, maniobrable y bastante entretenido de llevar. Eso sí, al ser un coche para ciudad, esa minúscula mayor altura libre al suelo sí que puede ser de ayuda para no rozar los bordillos al aparcar en batería.
100 CV... ¿SÓLO?
Esta versión equipa el propulsor 1.0 T-GDI del grupo Hyundai-Kia, que en otros modelos desarrolla hasta 120 CV. El Picanto X-Line se conforma con 100 CV, aunque en la práctica parecen algunos más. De hecho, oficialmente entrega sus 100 CV desde sólo 4.500 rpm, pero por encima de ese régimen sigue empujando con rabia hasta las 6.000 rpm, y eso que los desarrollos de su transmisión son tirando a largos para que el consumo sea comedido. Y lo es, pues en la práctica registra unos 6,0 L/100 km, lo que se traduce en una autonomía de más de 550 km.
MULTIUSOS
El rendimiento del motor 1.0 T-GDI permite que este Picanto pueda salir de entornos urbanos con total garantía, pero el resto del coche también pone de su parte. No es especialmente cómodo debido a su algo seca suspensión, pero a cambio ofrece una buena estabilidad, cambia de dirección con inmediatez, frena con contundencia y, en general, otorga gran confianza a su conductor.