RESPUESTA DE PABLO GARCÍA, REDACTOR:
Desde luego, es una pregunta curiosa. Pero la respuesta es simple: los coches eléctricos pasan la ITV como cualquier otro vehículo con motor térmico... exceptuando, claro está, las pruebas referentes a las emisiones contaminantes. Por eso, se les revisa el estado de la carrocería, el acondicionamiento interior (asientos, cinturones, verificación del funcionamiento del velocímetro, del antivaho...), las luces, los frenos, la dirección, los ejes, neumáticos y la suspensión. Como en cualquier otra revisión, la aparición de un único defecto grave supone que la ITV sea desfavorable, lo que significa que el vehículo sólo podrá circular para ir al taller y, una vez subsanados los fallos, de vuelta a la estación ITV.
De igual forma, los coches eléctricos mantienen el mismo calendario de revisiones que un vehículo térmico: recuerda, para los turismos la primera inspección se pasa a los cuatro años de matriculación y, a partir de entonces y hasta que cumpla 10 años de antigüedad, cada dos años. De ahí en adelante, la revisión es anual.
Ojo, porque este calendario sólo varía si el eléctrico es un taxi... puesto que, como estos vehículos se consideran un servicio público, han de pasar una ITV anual hasta que cumplen cinco años y, después, una cada seis meses. Además, en cada ITV se les revisa el taxímetro.