TOYOTA RAV4 PLUG-IN HYBRID
TRAS DOMINAR EL SEGMENTO DE LOS SUV HÍBRIDOS, EL RAV4 SE INTRODUCE EN EL DE LOS ENCHUFABLES. ¿SERÁ LA EXPERIENCIA UNA GARANTÍA DE ÉXITO?
Toyota es sinónimo de híbrido, pero de momento no de híbrido enchufable. ¿Qué tal se les dan los PHEV?
Toyota se ha tomado con calma su introducción en el mundo de los híbridos enchufables, tras dominar durante mucho tiempo el de los híbridos convencionales con el Corolla, el C-HR o el RAV4. Bien es cierto que este modelo no es el primero de su gama con esta tecnología, ya que desde hace varios meses comercializa el Prius Plugin, aunque sus ventas son testimoniales.
El RAV4 Plug-in llega a un segmento donde hay una gran competencia, con especial presencia del Grupo Stellantis (fruto de la unión de PSA y Fiat) que tiene versiones híbridas enchufables en modelos como el Opel Grandland X, el DS 7 Crossback y el Peugeot 3008. Y hay más: Hyundai Tucson PHEV, Land Rover Discovery Sport, Audi Q5, BMW X3...
A priori, la propuesta de Toyota es semejante a la que ofrecen la mayoría de sus competidores, con una mecánica de en torno a 300 CV y tracción a las cuatro ruedas gracias a un motor eléctrico ubicado en el eje posterior. Sin embargo, este RAV4 promete una autonomía 'cero emisiones' de 75 km (98 km en ciclo urbano), una cifra superior a la media y que está muy cercana a la real (es sencillo lograr unos 65 km).
En el resto de apartados, no hay grandes diferencias respecto al RAV4 convencional: la calidad de acabado es muy buena (casi digna del segmento premium), y está entre los modelos más espaciosos para transportar a tres adultos en las plazas traseras. Aunque la presencia de una batería de mayor tamaño hace mella en la altura al techo (la diferencia es pequeña) y, sobre todo, en el maletero, que pierde 60 litros (se queda en 520 litros).