El combustible está ¡por las nubes! CARLOS BENAVIDES
(ÁLAVA)
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con el precio del combustible. Y supongo que, al igual que yo, lo estarán también la práctica totalidad de los lectores de Autofácil.
Hace unos días he repostado gasolina ¡a más de 1,5 €/L! y que conste que lo he hecho en mi estación de servicio habitual, que ofrece unos precios en la media de mi zona. Además, doy gracias a que yo, aunque tengo que coger el coche para ir al trabajo, no tengo que recorrer grandes distancias a diario... porque para quien lo necesite, he llegado a ver el gasóleo por encima de 1,3 €/L. He investigado un poco y, según el Boletín Petrolero de la Unión Europea, los precios del diésel están a niveles similares a los de noviembre de 2018 y los de la gasolina, a los de ¡septiembre de 2014!
Vamos, que desde el verano del año pasado (¡qué cosas, el combustible siempre sube en verano!), la gasolina está hasta un 22 % más cara y, el diésel, un 20 %. Y vale, también soy consciente de que, desde el año pasado (cuando el descenso de la demanda lo dejó por los suelos), el precio del barril de petróleo prácticamente se ha duplicado... pero lo peor es que durante la pandemia el precio de los combustibles no llegó a costar la mitad.
En suma, que los conductores siempre pagamos el pato. Y, encima, el Gobierno está emperrado en incrementar el tramo impositivo del gasóleo. Pero bueno, ¿no se supone que el Ejecutivo debería estar tomando medidas para que los ciudadanos superemos mejor la crisis? Pues entre la subida del coste de combustible y la del precio de la luz, me da que, además de poner la lavadora a las 4 de la mañana, voy a tener que cambiar mi coche por unas cuantas bicicletas...