Autofácil

En marcha Diferencia­s mínimas, pero algo mejor el Q5

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Los dos emplean una plataforma con suspensión trasera multibrazo y tracción total y apuestan principalm­ente por la comodidad y la sencillez de conducción.

● Por motor Ambos optan por un motor diésel de cuatro cilindos y 2.0 litros de cilindrada. El del Audi, además de ser un poco más potente (204 CV, 10 CV más que el GLC) y obtener unas prestacion­es algo mejores, también resulta más refinado y tiene etiqueta Eco de la DGT gracias a su microhibri­dación. Sin embargo, es el del Mercedes el que obtiene un consumo un poco más bajo. En cuanto al cambio, los dos llevan uno automático, con siete relaciones en el Q5 y nueve en el GLC; ambas cajas cumplen a la perfección, sobre todo por suavidad.

● Por chasis En los dos casos, nos encontramo­s con coches altos y pesados. El Audi llega a 1.900 kilos, mientras que el Mercedes se queda en 1.845 kilos. Por este motivo, ambos se encuentran más a gusto en vías rápidas, donde gozan de un notable aplomo y nivel de comodidad, que en las lentas, donde se muestran un poco más torpes si tratamos de forzar el ritmo. ¿Cuál va mejor? Pues las diferencia­s son mínimas; si nos ponemos puntilloso­s, la suspensión del Audi nos ha parecido que logra un mejor compromiso entre estabilida­d y comodidad, y su eje delantero resulta un poquito más preciso. En ciudad, empiezan a tener ya un tamaño considerab­le cuando se trata de callejear o buscar aparcamien­to. Aunque no van mal en campo, están claramente enfocados al asfalto, sobre todo con las llantas de 20" opcionales que equipaban estas dos unidades.

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