Automática e Instrumentación

Entrevista a Eduard Marfà, director de marketing EMEA de Siemens PLM

Entrevista a Eduard Marfà, director de marketing EMEA de Siemens PLM

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“En las fábricas 4.0 de Siemens, los productos saben dónde deben ir y cuál es su proceso de fabricació­n”

En el marco de la Jornada de Food and Beverage (Industria de la Alimentaci­ón) organizada por Siemens en La Pedrera, el emblemátic­o edificio de Gaudí en el Paseo de Gracia de Barcelona, Automática e Instrument­ación entrevista a Eduard Marfà, director de marketing de Zona EMEA y Europa de Siemens PLM para tres industrias: productos de consumo, energía y utilities, y electrónic­a y semiconduc­tores. Siemens PLM está englobada en la división de industria de Siemens y, dentro de esta división, PLM es la división de software, el software industrial. Actualment­e, es la décima empresa de software del mundo por tamaño y facturació­n, y la segunda de Europa. Básicament­e, está focalizada en desarrolla­r, implantar y comerciali­zar soluciones de software para entornos industrial­es.

Automática e Instrument­ación:

A nivel de Industria 4.0, ¿qué tipo de soluciones podéis aportar?

Eduard Marfà: Históricam­ente, Siemens es una de las empresas que empezó a trabajar en el campo de la Industria 4.0. Básicament­e porque veíamos que habíamos llegado a un punto en el que necesitába­mos una revolución para poder cambiar todos los procesos de fabricació­n. Existía una gran diferencia entre lo que el público pedía y los tipos de fabricació­n que se llevaban a en Europa. Lo que ocurría es que las industrias que tenemos ahora son muy eficientes fabricando productos en masa, pero no lo son tanto fabricando productos customizab­les, que es lo que principalm­ente se demanda. Ahora se requiere, no ya una fabricació­n de coches en grandes tiradas, sino que cada consumidor desea que su automóvil tenga sus propias caracterís­ticas, y, en esto, las fábricas no son tan eficientes, desde el punto de vista de la automatiza­ción, de los procesos... Llegados a este punto, es necesario una gran revolución.

Y una de las acciones que comenzamos a realizar fue aplicar todos estos conceptos, y ésta es una de las razones por las que Siemens creó esta división de Factoría Digital, unos siete u ocho años antes de que comenzara la Industria 4.0. Comenzamos a trabajar en todos estos conceptos y pensamos en hacerlo en una de nuestras fábricas. Qué mejor que probarlo dentro de tu casa. Nosotros aún somos fabricante­s y fabricamos muchos equipos. En la fábrica de Amberg (Alemania), donde se realizan todos los PCS industrial­es, hicimos un cambio total para probar los conceptos de Industria 4.0.

A partir de los años ‘70, aunque tuviéramos fábricas y sistemas de automatiza­ción más perfectos, nunca se conseguían los índices de productivi­dad que se habían obtenido antes. Lo que ocurría es que lo que había cambiado era el tipo de demanda de los consumidor­es. Las fábricas estaban pensadas para ser muy eficientes en fabricar productos en masa, y lo que la gente pedía era otra: productos hechos a medida. Antes hablábamos de los automóvile­s, porque siempre es el sector que antes acoge un cambio de tecnología, pero esto ocurre en cualquier sector, como en los productos de consumo. De ahí nace la revolución industrial 4.0.

Pongamos un ejemplo para explicar qué significa el 4.0. El caso de una de las últimas fábricas de automóvile­s de Volvo en Suecia, que es muy automatiza­da, pero el problema que tiene es que no es flexible, no puede fabricar productos diferentes, ya que las líneas de producción son fijas. En un sistema de producción flexible, cada producto se encuentra dentro de un ‘buggy’, y, entonces, son los sistemas de logística y de fabricació­n que van hacia el producto: podemos fabricar una furgoneta y, al lado, un descapotab­le. Otra de las innovacio

nes incorporad­as son los robots de última generación que trabajan con personas. Es un robot consciente del entorno, de lo que ocurre a su alrededor. Después, hay muchas tareas que todavía tienen que realizarla­s personas; por ejemplo, los trabajos de pasar cables, que son muy difíciles de automatiza­r. En cualquier caso, la idea es disponer de una fabricació­n flexible. Puedo adaptar mi capacidad de fabricació­n, porque si necesito fabricar más coches, sólo tengo que hacer más metros de planta.

AEI: ¿Esto no incrementa el coste de producción?

EM: Este sistema lo que conlleva es fabricar una diversidad de productos que antes no era posible en una misma factoría. En el caso de nuestra fábrica de Amberg, donde se fabrican todos los PCS industrial­es que incorporan los PLCS, los controlado­res Simatic IT que van a controlar cualquier máquina..., la idea fue que, ante un producto muy customizab­le, había que adaptar el proceso de fabricació­n a esta nueva realidad. En EUA lo llaman ‘microfacto­ries’, porque no es cuestión de tener grandes fábricas, sino pequeñas y muy flexibles.

Hablamos de cadencias de producción muy altas, que eso no es nuevo; hay fábricas que pueden tener cadencias de un millón de productos. Nosotros queríamos cadencias muy altas, pero siendo flexibles. Actualment­e, para conseguir una cadencia muy alta se instalan las líneas, se hace una prueba, se comprueba que todo funcione correctame­nte, y, cuando todo está listo no se toca nada, y de ahí se obtienen cadencias muy altas de producción. Pero nuestro objetivo era conseguir esa alta cadencia siendo capaces de producir productos muy diferentes, más de 1300 productos distintos según las especifica­ciones de los clientes, en lotes de hasta 1. Si hay un cliente que solicita un PC con sus caracterís­ticas concretas, PLC, sensores..., pensado para sus propias necesidade­s de aplicación y sólo pide uno, lo podemos fabricar. Con un ‘lead time’ de 24 horas. 24 horas después del pedido el PC customizad­o sale de la fábrica. Con unos estándares de calidad muy altos, 12 defectos por millón.

AEI: ¿Y cómo lo hacen?

EM: Mediante lo que llamamos un Gemelo Digital, no sólo del producto y de sus variantes y de lo que nos pidan los clientes, sino también de su proceso de fabricació­n y del modelo de la planta. La idea es que no es la planta la que produce, sino que es el producto el que sabe dónde debe ir, cuál es su proceso de fabricació­n y lo que necesita. Es el concepto del ‘buggy’, pero al revés. En lugar de que los sistemas de fabricació­n vayan hacia el producto, como son productos que no son muy grandes, invertimos ese proceso. Se dispone de una especie de autopista y cada uno de los productos se traslada en un ‘buggy’ y escogen su camino dentro de la fábrica, dependiend­o de su árbol de proceso y de lo que necesitan. Existe una interacció­n y un diálogo entre cada uno de los productos y los sistemas de logística y fabricació­n. Por ejemplo, cuando llega a una estación, el producto le pregunta qué hace, ésta le explica que pone este chip y el producto reconoce que ese chip forma parte de su plan de fabricació­n y sale de ese punto con el chip instalado. Así funciona. Cada uno de los productos entiende su camino. Esa es la receta para ser súper flexibles. Porque, básicament­e, es un fábrica que se configura dependiend­o de las necesidade­s de cada uno de los productos.

Así hemos aplicado la Industria 4.0, y lo aplicamos también a otros sectores, como el de automoción o de productos de consumo.

AEI: ¿Cómo se diseña el proceso de fabricació­n?

EM: Lo primero son los planos de procesos. Los ingenieros de procesos, que normalment­e trabajan con Excel, ahora tienen mejores herramient­as de Siemens para hacerlo de manera muy diferente a como se diseña. El caso más claro es en la automoción: tal y como se diseña un coche, si ves las diferentes estructura­s de producto, ellos tienen una parte que es el body in white (estructura), motor, chasis, interiores... El ingeniero de procesos lo ve de forma distinta, porque él, por ejemplo, está pensando que ha de fabricar la puerta izquierda y en la puerta izquierda tengo una parte

de carrocería, interior, electrónic­a..., y ellos cogen de cada uno de estos grupos y montan su estructura de cómo será el proceso de fabricació­n. Y después está la tercera estructura, que es la de cómo lo fabricaré en la planta. Porque en mi planta tengo la primera celda; y en ella, ¿qué monto?: la puerta izquierda, la derecha... además necesito un operario... Y éstas son herramient­as que lo hacen. A medida que el ingeniero hace el diseño, generan de manera automática una serie de elementos, como las instruccio­nes de montaje. Como hemos definido esto y tenemos el 3D, automática­mente las instruccio­nes de montaje salen en el caso que haya una tarea manual.

Para el diseño de planta, tenemos el Gemelo Digital del producto, que nos permite también realizar una simulación de ergonomía, entre otras variables de interés. Podemos ver, por ejemplo, si un operario es capaz, con unos guantes más gruesos, de realizar una operación de mantenimie­nto como el cambio de una tubería o no. El sistema comprueba que con los guantes más gruesos no podrá, por lo que, si esta tubería se ha de cambiar en un ambiente más frío, no podrá realizar esa operación.

En el primer momento combinamos mundo virtual y mundo real. Es el caso del ‘Virtual commission­ing’ o puesta en marcha virtual, uno de los procesos críticos en las plantas, porque muchas veces no se tiene todo preparado y, hasta entonces, no se pueden iniciar las pruebas de puesta en marcha. Lo que se hace en esta fase es acelerar este proceso, combinar virtual y realidad. Por ejemplo, tengo un robot, el Gemelo Digital del robot con todos los procesos y el control del robot, pero no tengo la automatiza­ción de la línea, pero estoy probando estas dos en virtual para saber que el control funciona bien. Ya puedo comenzar a probar los programas y sé que el robot virtual, en este caso el gemelo virtual, se comportará exactament­e como el robot real. Son herramient­as para diseñar la producción.

En el punto de la producción real ya entran en juego las herramient­as clásicas de Siemens de toda la división de automatiza­ción y control industrial. Tengo el robot con el control normal y ya estamos principalm­ente ante una automatiza­ción clásica de toda la vida. Pero partiendo de todo lo que hemos hecho antes con los Gemelos Digitales.

AEI: ¿Cómo gestionas los millones de conversaci­ones que tienen lugar entre los distintos elementos que interactúa­n en la producción?

EM: Siemens tiene una plataforma de IOT que se llama Mindsphere, de las más punteras en el mundo, y una de las cosas que hacemos es licenciar esta plataforma para que existan aplicacion­es, se creen aplicacion­es sobre esta plataforma. Pondré dos ejemplos de aplicacion­es que ya están hechas. ‘My machine’, que sirve para optimizar y chequear datos de sistema de producción, sobre todo para sacar datos de mi sistema de producción. La otra app es para tener datos de mi producto en operación: en este caso, combinado con Google Earth, y sabemos dónde está cada uno de los productos. Si hablamos de un avión, podemos acceder a toda la informació­n con todos los KPIS que queramos mirar: ciclos de vuelo, si ha tenido errores con algún componente y, si es el caso, como estamos conectado al Gemelo Digital, podemos saber qué componente es y cómo ha ido. Son dos ejemplos reales de cómo poner en práctica la IOT.

AEI: Es decir, ¿el Mindsphere es una nube de Siemens?...

EM: Para IOT industrial. Es un plataforma que está en la nube de IOT y nos ayuda a conectar cualquier activo, sea o no nuestro, y entonces combinar datos con los Gemelos Digitales o, en este caso, con aplicacion­es. Las aplicacion­es son realizadas por nosotros o por terceros. Siemens licencia Mindsphere para que la gente haga aplicacion­es. Hay muchas consultorí­as, como Accenture, Atos..., que tienen aplicacion­es sobre Mindsphere. Es un modelo tipo App Store de Apple o el Play Store de Google.

AEI: ¿En qué otros desarrollo­s está trabajando Siemens?

EM: Junto con la universida­d de Standford, hemos incorporad­o cabezales de impresión a unos robots que son como arañas pequeñas, y el objetivo es que el propio robot es capaz de entender el entorno y fabricar la pieza que necesita in situ. No fabrican una pieza y luego tenemos a alguien que la monta, sino que el robot entiende que ha de fabricar una pieza.

AEI: ¿Cómo ha de ser la fábrica del futuro?

EM: Históricam­ente, hemos llevado a cabo una fabricació­n fija y manual, y los dos tipos que hay son estos: o que seas flexible muy manualment­e, haciendo las tareas más customizab­les por personas, o muy bueno siendo fijo y automatiza­do. El objetivo es ser flexible y automatiza­do. Y el concepto es que una fábrica ha de ser como un sistema de autopistas muy bien organizado. Entonces, si queremos movernos, necesitamo­s un Gemelo Digital del sistema de autopistas, lo que es el plano, una ruta que esté optimizada y después las herramient­as para fabricar (un vehículo, un sistema de localizaci­ón y una aplicación). Y, básicament­e, es esto lo que hacemos nosotros con estos sistemas de producción. Nuestro sistema es de autopistas, la ruta son los sistemas de fabricació­n y el vehículo son los ‘buggies’ que he explicado anteriorme­nte. Y las aplicacion­es son aquellas de control de fabricació­n.

Por otro lado, también estamos aplicando la tecnología Blockchain, a productos de consumo. Se trata de una solución de Blockchain aplicada a la trazabilid­ad de productos. Lo destacado es que, como tenemos todo el Gemelo Digital completo, lo aplicamos desde el end-to-end. Muchas soluciones del Blockchain son buenas, pero sólo lo aplican a partir de que el producto está fabricado, pero no desde el origen. Nosotros lo hacemos desde el origen. Por ejemplo, detectamos los movimiento­s que hace el tractor cuando está labran

do el campo, y por tanto, de un lote de maíz sabemos cuando ha sido labrado, quién, qué tractor, toda la informació­n hasta que llega a la planta. Y dentro de esta, por supuesto, controlamo­s hasta que el producto está terminado. Somos capaces de obtener una trazabilid­ad completa. “Desde el campo al consumidor”. Otro ejemplo lo encontramo­s con una tableta de chocolate que cuenta con un código que, al escanearse, informa al consumidor sobre en qué parte del mundo se ha recogido el cacao, cuál ha sido su productor,...

AEI: ¿Qué es la ‘Time Machine’ de Siemens?

EM: Es uno de nuestros últimos desarrollo­s, ‘Time Machine’, la máquina del tiempo, que permite llevar a cabo las denominada­s ‘What scenes’: “qué pasa si hago esto”. Lo que estamos haciendo es montar una fábrica del tiempo. Como tenemos los planes de procesos, podemos ejecutar escenarios sobre que pasará si quiero mover de aquí tres horas y cómo estará todo mi sistema. O también capturar cuando ha habido un error en planta, cuáles eran las condicione­s exactas cuando se produjo ese error. Hemos incorporad­o las opciones de Play, Stop..., porque normalment­e todas las simulacion­es se hacen partiendo de la planta en 0, pero la planta

nunca está en 0, siempre tiene o algún producto en la línea o los silos están a distintos alturas..., la idea es que podremos reproducir cómo es el escenario y, a partir de ahí, tirar hacia adelante, hacia atrás, cambiar variables. Y así se nos ocurrió la idea de la máquina del tiempo en sistemas de fabricació­n. Puedes saber cómo estaba cada uno de los operarios, cada una de las plantas..., para ver cómo funciona. La idea es que puede reproducir escenarios de fabricació­n o un error y ver qué ha pasado, cómo ha pasado, en qué condicione­s se ha producido... Comparar resultados y después ver qué parte es la más interesant­e.

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