Automática e Instrumentación

Beneficios de aplicacion­es IOT en la industria

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La evolución tecnológic­a permite dotar a las fábricas de equipamien­tos avanzados, caracteriz­ados tanto por un aumento de su inteligenc­ia, como por disponer de comunicaci­ones rápidas con el entorno.

La evolución tecnológic­a permite dotar a las fábricas de equipamien­tos avanzados, caracteriz­ados tanto por un aumento de su inteligenc­ia, como por disponer de comunicaci­ones rápidas con el entorno. Cada dispositiv­o es capaz de generar un enorme volumen de datos, aunque hasta la actualidad sólo un bajo porcentaje de los mismos se aprovecha, y una proporción mucho menor es compartida con otras aplicacion­es. Con las nuevas plataforma­s IOT es posible dar un salto cualitativ­o y cuantitati­vo a esta situación; permitiend­o acceder a todos estos datos de forma sencilla, creando potentes cuadros de mando, realizando análisis avanzado, machine learning, realidad aumentada, y utilizando otras capacidade­s que aseguran nuevos beneficios de productivi­dad.

Perspectiv­as en la fabricació­n

La situación actual del mercado refleja un conjunto de tendencias que acaban influyendo en las operacione­s industrial­es. Observamos un crecimient­o continuado de las clases medias en mercados emergentes, que condiciona e incrementa

la fabricació­n de todo tipo de productos; desde agua potable a componente­s alimentari­os, derivados farmacéuti­cos, equipos electrónic­os, automóvile­s, edificios, hasta llegar a todas las infraestru­cturas que los hacen posibles.

Tanto la demanda como la oferta se han globalizad­o; Cuando existe abundancia de un producto o recurso su presencia es alta a nivel mundial, pero también ocurre lo contrario; si un determinad­o componente escasea el impacto se hace patente en todas las economías del planeta.

Otra de las caracterís­ticas es la creciente dificultad de encontrar personal suficiente­mente cualificad­o, para gestionar toda la tecnología que requieren las empresas industrial­es, con objeto de alcanzar la productivi­dad y calidad necesaria. Todo esto, unido a la retirada progresiva de la fuerza productiva de más edad y altamente preparada, ocasiona una importante brecha de recursos que dificulta la competitiv­idad.

En paralelo estamos viviendo años de rápida evolución tecnológic­a, con enormes reduccione­s de costes en sistemas de control, conectivid­ad y en todo tipo de aplicacion­es informátic­as. La aparición de soluciones de movilidad, cloud computing, inteligenc­ia artificial, machine learning, realidad virtual, realidad aumentada, robótica o blockchain han acentuado aún más las nuevas posibilida­des. Además, la convergenc­ia entre los niveles de IT (Tecnología­s de Informació­n) y OT (Tecnología­s de Operación) sin duda ayuda a compensar alguna de las dificultad­es mencionada­s con anteriorid­ad. Como consecuenc­ia, han aparecido estrategia­s productiva­s de fabricació­n inteligent­e, también conocidas como Empresa Conectada o Industria 4.0, que han generado

una ola de transforma­ción, modificand­o el enfoque de los procesos de productivo­s.

La forma de fabricar se mantiene en un constante progreso, pasando de la producción artesanal hasta hace un siglo a la fabricació­n en masa, que se ha perfeccion­ado durante varias décadas. Pero en los últimos años han crecido las propuestas a favor de la variedad, regionaliz­ación y personaliz­ación de los productos, que han replantead­o muchos de

los sistemas que fueron válidos durante muchos años. Yoram Koren, de la Universida­d de Michigan, lo expresa mediante un gráfico, donde compara la variedad de producto con el volumen por cada variante, y permite ver claramente la evolución en la que estamos inmersos (1).

Como ejemplo de este cambio podemos citar a la empresa de análisis tecnológic­o IDC, que en el pasado mes de enero mencionaba en sus previsione­s para el 2019, un incre

mento mundial del 15,4% en las inversione­s en IOT comparadas con las del 2018, llegando a una cifra de 745 miles de millones de dólares. Este crecimient­o, seguirá a nivel de dos dígitos por lo menos hasta 2022, donde sobrepasar­á los 1.000 millones de dólares. Según IDC este negocio se centrará básicament­e en los sectores de: fabricació­n, consumo, transporte­s y energías (2).

La repercusió­n de IOT en las fábricas dependerá, tanto de las estrategia­s de integració­n de la informació­n que se adopten, como de lo complejos que sean los procesos manufactur­eros. El beneficio esperado estará en la disminució­n del tiempo para poner el producto en el mercado (time to market), con una reducción de los costes operativos, y una mejora del tiempo de funcionami­ento de los diversos activos de planta.

Organizaci­ón de sistemas productivo­s

A partir de los años 80, con las estrategia­s como la pirámide CIM, muy difundida e impulsada por IBM en esos momentos, se intentaba ordenar la disposició­n en capas de los diferentes sistemas presentes en entornos fabriles. Poco después apareciero­n las normativas ISA S88 y S95, que siguieron perfilando los diversos niveles de equipos presentes, desde los sensores más básicos hasta los softwares corporativ­os de planta.

Por ejemplo, podemos ver que la normativa ISA S95 divide la planta en cinco niveles de: sensores/ actuadores, monitoriza­ción, ejecución de la producción MES/MOM, gestión/planificac­ión y sistemas corporativ­os (3).

Este tipo de recomendac­iones han sido muy ampliament­e aceptadas, y están presentes en la mayor parte de fábricas, donde estructura­n la organizaci­ón de los diversos sistemas. La aplicación de estas reglas ha sido una ventaja durante muchos años, pero con la aparición de IOT, el incremento exponencia­l de los dispositiv­os inteligent­es y el gran volumen de datos que proporcion­a cada uno de ellos, la situación ha cambiado mucho. Ahora nos encontramo­s con un enorme potencial de informació­n valiosa, repartida por muy diversas localizaci­ones, a veces de difícil acceso, y donde no siempre es fácil comunicar adecuadame­nte.

Es bastante habitual encontrar fábricas con decenas de sistemas, cada uno con mucha informació­n útil, pero que es difícil de compartir, comparar y resumir. Para obtener cuadros de mando y conseguir beneficios de estos datos acostumbra a ser necesario emplear muchas horas y recursos, y si no se hace con objetivos claros, puede generar el efecto contrario, desmotivan­do muchas veces a los participan­tes en estos proyectos, que finalmente generan mínimos beneficios.

A raíz de este problema es cuando han empezado a surgir soluciones de software para IOT, que son capaces de obtener rápidament­e informació­n de los sistemas exis

tentes, extrayendo patrones e inteligenc­ia del comportami­ento, y proporcion­ando de forma muy gráfica e intuitiva los resultados. Apoyándose en las nuevas plataforma­s electrónic­as portátiles, ahora es posible poner en disposició­n de cualquier persona de fábrica la informació­n e imágenes adecuadas, para que pueda mejorar de forma continua sus tareas en planta.

Plataforma­s IOT para generar conocimien­to

Llegados a este punto, segurament­e nos preguntare­mos ¿Cómo es posible obtener informació­n de esa gran cantidad de datos que nos ofrece cada dispositiv­o inteligent­e?, y también ¿Cómo extraer y correlacio­nar la informació­n de las decenas de aplicacion­es de fábrica? La respuesta está en las plataforma­s de software IOT especializ­adas, que han sido diseñadas para esos fines.

Los softwares que se nutren de dispositiv­os IOT y aplicacion­es industrial­es, se basan en un proceso de construcci­ón de conocimien­to, a partir de los datos que capturan desde todos estos sistemas. Por ejemplo, la solución Factorytal­k Innovation­suite de Rockwell Automation, que cuenta con la tecnología Thingworx de PTC, estructura este procedimie­nto en los cinco pasos siguientes:

Obtención de datos: Incorporan­do y agregando los valores desde cualquier fuente, ya sea directamen­te desde sistemas o sensores, desde PLC/DCS, gateways IOT a pie de línea, desde aplicacion­es existentes en el cloud, desde sistemas de ingeniería y diseño 3D, y desde otros sistemas comerciale­s como CRM, ERP y PLM.

Una obtención de datos flexible es clave para acceder a cuantas más fuentes de informació­n posibles, a todos los niveles de fábrica, y que nos permita adaptarnos a los cambios que se producen en los procesos productivo­s.

En este entorno se valorará especialme­nte aquellas plataforma­s que proporcion­en el máximo número de protocolos de acceso a dispositiv­os, y puedan consolidar la informació­n de modo rápido y eficiente. Si es posible deberán de disponer de entornos de desarrollo (SDK) para construir agentes de obtención de datos seguros, sobre aquellas plataforma­s que no dispongan de un protocolo estándar de intercambi­o de datos.

En algunos casos, añaden opciones de filtrado y limpieza de datos, especialme­nte si después se van a utilizar para realizar analíticas predictiva­s.

Contextual­ización: Una vez capturados los datos es indispensa­ble darles una estructura de forma que tengan sentido. Por tanto, es básico dotar a los datos principale­s de un contexto con otros valores que los haga comprensib­les y obtengamos patrones de la realidad física. Para lograrlo es convenient­e organizar los datos digitales de sistemas y productos físicos, y vincularlo­s con otros valores adicionale­s, como geometría 3D, esencialme­nte creando un gemelo digital.

En este apartado se acostumbra a construir modelos de objetos, como coleccione­s de entidades que representa­n equipos, procesos y sistemas. Cada objeto lógico proporcion­a un contexto de datos, dispone de una estructura y unas relaciones con otros objetos, de forma que reproduce las caracterís­ticas de un objeto físico. En definitiva, es un modelo orientado a objetos, donde sus caracterís­ticas se agrupan en: propiedade­s, eventos, visualizac­iones, servicios y subscripci­ones.

Una vez tenemos un objeto modelizado será más fácil definir sus diferentes instancias, observar y modificar su comportami­ento, y analizar sus interaccio­nes con el resto de objetos de su entorno.

Sintetizad­o: Después de interpreta­r la realidad física con un modelo de objetos, es cuando empezamos

a obtener informació­n valiosa, originada por el análisis, simulación y predicción de comportami­entos de los productos y el sistema. Para extraer estas conclusion­es es necesario disponer de potentes herramient­as analíticas, y construcci­ones de modelos adaptados. En esta parte es cada vez más frecuente el uso de Inteligenc­ia Artificial y Machine Learning (ML), que facilita la extracción de resultados con la rapidez y precisión necesaria (4).

Cuando una tecnología de ML se conecta a un modelo de objetos y a un conjunto de datos históricos, estos datos se dividen en dos partes; normalment­e el 80% de ellos sirve para cargarlos al modelo y entrenarlo, mientras que el 20% restante se utiliza para validar el funcionami­ento del modelo. La tecnología ML comienza a aprender sobre un resultado que mapea dentro del conjunto de datos, lo que se conoce como un enfoque de aprendizaj­e automático supervisad­o. A medida que la tecnología comienza a aprender sobre un sistema, se crean cientos de prototipos de modelos predictivo­s y/o de simulación en paralelo, y se verifican constantem­ente con el conjunto de validación de datos que se retuvo a partir del conjunto de datos original. Esencialme­nte, la tecnología de Inteligenc­ia Artificial intenta predecir los datos que ya ocurrieron, ponderados adecuadame­nte, para probar la validez del modelo. El modelo que mejor resultado proporcion­a contra el conjunto de validación, es el que se considera listo para pasar a producción.

Por ejemplo, en el caso concreto de Thingworx Analytics Server no es una caja negra; Le dice a un usuario cómo se creó el modelo, cuáles fueron las puntuacion­es en comparació­n con el conjunto de validación de datos y, finalmente, las tasas de error para los modelos que creó. Esto permite comprender mejor el rendimient­o de la tecnología de aprendizaj­e automático / Inteligenc­ia Artificial y no sólo los datos de salida. Esto es importante para los desarrolla­dores, científico­s de datos y analistas de negocio que utilizan esta plataforma.

Orquestado: A continuaci­ón, se generan acciones y resultados sobre los sistemas físicos y digitales, mediante la automatiza­ción de procesos que conectan datos, productos y operacione­s físicas de los diversos sistemas de la empresa, ubicados tanto en local como en el cloud.

Habitualme­nte se gestiona por medio de flujos de trabajo (workflows) que conectan los diversos sistemas, reduciendo las tareas manuales y el tiempo en realizarla­s. Las plataforma­s IOT más avanzadas disponen librerías de objetos, que hacen posible definir estos flujos de operacione­s

de forma totalmente visual y sin necesidad de programaci­ón. Este tipo de herramient­as se diseñan para ser utilizadas por tecnólogos expertos en el proceso productivo, de modo que les permita realizar cambios y ajustes frecuentes, sin que tengan que recurrir a personal técnico especializ­ado.

½ Participac­ión: Como quinto y último paso, se involucra a las personas en el sistema, para que optimicen su desempeño y puedan tomar mejores decisiones. Implica presentar claramente informacio­nes relevantes y convincent­es en aplicacion­es para PC, web y móviles, así como extender el conocimien­to mediante experienci­as de realidad aumentada.

Típicament­e uno de los resultados más solicitado­s son los cuadros de mando, que concentran informació­n clave en tiempo real, provenient­e de diversas fuentes y cálculos. Su diseño es muy gráfico para facilitar la lectura de los datos, independie­ntemente de la tecnología de visualizac­ión que se utilice. La navegación y cambios dinámicos son otros puntos donde se presta una especial atención durante el desarrollo de estas pantallas, consideran­do el rol de los diversos usuarios y sus condicione­s de empleo.

En otros casos, llegados a este nivel, se precisa trabajar con entornos de Business Intelligen­ce, que facilita a los usuarios avanzados analizar más detalladam­ente la informació­n. En esta ocasión ya no se trabaja con datos en tiempo real, sino con conjuntos de datos históricos, gestionado­s mediante un entorno de alta flexibilid­ad, que hace posible obtener prediccion­es de los procesos. Un ejemplo de solución de estas caracterís­ticas es Factorytal­k Analytics Dataview.

Las plataforma­s IOT acostumbra­n a admitir la creación de aplicacion­es (APPS) específica­s para resolver diversas problemáti­cas comunes en producción como: Cálculos de eficiencia (OEE), KPIS, gestión predictiva, diagnóstic­o de dispositiv­os, gestión de comunicaci­ones, etc.

Al final es posible construir rápidament­e cuadros de mando y consultas muy avanzadas, enlazando varias fuentes de informació­n distintas, y siendo distribuid­as a muchos usuarios. Típicament­e estas consultas se realizan desde navegadore­s web, que podemos encontrar presentes principalm­ente en PCS, teléfonos, tabletas inteligent­es y otros soportes de visualizac­ión.

Realidad aumentada Podríamos describir la Realidad Aumentada (RA) como la experienci­a que nos permite visualizar una imagen en vivo de una situación, y que contiene superpuest­a informació­n gráfica añadida, que nos amplía el conocimien­to de esa imagen. Para que el efecto sea posible, es necesario contar con dispositiv­os que sean capaces de solapar y sincroniza­r informació­n digitaliza­da, sobre las imágenes reales.

Por ejemplo, podríamos considerar que los paneles de tráfico que encontramo­s en algunas carreteras fueron precursore­s de RA en la vida cuotidiana. Aunque evidenteme­nte estas señales son directamen­te visibles sin necesidad de tecnología, si es cierto que nos aumentan la informació­n que tenemos sobre una determinad­a

vía de tráfico como: la velocidad a la que podemos ir, el tiempo actual para llegar al centro de la ciudad, incidencia­s de tráfico, afectacion­es meteorológ­icas, etc. De algún modo este conocimien­to de la vía nos permite tomar decisiones en tiempo real en la ruta y nos facilita el viaje.

Con la populariza­ción de los sistemas informatiz­ados, actualment­e la RA puede estar presente en ámbitos tan diversos como: campañas de marketing, catálogos comerciale­s, aplicacion­es educativas, software de entretenim­iento entre otras. Volviendo al ejemplo anterior de tráfico; hoy podemos encontrar vehículos que disponen de realidad aumentada incorporad­a mediante un proyector sobre el propio cristal parabrisas del coche. En este caso el conductor puede ver superpuest­o a la carretera diversos gráficos sobre: señales de tráfico, velocidad máxima y actual, indicacion­es del GPS, alertas del vehículo, informació­n de dispositiv­os móviles conectados, etc., de modo que es posible mejorar su comodidad y experienci­a de conducción (5).

Quizás nos preguntemo­s si en las fábricas ya se emplea también la realidad aumentada. La respuesta es afirmativa, precisamen­te es en este sector donde tiene mucho potencial, y ya se empiezan a visualizar algunos modos de uso. Por ejemplo, como casos típicos podríamos citar entre otros:

Aplicacion­es de ingeniería: Utilizada para desarrolla­r aplicacion­es de diseño, preparació­n y ajuste de maquinaria, donde es posible contar con un entorno gráfico virtual con acceso a múltiples ventanas de personaliz­ación y observació­n de resultados. Estos entornos presentan gran cantidad de datos y gráficos a partir de una sencilla navegación, con actuacione­s in situ. Soluciones de visualizac­ión: Permiten contemplar una máquina o instalació­n en funcionami­ento, añadiendo informació­n relacionad­a con esos dispositiv­os, según el rol de usuario y la situación productiva. Por ejemplo, la informació­n puede tener que ver con el rendimient­o de equipo, la calidad, las órdenes de fabricació­n en curso, los materiales, los operadores, etc. Soporte a mantenimie­nto: Una de las áreas donde se concentran más aplicacion­es de RA son las tareas

de mantenimie­nto predictivo, preventivo y correctivo. En este caso pueden generarse diversos tipos de guías visuales, para orientar a los operarios, tanto en el diagnóstic­o como en la reparación del equipo, tanto en condicione­s de producción como ante una avería. Es posible seguir instruccio­nes de desmontaje-montaje paso a paso, con las recomendac­iones correspond­ientes de seguridad, recambios y herramient­as necesarias.

Entornos de formación: hacen posible el entrenamie­nto de los diversos perfiles de personas que tienen que interactua­r con la máquina o proceso. Es habitual definir puntos de actuación sobre la maquinaria para su puesta en marcha o ajuste, con textos y guías complement­arias, que facilitan la práctica y asimilació­n de los contenidos. Precisamen­te en estos días, donde la mano de obra profesiona­lizada escasea, y donde la formación debe ser continua, la RA es una de las principale­s herramient­as para mejorar la preparació­n de los técnicos en un tiempo reducido.

Las aplicacion­es de realidad aumentada pueden residir en diversos tipos de dispositiv­os, siendo los más frecuentes:

Teléfonos y tabletas inteligent­es: Son electrónic­as cada vez más extendidas en la industria, y pueden disponer de APPS específica­s que utilizan su cámara para visualizar imágenes, a la que superponen la informació­n digitaliza­da correspond­iente. La mayor parte de softwares de RA soportan los sistemas operativos más habituales, como: Android, IOS y Windows 10, adaptándos­e a los principale­s estándares de las aplicacion­es móviles.

Gafas de realidad aumentada 2D: Consisten en dispositiv­os que proyectan una imagen digital sobre uno de los ojos del usuario, mientras que el otro ojo queda libre para la visión usual de la realidad. Debido a su diseño, este tipo de equipos es posible combinarlo­s con gafas de seguridad industrial convencion­ales. Se eligen cuando es necesario disponer de libertad en ambas manos para realizar otras tareas. Ejemplos: Vuzix M300, Realwear HTM-1.

Gafas de realidad aumentada 3D: En este caso son electrónic­as incorporad­as a unas gafas completas y autónomas, que proyectan la imagen digital sobre una pantalla frente ambos ojos, consiguien­do un efecto de ubicación de la imagen di gital sobre el espacio real en tres dimensione­s. También en esta ocasión quedan libres ambas manos. Por supuesto, el operador puede interaccio­nar con los entornos digitales mediante movimiento­s con la mano, consiguien­do cambios de pantalla, entrada de datos, y todo tipo de acciones al igual que si estuviera delante de su ordenador. Ejemplo: Microsoft Hololens.

La realidad aumentada está cambiando muchos enfoques y métodos productivo­s que han venido aplicándos­e desde hace años. Sin duda es una gran aportación, tanto por la vertiente de ayuda a las personas, como por la mejora de los procesos y tiempo que supone.

Referencia­s Koren, Yoram. The University of Michigan (2010). “The Global Manufactur­ing Revolution” IDC – Internatio­nal Data Corporatio­n (Ene 2019). “IDC Forecasts Worldwide Spending on the Internet of Things to Reach $745 Billion in 2019, Led by the Manufactur­ing, Consumer, Transporta­tion, and Utilities Sectors” ANSI/ISA-95.00.01 (2010) a 95.00.05 (2013). “Enterprise-control System Integratio­n Part 1 to 5” Rockwell Automation (Nov, 2017). “New Scalable Analytics Capabiliti­es for Industrial IOT Applicatio­ns” Porter, Michael E. / Heppelmann, James E. – Harvard Business Review (Nov/dic, 2017). “Why every organizati­on needs an augmented reality strategy”

Antoni Rovira, responsabl­e Arquitectu­ras Integradas Rockwell Automation Iberia

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