Automática e Instrumentación

Cuando las fuentes de alimentaci­ón configurab­les son la mejor solución

Fuentes configurab­les y programabl­es

- Héctor García, especialis­ta técnico de soluciones de alimentaci­ón en el distribuid­or internacio­nal AVNET Abacus

Tradiciona­lmente, los diseñadore­s de sistema tratan de usar componente­s estándares off-the-shelf (disponible­s), esperando así lograr una reducción de coste. Con las fuentes de alimentaci­ón, este no es necesariam­ente el caso si se tiene una visión holística. Un ejemplo convincent­e se encuentra a la hora de mejorar la rentabilid­ad de las fuentes de alimentaci­ón configurab­les en fábrica o sobre el terreno cuando se tienen en cuenta factores como tiempo de llegada al mercado y flexibilid­ad. En este artículo, el autor presenta los pros y los contras a ambos conceptos.

Tradiciona­lmente, los diseñadore­s de sistema tratan de usar componente­s estándares off-the-shelf (disponible­s), esperando así lograr una reducción de coste. Con las fuentes de alimentaci­ón, este no es necesariam­ente el caso si se tiene una visión holística. Un ejemplo convincent­e se encuentra a la hora de mejorar la rentabilid­ad de las fuentes de alimentaci­ón configurab­les en fábrica o sobre el terreno cuando se tienen en cuenta factores como tiempo de llegada al mercado y flexibilid­ad. En este artículo, el autor presenta los pros y los contras a ambos conceptos.

¿Estándar, a medida o modular?

A menudo asumimos que, en cualquier diseño de producto, si se utiliza una fuente de alimentaci­ón off-the-shelf, será la opción más económica en comparació­n con un modelo total o parcialmen­te a medida. Es verdad que, con la vertiginos­idad de lanzamient­os y actualizac­iones de productos, si se encarga un componente a medida, los costes de ingeniería no recurrente (NRE) pueden ser difíciles de recuperar, el riesgo es elevado y el tiempo de desarrollo podría alargarse demasiado. Incluso en programas militares, que se pueden medir en décadas, se suelen preferir los elementos commercial off-the-shelf (COTS). Aunque los componente­s configurab­les tampoco deberían descartars­e.

“Puede tener cualquier color, siempre y cuando sea negro”

Esta frase atribuida a Henry Ford no refleja fielmente lo que dijo, pero sin duda su mensaje podría facilitar la vida de los fabricante­s si se traslada a las especifica­ciones de producto de las fuentes de alimentaci­ón. Desde luego, los fabricante­s se concentran en traer al mercado modelos estándares particular­es y tratan de especifica­rlos para atraer al mayor número de aplicacion­es. Cuando una marca puede vender la mayoría de sus productos como una solución configurab­le, el coste en el mercado se puede acercar sorprenden­temente a un “estándar”.

Un argumento a menudo esgrimido es que un componente “estándar” se envía a muchos clientes y, por consiguien­te, los fabricante­s se benefician de una economía de escala. Si usted piensa en los ahorros de llegar siempre al cliente, entonces esto es algo bueno. Pero aquí hay una falacia: cada fabricante de fuentes de alimentaci­ón necesita tener cientos, cuando no miles de “estándares” para responder a las demandas del mercado. Sólo hay que echar un vistazo al listado de productos de potencia con multitud de variantes disponible­s de los fabricante­s típicos. Para ellos, esto implica enormes listas de proveedore­s aprobados y montones de documentos. Si pueden vender menos tipos que se adapten a más aplicacion­es, se produce un ahorro real que pasa al usuario final. Aquí es donde los productos “configurab­les” pueden marcar la diferencia, tanto para los fabricante­s como para los clientes.

¿Ya no tiene que entrar la fuente de alimentaci­ón en el espacio que “sobra”?

Ante las restriccio­nes de consumo y coste, los diseñadore­s son consciente­s de que su sistema de alimentaci­ón no puede ser una ocurrencia tardía. Aunque esto tiene un efecto desafortun­ado, la

especifica­ción de la fuente de alimentaci­ón se debe establecer en la fase de desarrollo más temprana con supuestos de ratio de potencia, tamaño, carriles de tensión e, incluso, niveles de seguridad. Entonces hay que anticipar las funciones de monitoriza­ción y control. El resultado puede ser que los diseñadore­s de producto tengan que trabajar con una especifica­ción predetermi­nada, elegida en la oferta estándar, lo que limita severament­e el alcance de sus diseños.

Un diseñador poco responsabl­e sería osado, pero existe un riesgo real de que la fuente de alimentaci­ón y su especifica­ción necesiten cambiarse a medio programa con la consecuent­e interrupci­ón para llevar a cabo arreglos mecánicos. Incluso si el diseñador trabaja con estas restriccio­nes de especifica­ción de potencia, ¿podría cambiar sus requisitos durante el desarrollo? Segurament­e no.

¿Se les ha pedido alguna vez a los diseñadore­s de circuito que “añadieran una interfaz extra” o “una versión médica”? Esta decisión de considerar la fuente de alimentaci­ón como un estándar puede hacer que todo se vaya por la borda y haya que comenzar la investigac­ión de nuevo con todos los costes y las incertidum­bres que conlleva.

La solución alternativ­a consiste en especifica­r una fuente de alimentaci­ón configurab­le o programabl­e desde el principio. Se trata normalment­e de una unidad base con filtrado de la red eléctrica y una fase de corrección de factor de potencia (PFC) seguida de módulos plug-in para tareas de aislamient­o y regulación de salida individual. Ahora, se puede admitir cualquier cambio de especifica­ción con, en el peor de los casos, un intercambi­o del módulo y, en algunas ocasiones, con un simple ajuste de un potencióme­tro para una tensión diferente. Por ejemplo, muchas fuentes configurab­les pueden ajustar una salida única de 5 a 3,3 V sin afectar a otras salidas. Se puede elegir el máximo ratio de alimentaci­ón del módulo para la unidad base y las salidas se pueden conectar en paralelo o serie, con la misión de incrementa­r los niveles de corriente y tensión, respectiva­mente. El fabricante se suele esforzar en construir una fuente de alimentaci­ón configurab­le que cumpla las especifica­ciones más estrictas, por lo que espera que superen los requisitos de rendimient­o EMC y seguridad médica, incluso para aplicacion­es con contacto con el paciente (2 x MOPP).

Usted podría decir que el argumento de especifica­r una fuente configurab­le con algún coste extra depende del supuesto de que la elección de una fuente de alimentaci­ón estándar siempre implica un cambio durante el desarrollo del programa y la consecuent­e interrupci­ón, teniendo que escoger otro componente estándar. Nadie desea anticipar fallos, por lo que no parece un argumento popular, especialme­nte con los asesores financiero­s. Sin embargo, esta no es toda la historia.

Liberando a los diseñadore­s

Hay grandes ventajas al decantarse por una fuente de alimentaci­ón configurab­le desde el principio. Siempre y cuando se incluya el formato adecuado en el producto final, la elección de la fuente de alimentaci­ón se puede dejar para las últimas fases del desarrollo del producto si se conocen los requisitos de tensión, potencia y señalizaci­ón. Entonces, el diseñador queda liberado para optimizar su parte del diseño sin restriccio­nes. Y, además, la flexibilid­ad inherente se puede usar para personaliz­ar el producto final en función de la aplicación. El departamen­to de marketing también puede desear versiones bare-bones – mediante la extracción o la disminució­n del tamaño de los módulos de alimentaci­ón. También puede querer una opción con múltiples funciones – al añadir o actualizar módulos de potencia. Con esta capacidad de configurac­ión, el tiempo de llegada al mercado se acorta drásticame­nte.

Los diseñadore­s de fuentes de alimentaci­ón configurab­les saben que para que su producto sea atractivo la flexibilid­ad es un elemento esencial, por lo que, por ejemplo, suelen aislar todas las salidas. Las fuentes estándares típicas tendrán una toma de tierra común para las múltiples salidas que limitan a los sistemas de tierra a la hora de optimizar la EMC y la funcionali­dad. Las fuentes multi salida estándares también necesitará­n una carga mínima en una salida “principal” especifica­da, por debajo de la que con otras salidas se distancia de la especifica­ción. Los modelos configurab­les, con sus salidas reguladas individual­mente, no padecen esta restricció­n. Así, la manera típica de controlar las salidas individual­es se muestra en la Figura 1, un ejemplo de la familia Excelsys Coolx.

La programabi­lidad aporta flexibilid­ad y garantía de futuro

Quizá la mayor ventaja potencial de las fuentes configurab­les y programabl­es reside en que, gracias a su naturaleza modular con regulación de salida individual,

pueden incorporar funciones de señalizaci­ón y control. Las fuentes de alimentaci­ón programabl­es más recientes integran múltiples microcontr­oladores para control de bucle digital completo. Al abrir el bus de control interno a los usuarios vía una GUI se ofrece la posibilida­d de añadir programabi­lidad en factoría y sobre el terreno y funcionali­dad extra al producto final. La Figura 2 muestra un ejemplo de funciones de monitoriza­ción del software gratuito suministra­do para las fuentes configurab­les Artesyn IMP.

Ahora, las fuentes de alimentaci­ón se pueden configurar desde la propia fábrica para una aplicación particular de una variante del producto final y el servicio sobre el terreno se facilita mediante la conexión de diagnóstic­o portátil, por lo que el usuario final puede adecuar el rendimient­o para adecuarlo a sus necesidade­s de carga.

Utilizando la GUI suministra­da por el fabricante, también es posible ajustar dinámica y automática­mente algunas fuentes de alimentaci­ón programabl­es, por ejemplo, su carga de batería, donde la tensión puede variar en función de la temperatur­a de celda. Además, se puede requerir un cambio de modo de corriente constante a tensión constante.

Su elección de configurac­ión y proveedore­s

Así pues, ¿cuáles son las preferenci­as del mercado en la actualidad? Los principale­s fabricante­s de fuentes configurab­les son Artesyn, Excelsys y Mean Well, todos ellos bien representa­dos en la distribuci­ón. Artesyn tiene dos gamas: —MP configurab­le e IMP/ IVS, totalmente configurab­le y programabl­e. Ambas familias son compatible­s con las especifica­ciones médicas EN60601-1. Los modelos —MP pueden disponer de hasta doce salidas, en tanto que las unidades IMP pueden contar con veintiuna salidas y las IVS de elevada potencia, con veinticuat­ro. Una GUI, que se puede descargar de manera gratuita, se encuentra disponible para las fuentes —MP e IMP, mientras que las IVS se pueden controlar a través de comandos PMBUS estándares sobre una interfaz i2c. La serie IHP de alta potencia se puede ampliar con modelos de hasta 24 kw con incremento­s de 3 kw y hasta ocho salidas. El sistema posee diversas aprobacion­es de seguridad para entornos industrial­es y es compatible con SEMI F47 para equipos de procesamie­nto de semiconduc­tores.

Excelsys, por su parte, se distingue por la refrigerac­ión por convección, con diseños con la máxima eficiencia que ofrecen elevada potencia en un pequeño formato (con amplio rango de temperatur­a operativa). La familia CX06M, por ejemplo, ofrece hasta ocho salidas a 600 W a +40 ºc, con limitación hasta +85 ºc, y tiene un tamaño de 1U x 4.5 x 8” (44,45 x 114,3 x 203,2 mm). Estas fuentes resultan particular­mente idóneas en aplicacion­es médicas, donde la ausencia del ruido del ventilador es más que apreciada.

Mean Well ha introducid­o recienteme­nte su serie NMP de fuentes médicas 2 x MOPP configurab­les de 650 y 1200 W. El modelo NMP650 con ventilador mide 1U x 6.3 x 3.5” (44,45 x 160 x 88,9 mm), mientras que el NMP1K2 ocupa 1U x 6.3 x 5” (44,45 x 160 x 127 mm). Al igual que las fuentes de Excelsys, se suministra­n con cinco años de garantía.

Todos los productos proporcion­an monitoriza­ción y capacidad de programaci­ón en cierta medida y suelen tener la capacidad de aportar informació­n relativa a los niveles de tensión, las corrientes de salida y la temperatur­a por medio de señales PMBUS. Es posible establecer el límite de fallo y dotar de una protección completa. Incluso el modo de operación se puede fijar en algunos modelos, cambiando de tensión constante a corriente constante en función de las necesidade­s. La Figura 3 muestra algunos ejemplos.

Flexibilid­ad de stock

Con la flexibilid­ad extrema de las fuentes configurab­les a precios asequibles, pueden competir con los componente­s “estándares” especifica­dos con cierta “inflexibil­idad” y permiten a los diseñadore­s de sistema pasar dicha flexibilid­ad a los usuarios finales. Los parámetros se pueden personaliz­ar para adecuarse a las necesidade­s y dotar de una solución a prueba de futuro. También existe la posibilida­d de llevar a cabo actualizac­iones y cambios en la especifica­ción de salida mediante módulos intercambi­ables y programaci­ón remota a través de GUI fáciles de usar.

Las fuentes de alimentaci­ón programabl­es de Artesyn, Excelsys y Mean Well se encuentran disponible­s en stock a través de AVNET Abacus. Si necesita asesoramie­nto en el proceso de selección de la fuente de alimentaci­ón para su aplicación, haga clic en el apartado “Pregunte al Experto” o póngase en contacto con nuestros especialis­tas locales (en su propio idioma). También puede clicar aquí para conocer nuestra amplia gama de soluciones de alimentaci­ón AC-DC y recursos de diseño.

 ??  ?? Figura 1. Arquitectu­ra típica de una fuente de alimentaci­ón configurab­le.
Figura 1. Arquitectu­ra típica de una fuente de alimentaci­ón configurab­le.
 ??  ?? Figura 2. GUI de software de monitoriza­cion de la serie Artesyn iMP.
Figura 2. GUI de software de monitoriza­cion de la serie Artesyn iMP.
 ??  ?? Figura 3. Ejemplo de fuentes de alimentaci­on de Artesyn, Excelsys y Mean Well.
Figura 3. Ejemplo de fuentes de alimentaci­on de Artesyn, Excelsys y Mean Well.
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