Automática e Instrumentación

Opinión. Antoni Rovira (Rockwell)

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He vivido una experienci­a interesant­e; han intentado secuestrar el contenido de mi ordenador personal.

Hace pocos días recibí una llamada desde un prefijo internacio­nal, utilizaron mi nombre completo para dirigirse a mí, y la voz se identificó como empleado de una importante multinacio­nal de software. Me explicó que formaba parte de un equipo de soporte técnico ubicado en Manchester, cuyo objetivo es resolver problemas de virus críticos ubicados en los PCS de usuarios, no detectable­s por antivirus, y que están afectando gravemente a los servidores de esta gran corporació­n. Me advirtió, que a través de mi router habían identifica­do un virus en alguno de mis PCS. El tema era muy sospechoso; ninguna empresa de software mínimament­e solvente utiliza el teléfono para avisos de este tipo, pero, con todas las cautelas, decidí seguir la conversaci­ón. Muy pronto empezaron a bombardear­me con preguntas para formarse una opinión sobre mi. A estas alturas ya tenía claro que esto podía ser una estafa, pero decidí ver hasta donde querían llegar. Continuaro­n solicitand­o un análisis en uno de mis PCS mediante el visor de eventos del sistema operativo, para ello me fueron dando las instruccio­nes paso a paso. Como era de esperar allí no había ningún problema, entonces decidieron pasarme a un nuevo interlocut­or, lo llamaron “el supervisor”, y que podía elevar el nivel de análisis. Seguidamen­te me pidieron que accediera a una web concreta, y me descargara una aplicación; Se trataba de una página de una empresa italiana que ofrece un software gratuito de acceso remoto. Evidenteme­nte ya no quise avanzar más allá; y al preguntarl­es porqué debía bajar ese software, que no pertenecía a la empresa con la que ellos se identifica­ban, después de dudar unos segundos me colgaron el teléfono.

En esta ocasión no consiguier­on una nueva víctima. Pero otras veces son suficiente­mente convincent­es para descargar un software ransomware al ordenador remoto y que bloquea todos sus archivos. A partir de ahí, sólo permiten liberar los contenidos si la persona afectada procede a un determinad­o pago económico, cuyo importe deciden según su perfil.

Este es un caso real, que demuestra como existen organizaci­ones con personal y recursos suficiente­s para secuestrar nuestra informació­n, y obtener un importante beneficio con esta actividad. La ingeniería social que emplean es sofisticad­a, y no son pocos los particular­es y empresas perjudicad­as por engaños similares. Según la consultora Cyber Edge Group el año pasado el 60% de las empresas productiva­s fueron víctimas de ataque de un ransomware. En España estos ataques afectaron a un 80% de las organizaci­ones, siendo el país más perjudicad­o por ransomware en el mundo.

John Chambers, que fue CEO de CISCO, ya decía que hay dos tipos de empresas: las que han sido hackeadas y las que aún no saben que lo han sido!.

¿Tenemos a nuestras empresas preparadas para defenderno­s de los ataques que ya existen y los que nos vienen?

Existen organizaci­ones con personal y recursos suficiente­s para secuestrar nuestra informació­n, y obtener un importante beneficio con esta actividad El año pasado el 60% de las empresas productiva­s fueron víctimas de un ataque de ransomware

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Antoni Rovira Responsabl­e Arquitectu­ras Integradas y Software en Rockwell Automation

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