El cambio automático permite mayor confort en ciudad y no tiene ningún «pero» a la hora de exprimir el motor
hacer una conducción decididamente deportiva), Auto (en la que dependiendo de las informaciones que recibe de distintos sensores, adapta el modo de funcionamiento) o Individual (en la que se pueden elegir cómo queremos que sean cada uno de los distintos elementos configurables (dirección, suspensión, diferencial…). Es decir, Auto para el día a día y Dynamic o Individual para cuando tengamos por delante una carretera con la que poder disfrutar del RS4. El reparto del par es de un 60 por ciento al tren trasero y el 40 por ciento restante al delantero, pero en caso necesario puede mandar hasta un 85 por ciento al eje trasero o un 70 por ciento al delantero, y todo ello sin que el conductor tenga que intervenir lo más mínimo. Esto da una idea del espíritu deportivo del RS4 y de su puesta a punto para rodar en tramos sinuosos llenos de curvas de todo tipo de radio.
En nuestra unidad de pruebas se daban cita los opcionales diferencial trasero deportivo (que hace que pase más par a la rueda exterior de la curva con lo que se reduce el subviraje o sobreviraje) con lo que se consigue un mayor dinamismo. Lo cierto es que el RS4 es de esos coches que dan una enorme confianza a su conductor ya que aunque se desconecte el control de estabilidad, nunca nos dará «un susto». El coche tiene un agarre y una estabilidad en todo tipo de trazados que hace que se pueda ir deprisa con bastante serenidad (algo que también agradecen mucho los ocupantes). El tren delantero es casi milimétrico a donde el conductor lo quiere llevar, el tren trasero le sigue con total fidelidad e incluso permite un cierto deslizamiento para que las curvas se tracen con mayor rapidez. La suspensión neumática conecta los amortiguadores en diagonal con lo que la carrocería apenas se inclina aumentando esa sensación de seguridad y aplomo. El equipo de frenos (con los opcionales carbonocerámicos) consiguen unas distancias de frenado destacables (64,5 m para pasar de 140 km/h a 0 es una distancia de primer orden), lo que unido a su capacidad para aguantar el trabajo duro, dan como resultado un aumento de la seguridad activa del RS4.
No lo vamos a negar, el RS4 nos ha encandilado tanto por sus buenas formas a la hora de ir deprisa y de comportarse en las zonas viradas como por su docilidad para ir a la compra. Un auténtico «polivalente».