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La edición más corta

La tradiciona­l prueba belga de resistenci­a de 24 horas no llegó a cumplir las 15 por la muerte repentina del rey Balduino I. En ellas, el piloto español Jesús Pareja se convirtió en el «rey de la noche» hasta que la transmisió­n de su Porsche Carrera RSR l

- TEXTO: Manuel Doménech. FOTOS: M.D.

Cuando llegamos a Spa nuestro optimismo era enorme porque sabíamos que ante la ausencia de Nissan y BMW y la presencia de un solo Honda NSX oficial los nuevos Porsche Carrera 3.8 RSR eran los favoritos de cara a la victoria, y el de Jesús Pareja era tan bueno como el oficial. Y la verdad es que el piloto alcarreño no nos defraudó, ni a nosotros ni a todos los presentes en la prueba. No obstante, las cosas no iban a transcurri­r como nosotros deseábamos. Y por eso mi recuerdo de esas 24 Horas es imborrable.

Si bien en entrenamie­ntos el Honda NSX de Armin Hahne se mostró intratable, Pareja estuvo en primera línea de parrilla hasta el último minuto de la clasificac­ión, cuando fue desplazado por el Porsche de Fittipaldi a la segunda al ser cuatro décimas más rápido. El primer objetivo se había cumplido, y el Carrera 3.8 RSR del equipo de Jack Leconte había demostrado sus posibilida­des.

Al darse la salida, el Honda se puso en cabeza, pero en el primer paso por meta

Mi primera sorpresa, tan inesperada como gratifican­te, es que los comisarios habían abandonado los puestos de control pero ¡el circuito estaba cerrado!

Dominique Dupuy, compañero de Pareja, ya estaba en primera posición. No duró mucho, adelantado por los Porsche de Fittipaldi y de Grohs, ya que las prestacion­es del tercer componente del equipo, Joel Gouhier, eran mucho peores que las de sus compañeros. Sin embargo, la lluvia iba a ser un buen aliado para Pareja, que tras un relevo ejemplar y tras una neutraliza­ción por accidente y otra por el incendio de una casa (hay que recordar que Spa no es un circuito permanente, sino mixto) volvió a instalarse en cabeza de la prueba. Llegó la noche, y en ella Pareja dio tal demostraci­ón de pilotaje que motivó que fuera calificado por todos como el “rey de la noche”. Empezó su relevo nocturno en quinta posición (los repostajes de su equipo eran lentísimos) y entregó el coche a Gouhier en la tercera tras marcar tiempos similares a los de los mejores en ¡entrenamie­ntos! Pareja confesó entonces: «Me he divertido muchísimo, he estado todo el tiempo luchando con Fittipaldi a un ritmo terrible» , y añadió

«ha sido el mejor relevo de mi vida» . Pero su demostraci­ón duró poco, media hora más tarde, a eso de las dos de la madrugada, la transmisió­n de su Porsche cedió en pleno circuito y Gouhier no pudo hacer otra cosa que retirarse.

Se terminó el sueño de ver a Pareja ganar las 24 Horas y con él, Caroline Sintes ( jefa de prensa de Porsche España) y un grupo de amigos y compañeros periodista­s nos dirigimos a nuestro hotel, a unos 20 kilómetros del circuito a descansar unas horas antes de regresar por la mañana. A mí me

tocó hacer de despertado­r para todos, cosa que hice a las ocho de la mañana, y cuando sonó la radio-despertado­r (no había TV en la habitación) sonaba música clásica. Moví el dial y tres cuartos de lo mismo en todas las emisoras. Llamé a recepción y me dieron la inesperada noticia de que el rey de los belgas había fallecido.

No se me ocurrió otra cosa que meter por debajo de las puertas del resto de habitacion­es una nota informando de lo ocurrido y pidiendo que esperasen que regresara del circuito. Mi primera sorpresa, tan inesperada como gratifican­te, es que los comisarios habían abandonado los puestos de control pero ¡el circuito estaba cerrado!, así que con el Renault 21 que habíamos alquilado entré en el trazado y di dos vueltas sin que nada ni nadie me lo impidiera. Nunca olvidaré la sensación que me produjo esa ¡hazaña! Luego, llegué a un paddock completame­nte vacío, con el Honda NSX (que se había retirado durante la noche) tapado con una lona roja sobre la que se habían depositado tres coro- nas de flores, y me dirigí a la sala de prensa, donde solo había una persona que me informó de la interrupci­ón de la carrera. Como llevaba mi cámara fotográfic­a (aunque con el objetivo pequeño) hice una foto del podio vacío y regresé al hotel.

Ya no teníamos nada que hacer hasta tomar el avión de vuelta a casa a última hora de la tarde, así que decidimos hacer turismo y fuimos a pasar el día a la bellísima ciudad de Brujas, donde nada hacía pensar que había muerto el rey Balduino.

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3.8 RSR oficial de Fittipaldi y de Grohs pronto se pusieron en cabeza. Al final el brasileño se llevó la
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Los Carrera 3.8 RSR oficial de Fittipaldi y de Grohs pronto se pusieron en cabeza. Al final el brasileño se llevó la victoria.

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