El Jarama, con futuro
Tras cuarenta y cinco años de existencia, el Jarama es, por decirlo de alguna manera, la meca del automovilismo nacional y un lugar de culto para los aficionados. Es también uno de los trazados más selectivos y exigentes que hay en nuestro país, un circuito en el que se han vivido carreras memorables. En los últimos años mucho se ha hablado acerca del futuro de este circuito y la mayoría de las veces, cuestionando el futuro de la instalación. Durante mucho tiempo daba la sensación que al Real Automóvil Club de España (RACE) le interesaba poco o nada defender los intereses del Jarama y muchos han sido los rumores sobre una posible recalificación de los terrenos para construir viviendas. Tampoco conviene olvidar la aparente falta de motivación a la hora de defender las denuncias que en su día interpuso el vecindario por emisiones acústicas y que desgraciadamente ha supuesto limitar considerablemente sus posibilidades para celebrar tanto pruebas deportivas, como entrenamientos. De todas formas y como bien sabemos los que vamos por allí a menudo, es una instalación que está alquilada casi de forma permanente. Las reservas se hacen muchas veces de año en año y es realmente complicado encontrar días libres para rodar en la pista. Es evidente que ha sido siempre una instalación rentable aunque, a entender de muchos, poco valorada por la entidad. Afortunadamente, tras la llegada al poder de la institución de Carmelo Sanz de Barros hace algo más de un año, la política del RACE con respecto al Circuito parece haber dado un giro de ciento ochenta grados. Según se ha anunciado recientemente y tras comprobar que el Jarama se mantiene como una de las principales fuentes de ingresos del Club, se ha previsto un plan de inversiones para los próximos años con el que se pretende mejorar considerablemente las instalaciones. La idea no es hacer un circuito nuevo ni realizar grandes cambios, más bien se trata de convertir al Jarama en un club de automovilismo de referencia en nuestro país. Hacerlo atractivo para el público, las marcas, con el objetivo de aumentar su rentabilidad y garantizar su futuro. Por decirlo de alguna manera, lo que se intenta con el Jarama es hacer algo parecido a lo que se ha realizado en Francia con el mítico Paul Ricard. No cabe duda que los aficionados estamos de enhorabuena; el Jarama parece que tiene el futuro asegurado.