Carrera de éxitos
El embrague es sorprendentemente suave y progresivo, casi como el de un coche de serie
PEUGEOT 205 TURBO 16 nos que 500 CV, si bien es verdad que para esta versión «dakariana» se limitaba la potencia a 380 CV para garantizar la fiabilidad. Lógicamente, y como pudimos comprobar, al montar un turbo de mayores dimensiones el cuatro cilindros resulta todavía más puntiagudo y con mayor tiempo de respuesta que en el EVO 1; por debajo de 3.000 rpm apenas resulta operativo, mientras que en alta parece empujar todavía con mayor consistencia y brutalidad. En esta versión, el tren trasero es el que manda en la conducción; eso sí, se muestra siempre muy dócil, sus reacciones son siempre muy predecibles y eso a pesar de que la respuesta del motor, como comentábamos anteriormente, es muy violenta y poco dosificable.
En ambos casos sorprende el impecable estado de forma que mantienen estas dos ejemplares pertenecientes a la espectacular colección de nuestro buen amigo Teo Martin. Sólo me que queda mostrarle nuestra enorme gratitud por su ayuda en la realización de este Test Racing. El palmarés deportivo obtenido por el 205 Turbo 16 en competición es verdaderamente impresionante. El coche de carreras se desarrolló en 1982 y tras un año de pruebas Peugeot estuvo compitiendo con él en el Mundial de Rallyes entre 1984 y 1986. A lo largo de estas tres temporadas obtuvo nada menos que 16 victorias en rallyes del Mundial, dos títulos de marcas y otros dos de pilotos con Timo Salonen y Juha Kankunen como protagonistas. El 205 Grupo B tuvo dos versiones, EVO 1 y EVO 2. El primero de ellos fue el más laureado, consiguiendo nueve 9 victorias en rallyes del mundial y 13 podios. El EVO 2 obtuvo la victoria en 7 rallyes y dos podios. Tras la prohibición de los Grupo B en 1987, el 205 Turbo 16 tuvo una segunda juventud participando en raids. En 1987 y 88 el 205 Grand Raid obtuvo la victoria en el París Dakar con Ari Vatanen y Juha Kankunen a los mandos y su racha de victorias continuó en 1989 y 90 en la mítica prueba africana, si bien la imagen exterior pasaba a ser la del 405. Bajo esta configuración, pero con un motor potenciado a 700 CV y una carrocería muy trabajada desde el punto de vista de la aerodinámica, también disputó la mítica subida a Pikes Peak obteniendo una histórica victoria en 1988 con Ari Vatanen a los mandos.