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Papás y Coles

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Todos los días los veo y todos los días hacen que se me revuelvan las tripas. Me refiero a esos padres/madres que llevan a sus niños todas las mañanas al colegio en coche o caminando y que cometen todo tipo de tropelías para dejarles en manos del colegio. Parece mentira que unos progenitor­es que, se entiende, quieren a sus hijos y los protegen de todo tipo de peligros hagan lo que la mayoría hace. Vamos a empezar con los que van como peatones. Por cada uno que cruza con el semáforo en verde para los peatones, hay al menos tres que salen de entre los coches aparcados y cruzan con toda «la prole» por en medio de la calle. A ellos se suman los que cruzan por los pasos de peatones y que ponen como escudo al carrito de bebé y se «tiran» sin mirar al tráfico que les viene por ambos lados. Y, por último, están los que cruzan la calle con el semáforo en rojo para los peatones aduciendo motivos tan rocamboles­cos como «no viene ningún coche», «nos da tiempo a cruzar antes de que llegue el coche que viene», «como están los coches parados podemos cruzar entre ellos», y un largo etcetera más de lamentable­s excusas. No se dan cuenta de que lo que están haciendo es inculcar a los pequeños una educación vial que, lamentable­mente, tarde o temprano, les pasará factura cuando no vayan acompañado­s de esos teóricos «mayores protectore­s».

Los que van en coche también tienen sus cosas. Vale que nuestros colegios son un auténtico caos en cuanto a la operación de dejar a los niños. Vale que «sólo es un momentito», tiro el coche en doble o triple fila, molesto al tráfico, pero es «por el bien de los niños». Pero lo que no es de recibo es que la mayoría de los padres se empeñen en bajar a los niños por el lado del coche que da a la calzada. Parece una locura ¿verdad? Pues es lo que hacen la inmensa mayoría de los padres. ¿No se dan cuenta del riesgo que corren los niños cuando se bajan del coche por el lado de la calzada? ¿Tanto les cuesta hacerlo bien y sacarlos del coche por el lado de la acera? Luego vienen las bofetadas y los coscorrone­s si el niño sale del coche (por el lado malo por el que le saca su progenitor) y se le ocurre hacer lo que hace cualquier niño: moverse.

Pueden parecer cosas de «perogrullo», pero lo cierto es que los padres que llevan los niños al cole, en su inmensa mayoría, exponen al peligro del tráfico a sus hijos todos y cada uno de los días lectivos, y lo que es peor, no se dan ni cuenta.

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