El BMWde Kia
EL BUQUE INSIGNIA DE KIA APUESTA POR UNA REFINADA DEPORTIVIDAD para abrirse paso hacia nuevos horizontes. Es un coche llamativo por estética, convincente por comportamiento y muy placentero de conducir: un cambio de paradigma total para la firma coreana.
El Salón de Fankfurt de 2011 fue testigo de la primera aparición del Kia GT Concept, una ambiciosa propuesta de berlina deportiva que se materializa ahora bajo la denominación Stinger, estrenando nueva plataforma. Respeta en gran medida la estética del prototipo original, inspirado en los Gran Turismo de los años 70, a pesar de tener cuatro puertas y un práctico portón trasero eléctrico. Igual ocurre con la filosofía general del coche: potente, seguro y cómodo para viajar, con una exquisita puesta a punto dinámica que le convierte en el mejor Kia hasta la fecha y que eleva el listón no sólo dentro de su propia firma.
La versión más exclusiva, denominada 3.3 T-GDi GT 4x4, llega hasta los 370 CV gracias a su mecánica V6 biturbo. Por debajo hay otro motor de gasolina (2.0 T-GDi), de 255 CV, así como un Diesel 2.2 CRDi (200 CV), ambos de cuatro cilindros y propulsión, aunque en el caso del Diesel se puede optar por la tracción integral. Toda la gama incorpora un cambio automático de 8 velocidades por convertidor de par, desarrollado por Hyundai, con control secuencial mediante las levas del volante, aunque no desde la propia palanca. Ésta, de tipo by-wire, retorna a la posición inicial una vez seleccionada la D o la R (la P es por botón), y su tacto de accionamiento está muy cuidado.
El interior no es tan «galáctico» como un BMW Serie 5 u otras berlinas alemanas de última generación —tampoco lo pretende—, aunque los ajustes, materiales y aspecto no están nada mal y resulta muy aparente. Mandos claros y sencillos de utilizar, una información muy completa, Head-Up Display... todo está dispuesto de forma lógica e intuitiva. Por otra parte, la tapicería de piel y el techo revestido en una especie de Alcantara brindan un toque lujoso, al igual que las inserciones de aluminio en la consola central y en las puertas. En cuanto a la postura de conducción, resulta perfecta gracias a las amplias cotas de habitabilidad interior y a los completos reglajes eléctricos del asiento, que permiten ajustar incluso la longitud de la banqueta y la apertura de los pétalos laterales. La columna de la dirección también ofrece una precisa regulación eléctri-
ca en altura y longitud. El nivel de equipamiento es de primer orden e incluye una completa dotación de serie en la que no faltan llave inteligente, navegador, control de crucero adaptativo, sistema activo de mantenimiento de carril, faros led direccionales, cámaras periféricas, cargador por inducción para el teléfono móvil, sistema de sonido Harman Kardon, volante calefactado, asientos ventilados, supervisión de ángulo ciego y tráfico trasero cruzado, amortiguadores adaptativos... Poco más se puede pedir.
Sin embargo, donde más sorprende el Stinger es en su comportamiento. Al frente del desarrollo dinámico ha estado Albert Biermann, ex-BMW M Performance, toda una declaración de intenciones que, sin lugar a dudas, incomodará a otros fabricantes, sobre todo a juzgar por los buenos resultados obtenidos. El modelo que se ha tomado como referencia (a batir) para la puesta a punto ha sido el BMW Serie 4, y prueba de la confianza que tiene Kia en su nuevo coche es que la presentación transcurría en el circuito RennArena de Mallorca.
A pesar de sus dimensiones es un coche ágil y muy rápido, con un motor de respuesta inmediata, contundente e incluso explosiva en marchas cortas cuando los dos turbos entran en acción, para lo que no hace falta esperar demasiado. El tren delantero da mucha confianza gracias a su alto margen de agarre, gobernado por una dirección de tacto muy natural que aporta gran precisión a la trazada. A medida el ritmo aumenta, las reacciones al límite son de lo más neutras y progresivas, salpimentadas con un tren trasero que se puede provocar a base de gas para redondear las curvas hasta donde las ayudas electrónicas lo permitan, pues están taradas para evitar complicaciones en cuanto el contravolante deja de ser una mera insinuación. El ESP es poco intrusivo y podemos seleccionar varios grados de actuación, pero queda latente incluso en la posición off. En cuanto al reparto de tracción entre los ejes delantero y trasero, corre a cargo de un embrague central controlado electrónicamente, que llega a enviar hasta un 100% de la potencia al tren trasero y, como máximo, un 40% delante. A todo esto hay que añadir funciones de diferencial trasero vectorial, que se hacen por medio del frenado selectivo de las ruedas, así como un dispositivo launch control.
Un mando giratorio permite elegir entre los cinco modos de conducción disponibles (Smart, Eco, Comfort, Sport y Sport+), que afectan a la respuesta del acelerador y del cambio automático, dureza y autocentrado de la dirección, sonido del motor (por medio de los altavoces), así como reparto de la tracción total y firmeza de los amortiguadores adaptativos, que pueden variar la dureza entre trenes para inducir una mayor o menor cantidad de subviraje o sobreviraje, dependiendo de las necesidades.
Sin ser un coche radical, resulta impecable y se defiende en circuito mucho mejor de lo esperado, manteniendo un tacto general muy consistente, un comportamiento que apenas se degrada y una gran eficacia por parte de sus frenos de origen Brembo. Y en carretera abierta sus capacidades destacan todavía más, también por refinamiento y sobresaliente silencio de marcha. Hasta el cambio automático es lo bastante rápido y suave como para no desentonar con la buena percepción de un coche al que se le pueden poner muy pocos peros.