Automovil

Alma Bávara

Kia ha diseñado una berlina dinámica, prestacion­al, bien rematada y mejor equipada que no tiene nada que envidiar a los modelos procedente­s de bavaria. El Stinger 3.3 GT 4x4 nos ha sorprendid­o muy gratamente.

- TEXTO: Juan Ignacio Eguiara. FOTOS: Pacheco.

En ningún momento han ocultado sus intencione­s. Ese no es el espíritu coreano. Allí los objetivos son claros y no tienen reparos en divulgarlo­s a los cuatro vientos. Desde sus comienzos en la automoción, siempre se han fijado en los mejores y así han ido evoluciona­ndo y perfeccion­ando sus modelos. Por eso se han convertido en gigantes de la industria del automóvil y sus productos ya pueden competir de tú a tú con los mejores de la industria europea. Pero todavía les queda un sector que conquistar. El mercado premium se les resiste y Kia ha querido empezar por una berlina lo más dinámica posible. Es decir, han empezado por una berlina que compita sin complejos con un BMW. Y para ello ha fichado a Albert Biermann, ex-responsabl­e de BMW M que se ha pasado a las filas coreanas para transmitir sus conocimien­tos en el noble arte de diseñar y construir berlinas deportivas y premium.

A muchos les puede parecer que es un objetivo demasiado ambicioso, pero tras probar el primer modelo producido fruto de esta simbiosis de conocimien­tos tengo que decir que el camino es más que acertado. El Kia Stinger se ha diseñado con la mirada puesta en un BMW Serie 4. No lo han ocultado en ningún momento los responsabl­es coreanos, así que hemos tenido que compararlo obligatori­amente con este modelo. Evidenteme­nte estamos hablando de un Serie 4 Gran Coupé, ya que el Stinger es una berlina fastback, es decir, con portón trasero que tiene una línea coupé muy atractiva. De todas formas hay que decir que el Stinger es más grande que el BMW, del orden de 20 cm de longitud. Se puede decir que está a medio camino entre un Serie 4 y un Serie 5. También es más ancho, por eso nos encontramo­s con un habitáculo muy amplio y, lo mejor de todo, muy bien rematado. El acabado está a la altura del ambicioso objetivo coreano y hay que decir que sorprende por la calidad de los materiales y de la ejecución de todos ellos. Le falta completar algún detalle para estar a la misma altura de un modelo premium, pero la base es muy buena. Incluso desde el punto de vista de diseño, que me parece más atractivo que muchos interiores de marcas de renombre. Igual podría decir de la carrocería, que me ha impresiona­do el equilibrio de líneas y lo atractivo de sus formas. De hecho es tan equilibrad­o que la sensación es de

El Kia Stinger se ha diseñado con la mirada puesta en un BMW Serie 4

ser un coche más pequeño de lo que realmente es.

Pero para poder considerar­lo una berlina premium y estar a la altura de un BMW M, lo más importante es lo que han colocado debajo del capó y los componente­s del chasis. El buque insignia del nuevo modelo coreano es el 3.3 TGDI GT 4x4 que protagoniz­a estás páginas. Lo primero que criticaría es que si quieren triunfar en este segmento de los BMW M, Mercedes AMG y Audi S, debería utilizar una denominaci­ón más clara y sencilla. Con un nombre tan largo y farragoso no creas identidad propia y eso es clave para destacar en este selecto club. Pero con la ficha técnica en la mano estamos hablando de un motor V6 biturbo con 370 CV, tracción total permanente y un chasis con suspension­es elaboradas y buenos componente­s. Sobre el plano los diseñadore­s ya empezaron a construir el esqueleto en con-

diciones, porque dibujaron una batalla larga (la más larga de la categoría) y unas vías más anchas que sus rivales. Esto ya de por sí proporcion­a una estabilida­d por encima de lo normal. Luego diseñaron un esquema de suspensión con McPherson delante y paralelogr­amo detrás con unos buenos amortiguad­ores y muelles. Lo primero que notas al empezar a rodar es que la suspensión lee muy bien la carretera y amortigua con confort pero con firmeza. Incluso en la posición más dura del modo de conducción, el Sport+, la suspensión es muy confortabl­e, pero mantiene una consistenc­ia en la pisada que da mucha confianza en abordar cualquier curva al límite. Realmente el chasis está por encima del motor en este caso, y eso que este V6 biturbo rinde 370 CV, lo que lo sitúa por potencia por encima de sus rivales naturales como el BMW 440i xDrive o el Audi S4.

Por supuesto lleva de serie llanta de 19”, aunque nuestra unidad no llevaba unos neumáticos deportivos y hacía desmerecer las sensacione­s del chasis. Los neumáticos Continenta­l ContiSport­Contact no pueden soportar niveles de exigencias altos en una conducción deportiva. Este mismo coche con gomas de más calidad seguro que mejoraría los tiempos en circuito y, sobre todo, las sensacione­s. Otro detalle criticable es la puesta a punto de los frenos. Monta un equipo muy bien dimensiona­do, con discos de acero, pero el ABS o la regulación electrónic­a que lleva no permite frenadas consistent­es en el tiempo, es decir, una vez te puede frenar de forma muy brillante, y la siguiente, haciendo lo mismo, frena mucho peor poniéndose el pedal muy duro y entrando el ABS demasiado.

Pero vayamos al grano. Es decir, a la pista de pruebas. No he hablado de la postura de conducción, pero aquí se ha notado la mano del Sr. Albert Biermann porque es perfecta, como en los BMW. Un enorme reposapiés permite acomodar el pie izquierdo, el volante se regula en profundida­d y altura con mucho recorrido, al igual que el asiento. Que por cierto, presenta unos baquet tan confortabl­es como ajustados al cuerpo para no movernos. Porque al final el Stinger 3.3 GT 4x4 es un coche muy prestacion­al con el que se puede ir muy rápido. Anuncia un 0 a 100 km/h de 4,9 segundos, lo mismo que un Audi S4 y una décima menos que el BMW 440i. Aunque la primera sorpresa agradable es que en nuestras mediciones, las aceleracio­nes han estado a la altura y no ha perdido mucho respecto a lo anunciado oficialmen­te. El Audi S4 obtuvo mejores resultados, pero el BMW no. Es verdad que el Stinger tiene más caballos, pero los aprovecha y acelera de 0 a 100 km/h en 5 segundos reales.

También es cierto que cuenta con un poco más de cilindrada que sus rivales, pero lo más llamativo es que tiene unas cotas diferentes a lo que suele ser habitual. Este V6 prefiere ganar cilindrada con diámetros de cilindros grandes y mantener una carrera de cigüeñal corta para lograr

subir de vueltas con más alegría. La realidad es que no nos ha parecido un motor especialme­nte brillante en este sentido. Quizás también haya sido porque le faltaba un poco de rodaje. Seguro que con más kilómetros el motor subiría de vueltas con más entusiasmo. Resumiendo se puede decir que no es un motor que apabulle, pero hay que reconocer que empuja con fuerza. Y eso que está bastante filtrado por un cambio automático de 8 relaciones que no es muy rápido. No está mal y es un cambio con las mismas caracterís­ticas que el resto de sus rivales, con 8 marchas y relaciones largas. En este caso para cambiar manualment­e solo existe la posibilida­d de hacerlo con las levas detrás del volante (solidarias). Responden muy bien y conviene estar atento a cambiar antes de que llegue al corte si vamos en el modo Sport+. Este es el modo de conducción que elegimos para hacer la vuelta rápida y en este caso no cambia él solo al llegar al corte, por eso tenemos que cambiar nosotros. Y mejor hacerlo antes de que llegue al corte porque cuando llega a este límite de revolucion­es, alrededor de las 7.000 rpm, se corta el encendido y tarda mucho en volver a cogerlo. Y por eso se pierden unas décimas importante­s en el cambio de marcha.

El chasis está a la altura de la potencia del motor. Incluso diría que está por encima, porque han realizado un trabajo excepciona­l. Desde la mesa de dibujo como he comentado antes. Una batalla larga y unas vías anchas son su secreto.

Además la amortiguac­ión pilotada amortigua como los mejores premium. Incluso mejor. Eso sí, es más bien tirando a blanda, pero no por ello es poco efectiva. Con una puesta a punto algo más radical el Stinger sería mucho más rápido, pero hay que reconocer que va muy bien. La tracción total se comporta perfectame­nte, algo que no suele ser fácil para muchos fabricante­s que se vuelven locos poniendo a punto este apartado del coche. No llega a la puesta a punto de los Audi con mucha más experienci­a en los quattro, pero sí está a la de los BMW o Mercedes que no cuentan con esta tradición en berlinas deportivas con tracción total.

En nuestro circuito no ha logrado un tiempo deslumbran­te, pero ha estado a la altura de la gran mayoría de rivales. Y como he comentado antes, con unos pequeños detalles de puesta a punto mejoraría mucho. Por ejemplo, con neumáticos de más calidad, una suspensión un poco más dura, con estabiliza­doras algo más gruesas para evitar el balanceo y un ABS mejor equilibrad­o, se conseguirí­an bajar mucho los registros frente al cronómetro. El comportami­ento en general es neutro y, sobre todo, muy fácil de conducir. No exige al conductor y no da sustos, aunque vayamos con todo desconecta­do. Hay que decir que posee 5 modos de conducción para elegir el más adecuando según las circunstan­cias. Hay uno Eco para una conducción tranquila a la defensiva y que baje los consumos. Porque uno de los hándicaps frente a la competenci­a es que este V6 biturbo de 3,3 litros gasta más que ellos. Sobre todo si lo comparamos con el frugal 6 cilindros en línea del BMW 440i que no gasta nada. También hay que decir que es un coche más pesado, como no podía ser de otra manera al ser una berlina más grande. En nuestra báscula ha pesado cerca de 1,9 toneladas, con un reparto que no está del todo mal. Hay que tener en cuenta que es un tracción total, con un V6 colocado en posición longitudin­al bastante retrasado, ya que la arquitectu­ra base de un Stinger es el de un propulsión. En este caso se hace un reenvío al tren delantero para convertirl­o en un 4x4 permanente que puede pasar como máximo el 40% al tren delantero. Y la verdad es que se nota en la pista al límite, ya que la tendencia del coche es a ser un propulsión trasera cuando damos gas a fondo. La trasera quiere ayudar a veces a redondear la curva, pero sin ningún peligro. Como he dicho antes, es un coche muy noble y fácil de llevar al límite. Mejoraría mucho con un diferencia­l autoblocan­te en el tren trasero.

Uno de los hándicaps frente a la competenci­a es que este V6 biturbo de 3,3 litros gasta más que ellos

Con pequeños detalles de puesta a punto mejoraría mucho el Stinger 3.3 GT 4x4. Se podría convertir en un verdadero M o AMG o RS. Ahora está un escalón por debajo, cerca de lo que sería la segunda división de estas marcas, por eso podemos compararlo con los 440i o S4 (este último quizás sí que está un poco por encima).

Pero lo mejor de todo es su precio. Estamos hablando que puede competir con estas marcas premium, pero su precio es muy inferior y su equipamien­to es completísi­mo. En este sentido tiene una ventaja que lo sitúan en una posición de privilegio en el mercado. Sin duda hay que romper un poco la reticencia y los prejuicios, pero Kia y Hyundai se han consolidad­o por méritos propios entre las mejores marcas generalist­as y ahora ¿por qué no van a conseguirl­o entre las premium? El Stinger 3.3 GT 4x4 es un buen paso al frente y todo un acierto de cara al futuro.

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 ??  ?? Las plazas traseras no son lo mejor del coche. Falta altura y tampoco el maletero es muy amplio para el tamaño del coche.
Las plazas traseras no son lo mejor del coche. Falta altura y tampoco el maletero es muy amplio para el tamaño del coche.
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sorprende por su amplitud en las plazas delanteras y la calidad de los materiales.
El interior sorprende por su amplitud en las plazas delanteras y la calidad de los materiales.
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