LA VERSIÓN PERFORMANCE ME PARECE MUY RECOMENDABLE
VVW fue la marca que acuñó y encumbró las siglas GTI e hizo de esa versión del Golf un icono desde su primera generación. En las sucesivas nunca faltó esta opción, aunque quizás hubo alguna generación que le faltó algo de dinamismo. En esta última la apuesta es segura. Hay además varias opciones: una normal de 230 CV y otra Performance con 245 CV; además de una versión R que, sin ser GTI, estaría englobada en este concepto con sus 310 CV. Pero nosotros hemos elegido la Performance como la más equilibrada de todas y porque rivaliza de primera mano con los miembros de la comparativa que protagoniza este número: Hyundai i30N, Peugeot 308 GTi y Renault Megane RS.
El último miembro de la saga Golf hay que reconocer que es mucho más coche que sus antecesores. Sigue siendo un compacto, pero tiene un talante y calidad que se asemeja más a la de segmentos superiores. Y esa sensación se tiene desde que uno se monta. La terminación es impecable y su habitabilidad de primera, sin que por ello su tamaño haya crecido en exceso (incluso es más corto que algunos de sus rivales).
¿Pero, por qué elegir la versión Performance? Cuesta 2.000 euros más que el GTI normal, pero a cambio ofrece lo siguiente: el Digital Cockpit, discos de freno más grandes delante con pinzas de freno de color rojo, bloqueo del diferencial del eje delantero, cambio de doble embrague DSG de 7 velocidades, sistema de navegación «Dicover Media» de 8 pulgadas, espejo retrovisor interior fotosensible, sensor de lluvia, interfaces telefónicos, conector USB para iPod/iPhone, incluida la entrada multimedia AUX-IN y cambio automático
de luz de cruce, luz de conducción diurna y funciones Leaving home y Coming home. Para algunos puede que no le compense un desembolso mayor por todo esto, pero a mí sí que me parece muy recomendable, ya que solo con el cambio, el autoblocante, los frenos y la instrumentación digital está plenamente justificado.
No hay que pensar que estamos ante un deportivo. Ni siquiera ante un auténtico GTI como nuestras referencias de antaño podrían pensar. Esas siglas eran sinónimo de mucha deportividad servida en un frasco pequeño que transmitía muchas sensaciones e, incluso, radicalidad. En este caso no es así. Es un coche para todos los días perfecto, pero que además ofrece unas excelentes prestaciones. De hecho cuanto te pones a sus mandos compruebas que su bastidor ofrece suspensiones incuso blandas. La amortiguación pilotada en opción es bastante recomendable también. Esto unido a que su motor es una maravilla de par y con una entrega suave y progresiva, junto con un habitáculo muy bien insonorizado, pues tenemos un coche muy confortable. Es un coche perfecto para usar todos los días, sin cansarnos, pero con la posibilidad de tener bajo el pedal del gas buenas dosis de dinamismo.
Nuestra unidad estaba en plena forma ya que nos brindó más caballos. Este Performance anuncia 245 CV, pero llegamos a tener casi 10 CV más. El peso también fue contenido respecto a lo que anuncia, con 1.435 kg en total, una cifra alta para un compacto pero que está en sintonía con lo que ofrece su competencia con las mismas características. La calidad tiene un precio y ese precio se paga en la báscula.
NO ES UN AUTÉNTICO DEPORTIVO NI UN AUTÉNTICO GTI, PERO ES PERFECTO PARA USAR A DIARIO
Pero si en el día a día, el Golf GTi es el coche ideal, la opción perfecta y, sin duda, uno de mis preferidos si tuviera que elegir uno, la opinión cambia si lo metemos a un circuito. No hay nada como una pista de pruebas como la nuestra para someterlo a un duro test y poder compararlo con su competencia. No esperábamos grandes cosas, pero nos ha decepcionado un poco. El tiempo de 1´14´´66 es demasiado alto para lo que se espera de un GTI, por muy burgués que sea de planteamiento. Su competencia directa remueve en torno a los 13´´ e incuso a los 12´´, así que no se puede considerar un buen tiempo de referencia. Sobre todo, que esa competencia de la que hablamos y de la que llevamos una comparativa en este número de AUTOMÓVIL, se mueve en unas prestaciones similares a las de nuestro protagonista. De todas formas, en VW son conscientes y para eso hicieron la versión R mucho más prestacional, pero también mucho más cara.
La razón de este mal tiempo se debe a varias circunstancias. La suspensión es bastante blanda como hemos comentado y se inclina demasiado en las curvas. El cambio DSG no tiene un modo deportivo y cambia demasiado por su cuenta, por lo que a veces es difícil llevar el motor en el régimen que uno quiere. El cuatro cilindros turbo que es muy elástico, sin embargo en circuito se le nota falto de potencia y carácter en alta. Y eso que, como hemos dicho antes, nos ha dado más potencia que la anunciada. El diferencial autoblocante apenas se nota, aunque hay que decir que no ha resultado un coche especialmente subvirador. Incluso tiene una clara tendencia a descolocarse de atrás. Sobre todo en las frenadas. Y es que los frenos no han sido lo mejor del coche a pesar de que respecto al GTI normal monta unos discos mayores. Su potencia no es la esperada para un GTI y por eso no pudimos apurar ninguna curva. Esta fue la clave también para el mal tiempo final.
Dicho esto, aunque no sea un coche rápido, sí que es muy fácil de llevar. No te somete al más mínimo estrés, y siempre tienes la sensación de llevar todo bajo control. No se podía desconectar del todo el ESP, pero tampoco se notaba intrusivo. Por eso es un coche mucho más apto para la calle, para el día a día, que para un circuito… en definitiva, para lo que se ha diseñado.
AUNQUE NO SEA UN COCHE RÁPIDO, SÍ QUE ES MUY FÁCIL DE LLEVAR. NO TE SOMETE AL MÁS MÍNIMO ESTRÉS