CHOCA LOS 5
ªHay quien considera que el dominio de Mercedes desde que existen las PU (Power Unit) es porque empezaron a trabajar en su creación en 2009, cinco años antes que los demás".
Los dos monoplazas frente al garaje, cinco estrella de Mercedes elevadas al cielo, todos los trabajadores del equipo en circuito entorno a ellos, en las pizarras en flúor la victoria de Lewis Hamilton y el quinto Mundial de Constructores para la escudería alemana. Suena el We are the Champions, que se entona de forma tímida. En la foto la premisa de Bradley Lord (quien fue asistente de prensa en Renault de Fernando Alonso en los dos títulos en Interlagos) era enseñar la mano abierta, el 5 bien claro. El champagne no tarda en regarlos a todos y es cuando se desatan, saltan, se abrazan y gritan con ganas: “We are the champions, my friend”. Ahí me doy cuenta de que era una celebración diferente, que por primera vez en la era híbrida los alemanes han sufrido y mucho.
Las cifras son frías, no transmiten las emociones que las han creado. Pero afortunadamente el ‘vivir’ en el paddock y el trabajo que hago con los equipos es en el que te cuentan y percibes más. Y sí, mucho de eso se queda metido en una caja bajo llave en la memoria que puede nunca vuelvas a abrir. Pero eso te da el respeto como periodista que tienes que labrarte en un entorno complejo como el de la F1.
En los 5 títulos de Campeón del Mundo de Constructores, a falta de una carrera y la diferencia de puntos con Ferrari no aparecen los nervios, el estrés. En Japón conseguí después de tres intentos y tres grandes premios entrevistar a Toto Wolff. Nunca antes había pasado. Siempre es sí a la primera y nos vemos en el directo. Pero a última hora una reunión, un inconve- niente, un “no puede, lo siento”… no era normal en ellos. Algo estaba pasando.
Fuimos caminando juntos Bradley, Toto y yo hasta el set para la entrevista en Suzuka. Bromeamos y Bradley decía que había insistido muchísimo porque no le caía bien y le seguí la broma y pedía con cara de pena el motivo, que antes nos llevábamos bien y que quería que volviésemos a ser amigos. Nos reímos, pero Toto pidió disculpas y dio explicaciones. E insistió mucho en disculparse cuando, siendo sensatos, no tiene por qué. Eso también marca la diferencia. Estaba estresado, pálido, cansado, con jet lag y reconoció que estaba siendo especialmente difícil. Pero cuando se encendió la cámara se enderezó, sacó su sonrisa y ya tenía la pose de alemán imbatible.
La entrevista tenía como objetivo hablar de las claves en el proceso de recuperar el mando en el mundial y darle la vuelta a un campeonato en el que Ferrari esta vez sí tenía mejor coche. Para mí el punto de inflexión es Alemania.
La situación tensa, los alemanes por detrás en la clasificación, la evidencia de un monoplaza en rojo mas potente y Lewis con problemas en las suspensiones. Acabó fuera de la pista, desesperados tratando de empujar él mismo el coche a boxes, decimocuarto en la clasificación y los dos coches desmontados en el garaje en busca de respuestas y miedo a un problema de diseño grave. Parecía el hundimiento.
Condiciones cambiantes en la carrera. Algunos charcos pero no acaba de llover. En la vuelta 14 el británico era quinto. Pero Vettel era primero, tenía 25 puntos más en el bolsillo, el liderato en el mundial de pilotos y constructores. Pero en la vuelta 51 las manos del alemán no controlan el Ferrari y se sale. Con el safety car Hamilton da el golpe definitivo a la carrera y —desde mi punto de vista— a ambos mundiales en Hockenheim, en casa del equipo.
Hay quien considera que el dominio de Mercedes desde que existen las PU (Power Unit) es porque empezaron a trabajar en su creación en 2009, cinco años antes de que los demás estudiásemos qué es una unidad de potencia híbrida. Una ventaja que se ha ido reduciendo con respecto al resto de constructores. Hay parte de razón. Pero en 2018 el quinto título en el Mundial de Constructores se lo ha dado el 5 veces campeón del mundo Lewis Hamilton. Porque cuando no han tenido el mejor coche, han tenido al mejor piloto.