Comparativa GTI
Hyundai i30N / Peugeot 308 GTI / Renault Megane RS.
NO SON LOS MÁS POTENTES NI LOS MÁS RÁPIDOS, PERO SI SE TIENE EN CUENTA LA RELACIÓN PRECIO/PRESTACIONES Y EL PLACER DE CONDUCCIÓN QUE OFRECEN, LOS GTI QUE PROTAGONIZAN ESTE COMPARATIVO SON TRES DE LAS OPCIONES MÁS INTERESANTES QUE OFRECE EL MERCADO EN ESTA CATEGORÍA.
El pasado mes de octubre tuvimos ocasión de analizar los GTI más deportivos y radicales del momento con el objetivo de conocer si el nuevo Mégane RS Cup era capaz de rivalizar en prestaciones y capacidad rutera con los intocables Honda Civic Type R y Seat León Cupra R.
En esta ocasión el Mégane RS vuelve a ser el protagonista de un nuevo comparativo, pero en esta ocasión hemos escogido la versión con chasis Sport y caja de cambios EDC de doble embrague, para enfrentarlo con los Peugeot 308 GTI y Hyundai i30N Performance. Las fuerzas están mucho más igualadas y todo parece indicar que el compacto de Renault no tendrá problemas para brillar a gran altura.
A primeros de año tuve ocasión de probar el Mégane RS con chasis Sport y cambio pilotado en la presentación a la prensa celebrada en Jerez de la Frontera. Tengo que reconocer que el coche me encantó por su equilibrio entre confort y deportividad, resultando además muy divertido y gratificante en su conducción, si bien es verdad que me quedé con las ganas de pilotarlo en el circuito andaluz, escenario en el que únicamente pude rodar con la versión Cup.
Frente a sus rivales el Mégane RS se distingue por su motor 1.8 litros turbo para el que se declaran 280 CV, 5 más que el 2 litros de Hyundai y supera en 10 al 1.6 litros de Peugeot, que sobre el papel es el menos poderoso del lote. El Renault también marca diferencias a nivel de transmi-
EL I30N ES UN COCHE MUY SATISFACTORIO, PERO LE PENALIZA EL ELEVADO PESO DEL CONJUNTO
sión, dado que además de la caja manual de seis marchas, también se ofrece con cambio de doble embrague EDC montado en la unidad de pruebas y por si esto fuera poco, el compacto francés también dispone del eje trasero direccional, algo inédito en esta categoría, pero que ya se empleaba desde hace tiempo en algunas versiones del Mégane.
El motor 1.8 turboalimentado de Renault es según los datos oficiales el más potente del lote, superando tanto en CV como en par al 2 litros de Hyundai, marcando diferencias más importantes frente al 1.6 de Peugeot. Cuando se conduce, el 2 litros del i30N parece, sin embargo, que está algo más «lleno», da la sensación de ofrecer un mayor empuje desde abajo y es también el que tiene un sonido más deportivo, sobre todo cuando se escoge el modo de conducción N Mode. Con una cilindrada algo inferior, el motor Renault no tiene problemas para ofrecer un rendimiento similar, resultando además de potente y muy aprovechable, sumamente agradable de manejar; desde luego, nada tiene que envidiar al 2 litros de Hyundai. Y no menos asombroso es el rendimiento del motor Peugeot, que con tan sólo 1.6 litros, sorprende con un funcionamiento espectacular y la sensación es que empuja incluso algo más que sus oponentes en la zona alta del cuentavueltas.
Las impresiones se confirman cuando se analizan las prestaciones y prueba de ello es que en aceleración el 308 GTI supera ligeramente al i30N Performance y empata con el RS. El secreto del «éxito» en este caso se debe principalmente a la diferencia que existe en el peso; como ha podido comprobar nuestro Centro Técnico, el 308 GTI es sumamente ligero, pesa 33 kg menos que el RS y la cifra alcanza los 125 kg en el caso de compararlo con el i30N. Por si esto fuera poco, el
Peugeot también cuenta con unas relaciones de la caja de cambios algo más ajustadas, sobre todo en las dos últimas marchas.
Si se conduce relajadamente, no cabe duda que el cambio pilotado que monta el Renault marca diferencias en agrado de utilización y esto es algo que se aprecia de forma especial cuando se emplea el modo automático en ciudad. Por el contrario a la hora de rodar por carretera, el Hyundai es el más confortable gracias a los amortiguadores pilotados con tres posiciones a elegir. En el modo más suave de los tres que se ofrecen, el i30N es tan cómodo como lo pueda ser cualquiera de sus hermanos de gama y absorbe con gran eficacia las irregularidades del firme. Si se escoge la posición Sport los amortiguadores actúan con unos tarados bastante más enérgicos, el reglaje ideal para conducir deportivamente en carretera, mientras que el programa N Mode queda reservado en exclusiva a su utilización en circuito o en carreteras con el firme en perfecto estado, ya que reglajes de la amortiguación son decididamente enérgicos.
Sus oponentes no cuentan con amortiguadores pilotados y en ambos se ha optado por una amortiguación deportiva, pero que no comprometa en exceso el confort. El objetivo se ha conseguido con creces en ambos casos, si bien es verdad que en el Renault las irregularidades del asfalto se filtran incluso con mayor eficacia, resultando su conducción más descansada a la larga, entre otras cosas también hay que tener en cuenta que los asientos del Mégane son los mejores del lote. Bien es verdad que sus oponentes tampoco desmerecen en este sentido y además de confortables, sujetan bastante bien el cuerpo.
Siempre levanta controversias, son muchos a los que no les convence, algunos incluso lo detestan, pero particularmente el puesto de conducción del 308 GTI me encanta. La sensación de tener entre las manos un volante de pequeñas dimensiones, con el cuadro de instrumentos situado por encima, me recuerda la postura que se obtiene en algunos coches de carreras, bien es verdad que obliga a adoptar una posición alta del asiento para que la visibilidad no se resienta.
Como se puede imaginar, los tres ofrecen una gran eficacia a la hora de rodar por carretera. Son coches muy rápidos y cualquiera de ellos resulta perfectamente apropiado para realizar viajes de largo recorrido, ya que incluso el consumo de carburante no resulta especialmente elevado a velocidades en el entorno de la legalidad, sobre todo en el caso del Mégane RS, que se muestra especialmente ahorrador.
Donde más se disfrutan, no obstante, no es en la autopista o en carreteras rápidas. Estos tres GTI están pidiendo a gritos adentrarse por trazados más sinuosos, como puede ser el de nuestra pista de pruebas. Tanto el Hyundai como el Peugeot habían pasado ya por este circuito en otras ocasiones, también el Mégane RS Cup y no es de extrañar que estuviéramos deseando hacerlo a los mandos del RS con chasis Sport y cambio de doble embrague.
El Mégane cautiva desde los primeros compases. Es fácil, intuitivo y obediente, resultando rápido y muy eficaz en estas circunstancias. El 1.8 litros turboalimentado sigue sorprendiendo por su rendimiento y poderío, mientras que el cambio de doble embrague se adapta muy bien a la conducción deportiva, dado que es rápido y muy
ES EL MENOS POTENTE, PERO EL 308 DEMUESTRA SER EL MÁS RÁPIDO SOBRE EL ASFALTO
EL MÉGANE RS SE DESMARCA CON LA POSIBILIDAD DE MONTAR CAMBIO DE DOBLE EMBRAGUE
obediente. De todas formas, lo que más convence del RS son las bondades del bastidor; el tren delantero es siempre muy obediente y rápido de reacciones, mientras que eje trasero direccional le confiere una excelente agilidad. De esta manera, en curva rápida las ruedas traseras giran en el sentido de la marcha para aportar un aplomo impresionante, mientras que en los giros más cerrados lo hacen de forma inversa, consiguiendo que el coche enlace las curvas con una facilidad asombrosa. A diferencia del RS Cup, la versión con chasis Sport no dispone de diferencial autoblocante, pero su acción es «imitada» por el control electrónico de estabilidad y como hemos podido comprobar, lo hace con gran eficacia.
Prueba de ello, es que ha conseguido rebajar el registro del RS Cup en torno a ocho décimas de segundo en el circuito AUTOMOVIL, lo que pone de manifiesto que los tarados de suspensión menos radicales y sobre todo el cambio de doble embrague, se adaptan mejor a este trazado. No conviene olvidar, que las prestaciones del RS EDC son algo mejores y como hemos podido comprobar en aceleración se mejoran con respecto al Cup casi 2 décimas de segundo en el 0 a 100 km/h y algo más de 4 en los 1.000 metros saliendo desde parado.
A continuación, llegaba el momento de ponerse a los mandos del Peugeot 308 GTI, un coche del que guardo un excelente recuerdo por lo gratificante que resulta pilotarlo al límite. El GTI galo impresiona desde el principio por la vigorosidad y energía de su pequeño motor 1.6, pero sobre todo por lo ágil que resulta. El diferencial autoblocante se encarga de transmitir cada caballo al asfalto con total eficacia a la salida de las curvas más cerradas, donde se muestra especialmente eficaz; las enlaza con suma facilidad, gracias a un tren trasero que se muestra bastante juguetón y receptivo a los cambios de apoyo, lo que no quiere decir que resulte crítico ni inquieto en curva rápida, donde va bien asentado, permitiendo atacar al máximo con plenas garantías y confianza a los mandos. Como se puede comprobar, se sitúa a la cabeza de este trío en este trazado, superando al RS por aproximadamente 3 décimas de segundo y rebajando su anterior registro en 4.
El Hyundai i30N tampoco era la primera vez que visitaba nuestro circuito, demostraba que los trazados más veloces se le dan especialmente bien. Enlaza así los virajes con una facilidad insultante y gracias a una dirección muy precisa permite afi-
LOS TRES ESTÁN MUY IGUALADOS. NO SERÁ FÁCIL DECIDIRSE POR UNO DE ELLOS
nar mucho en las trayectorias. El motor es potente y responde siempre con mucha fuerza, mientras que el diferencial autoblocante de control electrónico optimiza la motricidad sin interferir apenas en la dirección en los giros más cerrados, donde también se desenvuelve especialmente bien. No es tan ágil como sus oponentes, pero resulta menos exigente al límite y se ve penalizado por el mayor peso del conjunto, cediendo 6 décimas con respecto al Peugeot en este trazado y menos de 3 con respecto al RS. No son diferencias significativas y lo mismo puede decirse cuando se habla de las prestaciones, como se puede comprobar.
Al margen de las ofertas de los distintos fabricantes, el precio de estos tres GTI está también muy igualado y no es de extrañar que decantarse por uno u otro, no sea nada fácil y esté bastante relacionado por los gustos personales de cada uno. A su favor, el Hyundai cuenta con la ventaja de un equipamiento más completo que incluye amortiguación pilotada y un motor de mayor cilindrada entre otros. El Mégane RS es por su parte el más novedoso y se encuentra disponible con cambio de doble embrague, un tipo de transmisión que puede resultar determinante a la hora de tomar la decisión. El Peugeot, es por su parte el más veterano, también es el menos potente, pero como hemos podido comprobar, hace valer su ligereza y fantástico equilibrio para demostrar fantásticas cualidades dinámicas. En cualquier caso y con cualquiera de los tres, uno tendrá siempre la sensación de haber acertado en la elección.