ADAPTARSE O MORIR
Fernando Alonso es un buen ejemplo de adaptación y de regeneración. El piloto asturiano ha sabido ver cuándo tenía que dejar la categoría que le ha hecho grande y pasar página para vivir y desarrollar otras experiencias.
Cada año que termina hacemos balance de todo lo que hemos hecho a lo largo de los últimos doce meses. Creo que es un buen ejercicio para no cometer los mismos errores en el próximo año que llega y felicitarnos por todo lo bueno que hemos realizado. 2018 ha sido un año excelente para AUTOMÓVIL, ya que hemos celebrado nada menos que nuestro 40 cumpleaños. Un número de coleccionista que recordaremos toda la vida. La ocasión merecía la pena. Ninguna revista del mercado, ninguna de nuestra competencia, cuenta con tantos años y tanta experiencia como nosotros. Yo particularmente he vivido casi 30 de los 40 años de existencia de la revista. Me puedo considerar parte de ella y mi vida no tendría sentido sin ella. He asistido desde esta primera línea de combate a los cambios que han experimentado la sociedad y el mundo del automóvil. Ya nada es igual a aquellos excitantes años ´90, pero ni falta que le hace. Todo cambia para bien. Porque de lo que se trata es de adaptarse. Ahora el automóvil se está adaptando a la electrificación, buscando la manera de seguir formando parte de la sociedad y emocionando como nos ha hecho hasta ahora. Yo no tengo duda que seguirán existiendo deportivos que nos pondrán los pelos de punta con sus aceleraciones y su velocidad de paso por curva… aunque sean eléctricos. Me encantaría que siguieran en el mercado motores de combustión con sus pistones revolucionando un cigüeñal a más de 10.000 rpm para vibrar con el sonido, pero seguro que aprenderemos a emocionarnos con el silbido de un motor eléctrico girando a “nosecuantasmil” revoluciones. Nos adaptaremos, y seguro que AUTOMÓVIL sabrá transmitiros toda esa pasión por el mundo del nuevo deportivo que llega.
La adaptación es parte fundamental del aprendizaje de una persona y de una sociedad. Una de las noticias que nos ha sorprendido este año es el abandono de Fernando Alonso de la Fórmula 1. Este es un buen ejemplo de adaptación y de regeneración. El piloto asturiano ha sabido ver cuándo tenía que dejar la categoría que le ha hecho grande y pasar página para vivir y desarrollar otras experiencias. Han sido 18 años dedicados a la categoría reina, consiguiendo dos Campeonatos del Mundo, algo que muy pocos pueden decir y que, en España, no soñábamos antes de que llegará Alonso. Este último año creo que ha sido uno de los mejores de la trayectoria del asturiano. El McLaren no era nada competitivo y me atrevería a decir que era el segundo peor coche de la parrilla, solo por delante del Williams. Sin embargo, Alonso ha estado todo el año entre los diez primeros en la clasificación de pilotos. Me ha parecido increíble que haya podido estar puntuando poco a poco, sin hacer ruido, sobreponiéndose a las adversidades, para estar siempre entre los mejores. Creo que eso ha tenido casi más mérito que los dos Campeonatos del Mundo conseguidos, donde contaba con un coche muy competitivo. Ahora se va a la Indy a ganar las 500 Millas de Indianápolis para conseguir esa Triple Corona que tantas ganas tiene de lograr para entrar en la leyenda como Graham Hill. Le deseamos toda la suerte del mundo para que logre esa hazaña en el 2019. Un año que seguro la F1 le echará de menos, pero que se adaptará, como siempre sucede. Después de un gran campeón siempre llega otro. Hamilton es el rey de reyes actualmente. Si sigue así, es posible que desbanque del trono al mismísimo Michael Schumacher. Pero ya empiezan a acecharle otros que vienen pisando fuerte. Verstappen ya se ha consolidado este 2018 y aparece en escena otro jovencito que apunta alto como es Charles Leclerc. Su paso a Ferrari van a poner todo el foco en ese box, ya que se augura una dura lucha interna por ver quien es el más fuerte. Vettel se tendrá que adaptar. Bien para demostrar que es cuatro veces Campeón del Mundo por algo, o bien para saber sobrellevar que el monegasco le haga sombra. Adaptarse o morir.