Jaguar I-Pace
Este eléctrico se ha convertido por méritos propios en el modelo más premium de la marca británica.
EL PRIMER PRODUCTO ELÉCTRICO DE JAGUAR NO PODÍA SER CUALQUIER COSA. UN SUV, PERO DE NUEVO CUÑO, QUE REPRESENTA EL MODELO MÁS TECNOLÓGICO Y PREMIUM DE TODA SU OFERTA. TRANSMITE MEJORES SENSACIONES Y UNAS PRESTACIONES MÁS EMOCIONANTES QUE CUALQUIER OTRO MODELO DE SU GAMA.
Dicen que el que da primero da dos veces. Con la oferta eléctrica, Jaguar parece que lo ha cumplido porque ha sido de los primeros (Tesla se le adelantó un poco) en ofrecer un producto premium de altas prestaciones y gran autonomía. Y no se ha limitado a adaptar uno de sus productos para transformarlo en eléctrico, sino que ha diseñado un modelo completamente nuevo. Sobre la base de una nueva plataforma, que permite colocar las baterías en el centro y abajo, se ha planteado un concepto SUV muy atractivo. Al principio, por su aspecto, alguno pensaba que era un F-Pace adaptado. Pero no es así. Es completamente nuevo con una plataforma vanguardista sobre la que se ha colocado una carrocería más estilo coupé, con mucha anchura y realmente estilizada. Creo que es el modelo más atractivo de la gama Jaguar ahora mismo. Aprovechando que no lleva motor térmico y que se mueve gracias a dos motores eléctricos, uno para cada eje, pues las cotas son diferentes al resto de SUV, como por ejemplo con una batalla muy grande para el tamaño real del coche. Es decir, casi 3 metros de batalla para una carrocería de poco más de 4,6 metros es algo que no existe en el mercado. La anchura es un poco más normal, pero eso nos permite tener unas vías muy generosas que acaban redundando en el comportamiento muy positivamente.
Pero de eso hablaremos luego. Ahora nos centraremos en el interior, que también es fruto de su nuevo planteamiento. Así, su diseño tiene cosas curiosas como la ausencia de palanca de cambios lo que ha abierto un hueco enorme para dejar objetos en la consola central. Se percibe esa sensación high-tech que necesita un modelo eléctrico para diferenciarse de sus hermanos de gama. Y lo ha conseguido, porque el I-Pace me parece el modelo más premium de la familia Jaguar. Solo me ha llamado la atención que curiosamente el portón no fuese eléctrico, cuando ya todos los coches de ese nivel —e inferior— lo llevan y en este caso no creo que sea por falta de falta de energía eléctrica para moverlo. Y es que en los bajos hay baterías suficientes para permitir a este Jaguar una autonomía de 400 km. Reales no son tantos, sobre todo si salimos a carretera y aligeramos el ritmo.
A través de ese portón encontramos un maletero generoso que por ello no sacrifica el espacio
EL I-PACE ME PARECE EL MODELO MÁS PREMIUM DE LA FAMILIA JAGUAR
en el habitáculo. Al no tener que montar motores térmicos delante y transmisiones por debajo, eso permite a los diseñadores aprovechar el espacio al máximo. Eso también trae consigo que el parabrisas quede muy alejado del piloto.
Pero vayamos a las sensaciones. Al arrancar sientes esa inmediatez en la aceleración. Son comportamientos a los que nos tenemos que ir acostumbrando porque a partir de ahora empezarán a llegar modelos deportivos eléctricos que tendrán una salida fulgurante. El 0 a 100 km/h suele ser muy bueno, pero lo que más impresiona es el 0 a 5 metros, ya que sale catapultado. La entrega de los motores eléctricos ya sabemos como es. A medida que se coge velocidad y hay que tirar de más potencia de baterías, pues el I-Pace va perdiendo energía y brío, pero le cuesta llegar a ese punto. A nadie le defraudarán sus aceleraciones y recuperaciones, porque son de auténtico deportivo. Diría más, transmite sensaciones de mayor poderío que la cifra de 0 a 100 km/h que logra realmente. Nos ha parado el cronómetro en 4,7 segundos, pero las sensaciones son de que baja de los 3 segundos. Aunque también podríamos decirlo de otra manera: anuncia 400 CV y no tenemos sensación de esa potencia, parece que tiene menos. Lo mismo podríamos decir de los frenos, ya que como se aprovecha de la regeneración de energía de los motores eléctricos, pues la sensación de retención es muy alta. La frenada de 75 metros (desde 140 km/h a 0) es buena, pero la sensación es mejor. También hay que decir que monta un buen equipo de discos ventilados.
Con todo esto nos esperábamos un buen tiempo en nuestra pista. Aunque siempre es una incógnita, ya que no tenemos mucha experiencia con este tipo de coches eléctricos. Suele suceder que, cuando se les exige al máximo, las baterías se recalientan y entran en modo de seguridad y baja un poco el rendimiento durante unos segundos. En este caso también sucedió, aunque no fue el problema principal para lograr un buen tiempo. El mayor inconveniente provino de los neumáticos que montaba nuestra unidad de pruebas, que eran de invierno (o eso creíamos). Esto provocó que solo hiciese un 1´16´´30. Iba esquiando por todos los lados y no se podía aprovechar todo el potencial. Porque las sensaciones fueron muy buenas y el coche prometía mucho. Aunque también hay que decir que está en los tiempos de un BMW X4 M40i que, con 360 CV, tracción total y
SUS ACELERACIONES Y RECUPERACIONES SON DE AUTÉNTICO DEPORTIVO
EL CONTROL DE ESTABILIDAD NUNCA SE DESCONECTA DEL TODO
menos de 2.000 kg, sería un rival equivalente en concepto térmico. Incluso el modelo bávaro tiene peores aceleraciones. Así que no hay que minusvalorar el tiempo del I-Pace, aunque al principio nos decepcionó por las sensaciones que transmite el empuje de los motores eléctricos.
Las suspensiones no son muy duras, pero tampoco blandas, lo que permitía un buen aplomo en todo tipo de circunstancia. Hay que decir que la combinación de batalla larga, vías anchas y una carrocería recortada, siempre da buenos resultados. Aunque en este caso el peso siempre es un hándicap. Si bien hay que reconocer que está muy bien repartido el peso porque el centro de gravedad se nota bajo y el reparto es casi al 50%.
Pero teníamos la espina clavada de saber realmente el potencial de un coche eléctrico como éste en nuestra pista de pruebas. Así que volvimos a pedir el mismo coche pero con neumáticos normales. Nos dirigimos al circuito con la convicción de que bajaríamos por lo menos segundo y medio, según nuestra experiencia cuando cambiamos de calidad de gomas. Pero cuál fue nuestra sorpresa cuando detuvimos el cronómetro y marcaba el mismo tiempo que habíamos realizado unos días antes. Y volvimos a resetearnos nosotros mismos. Y es que hay que aprender a valorar y analizar los coches eléctricos. No tienen nada que ver con los análisis que hemos estado haciendo toda la vida con los modelos de motores térmicos. Empezando por las sensaciones que hemos comentado antes, ya que transmiten mayores sensaciones prestacionales de lo que realmente son. Todo se debe a la forma de entregar la potencia. Ahora es toda inmediata, desde el primer metro, que pierde fuelle a medida que se eleva la velocidad y las baterías acusan la entrega de kWh. Como hemos dicho otras veces, se calientan y, por ello, se protegen y no suelen entregar la potencia desde bajas velocidades cuando pisamos a fondo. Me refiero cuando estamos en un circuito. En carretera y en nuestra vía diaria nunca notaremos esto, porque no se les exige como en pista. Y en este caso sucedió que cortaba la entrega de potencia a la salida de las curvas lentas, perdiendo unos segundos preciosos. También iba dejándose tiempos en fuertes apoyos porque el control de estabilidad nunca se desconecta del todo, a pesar de que hay un botón ex profeso para eso y que también hay una posición Dynamic.
Pues da igual todo eso. Vayas en la posición que vayas y le pongas el neumático que le pongas, el tiempo va a ser el mismo. Lo hemos comprobado. Al final la velocidad de paso por las curvas lo determina la electrónica y la entrega de energía de las baterías. Y en las rectas corre de la misma manera lleve el neumático que lleve. De hecho, como las arrancadas son tan diferentes a las de los motores térmicos, llevar neumáticos de invierno o normal no se nota en nuestras prestaciones. Es algo muy curioso. Así que nos tendremos que ir acostumbrando a cómo hay que analizar los coches eléctricos a partir de ahora. Porque muy próximamente nos van a llegar en oleadas.