BMW M2/M4/M5 Competition
ES UN TITULAR MUY MANIDO, PERO ES EL QUE MEJOR REFLEJA ESTA COMPARATIVA. SON TRES MODELOS DIFÍCILES DE MEJORAR. CADA UNO DE ELLOS ME ENCANTA Y NO SABRÍA CON CUAL QUEDARME. SIN DUDA SON TRES ASES CON LOS QUE GANAR TODAS LAS PARTIDAS.
Las versiones Competition demuestran ser una delicia de la mano de BMW M.
En esta comparativa quería valorar el efecto Competition en tres diferentes modelos de BMW. Someterlo a nuestro análisis en pista siempre está bien para saber dónde está cada uno. Sobre el papel yo venía enamorado del M2 Competition, el último que había probado y que consideraba insuperable. Pero ha sido probar los tres juntos, para que me asaltaran todas las dudas del mundo. Ahora mismo, después de subirme uno detrás de otro, no sabría con cual quedarme. Me gustan los tres. Me encantan los tres. Aunque hay que adelantar que son dos filosofías diferentes. Por un lado sería la del M2 y M4, y por otra parte la del M5. Este último tiene un planteamiento de berlina de lujo confortable que no se elimina del todo por mucho Competition que pongas en su logo. Mientras que los M2 y M4 tienen el toque racing más acentuado. Se podría decir que son más radicales, pero de tacto, porque de prestaciones puras, al M5 Competition no hay quien le gane. Acelera como un diablo con ese poderoso motor V8 biturbo y su tracción total. Dentro te sientes en un salón, pe-
LA JOYA DE LA CORONA DE ESTA COMPARATIVA ES EL NUEVO COMPETITION DE LA FAMILIA BMW M: EL M5
ro cuando aprietas el acelerador, la aceleración es brutal, vayas en la marcha que vayas. Empuja como pocas veces he experimentado. Y con los modos Sport conectados, los petardeos del motor al cambiar de marcha son excitantes. Y eso que dentro del habitáculo todo está muy filtrado y no llega el sonido en todo su esplendor. Hay que decir que el M5 Competition es el único del trío en llevar el cambio automático de 8 marchas, lo que facilita las maniobras de reducción o subidas de marcas muy rápidas sin levantar el pie del acelerador. Los “pequeños” llevan el cambio manual de 6 relaciones que nos sirve para reencontrarnos con el placer de cambiar de marchas por nosotros mismos. No es tan rápido como hacerlo con un DKG, pero la sensación de “hazlo tú mismo” siempre es más gratificante.
Pero antes de nada vamos a aclarar un detalle. El M4 no es una versión Competition como tal, sino que se trata de un M4 pero con el llamado Paquete Competición. Es decir, lleva una sería de mejoras sobre la base del M4 normal de 431 CV. Y la primera mejora es el aumento de la potencia hasta los 450 CV que le permiten superar las aceleraciones en una décima de segundo (el par motor no se incrementa pero si el rango de utilización). El resto de mejoras es un chasis adaptativo M específico —con muelles, amortiguadoras y estabilizadoras—, un diferencial activo M con controles de estabilidad específicos y elementos estéticos y funcionales como unos asientos deportivos M perforados, colas de escape en negro Schwarzcrom, cinturones de seguridad con bandas M, delante y llantas de aleación ligera M de radios en estrella forjadas, en 20”. Todo este paquete cuesta 9.327 euros.
Pero la joya de la corona de esta comparativa es el nuevo Competition de la familia BMW M. Se trata del M5 que impulsa todavía más el carácter del M5 “normal”. Esta versión incrementa su potencia en 25 CV para dejar la cifra total de su V8 biturbo en 625 CV. El chasis rebaja siete milímetros la altura al suelo, el sistema de amor-
ACELERA COMO UN DIABLO CON ESE PODEROSO MOTOR V8 BITURBO Y SU TRACCIÓN TOTAL
tiguador hidráulico es especial con muelles más rígidos y ofrece un aumento en la caída de las ruedas del eje delantero, así como uniones de los brazos de la suspensión modificadas y una nueva barra estabilizadora en la parte trasera. También monta llantas exclusivas de aleación ligera M de 20 pulgadas. Estéticamente encontramos el acabado de pintura de alto brillo, negro brillante para la parrilla, las branquias laterales con la firma de BMW M, alerón trasero y cubiertas de los retrovisores. Dentro encontramos cinturones de seguridad con los colores de BMW M, alfombrillas decoradas y el logo M Competition.
Del M2 Competition poco podemos añadir porque ya realizamos una prueba específica hace unos meses. Ahora se trata de contar las sensaciones que hemos tenido con estas tres criaturas en circuito. Para empezar la primera conclusión es que sus tiempos están muy parejos. Mucho más de lo que sus planteamientos pudieran prever. Porque si bien el M2 y M4 comparten motor, en principio nos parecía que tendrían tiempos muy diferentes. Yo me inclinaba a que el M2 sería el favorito y no fue así. Incluso habiendo bajado casi un segundo su tiempo respecto a la unidad que tuvimos hace unos meses, su registro fue superado por el M4. Este ha logrado uno de los mejores tiempos de cuantos “M” han pasado por nuestras manos. Concretamente el tercero, después del M4 CS y el M2 M Performance con neumáticos semislick. Ha superado incluso al poderoso M4 GTS (nuestro M2 Competition también lo ha hecho). El M5 Competition se ha descolgado un poco, pero también ha bajado de la barrera del 1´10´´ como ya hiciera su hermano M5 estándar. De hecho ha logrado el mismo tiempo, de manera que el cronómetro ha sabido valorar las mejoras de 25 CV y esas modificaciones en el chasis. Y es que la verdad, no se notan mucho estas modificaciones. Hay que decir que este M5 Competition emplea la misma filosofía de equipo de suspensiones que he ido experimentando con los últimos productos que he probado de BMW. Me refiero a lo que sentí con el X5 M40d y el M850i. Es decir, una suspensión
EL M4 HA LOGRADO UNO DE LOS MEJORES REGISTROS EN CIRCUITO DE CUANTOS M HAN PASADO POR ALLÍ
que filtra todo muchísimo, superconfortable, no notas ningún bache, por profundo que sea, pero sin embargo la electrónica de sus amortiguadores pilotados permiten que en apoyos se endurezcan y el comportamiento sea de primer nivel. Es una sensación extraña, pero hay que empezar a acostumbrarse porque los técnicos de BMW M no van a renunciar al confort pudiendo tener las dos cosas. El M4 también lleva amortiguación pilotada con posibilidades de diferentes dureza, pero no tienen nada que ver. El M4 se nota la dureza de la suspensión, es un M de los de la vieja escuela y percibes todas las irregularidades de la carretera. Eso no quiere decir que sea incómodo, pero no tiene nada que ver con el M5 que es una alfombra voladora. El M2 no tiene esa suspensión pilotada y solo cuenta con una dureza, que es bastante alta pero sin llegar a ser incómoda. Por eso el tacto que encontramos en pista es muy parecido entre ambos.
He de decir que nunca había sudado tanto en una prueba en nuestro circuito. Un día soleado y tres coches tan bravos como estos me exigieron mucho. Alguno se podrá pensar que el M5 Competition sería el más tranquilo, pero no es así. Tiene tanta potencia y el reglaje de la tracción total es tan radical, que se comporta como un propulsión trasera. Es cierto que ayuda la tracción delante en muchas ocasiones, pero abusando del gas el tren trasero manda siempre. También hay un programa que deja solo la propulsión trasera, pero es mejor no conectarla, solo sirve para hacer drifting. Ya con la tracción total conectada te diviertes lo suficiente. Los M2 y M4 son mucho más manejables y “fáciles” de llevar. Tienes más sensación de control, quizás por la dureza de la suspensión, porque son más ligeros y porque llevábamos el cambio manual que nos permitía jugar a nuestra manera. Además de que el motor 6 cilindros biturbo del M2 y M4 es mucho más dulce que el brutal V8 del M5. Basta echar un ojo a las prestaciones de todos ellos para saber valorar todo lo que estamos hablando.
EL COMPORTAMIENTO DEL M2 ES MUY PARECIDO AL DEL M4. LA SENSACIÓN ES DE SER MÁS MANEJABLE