Audi TT 45 TFSI Coupé y Roadster
EL AUDI TT, UNO DE LOS DEPORTIVOS MÁS DESEADOS DE LAS DOS ÚLTIMAS DÉCADAS, RECIBE AHORA UNA COMPLETA PUESTA AL DÍA. LIGEROS CAMBIOS ESTÉTICOS, MÁS POTENCIA, NUEVA CAJA DE CAMBIOS Y MÁS TECNOLOGÍA, LO HACEN TODAVÍA MÁS ATRACTIVO.
El Audi TT se daba a conocer en forma de prototipo en el salón de Frankfurt en 1998, donde causaba una enorme expectación. No es de extrañar, que tres años después llegara el modelo de producción, cosechando un notable éxito comercial desde el principio. En 2007 llegaba la segunda generación del TT y en 2014 la tercera, aportando muchas novedades, pero manteniendo prácticamente intacto el planteamiento, la imagen y concepto original. En estas dos décadas el modelo ha ido evolucionando y adaptándose a los tiempos, pero sin perder la esencia y convirtiéndose por méritos propios en un auténtico icono para la marca.
Para celebrar, de alguna manera el veinte aniversario del TT, la tercera generación recibe ahora un restyling con el que el deportivo de los cuatro aros no cambia de forma sustancial, pero mejora a todos los niveles, como podremos comprobar a lo largo de estas líneas.
Para la ocasión hemos querido enfrentar, de alguna manera, las versiones Coupé y Roadster y como motorización nos hemos decantado por el 2 litros TFSI en su variante de 245 CV asociado al cambio DSG de doble embrague y la tracción total quattro.
Exteriormente son muy pocos los detalles que distinguen al nuevo TT. Hay que fijarse mucho para comprobar que ha cambiado ligeramente el diseño de la parrilla delantera, las entradas de aire para la refrigeración del motor y también hay nuevos colores para la carrocería. Las llantas son de nuevo diseño, de serie en 17” y opcionales en 18”, 19” y 20”, siendo estas últimas las escogidas para ambas unidades de prueba.
Más importantes son, sin duda, las mejoras que reciben estas versiones del TT a nivel técnico y sobre todo en lo que a la mecánica respecta. El conocido 2.0 TFSI, por ejemplo, incorpora un nuevo filtro de partículas para cumplir con las normas de emisiones y para compensar su presencia se ha trabajado en la gestión electrónica, el turbo, el sistema de alimentación, el escape, etc. Gracias a ello se consigue aumentar su rendimiento, pasando de 230 a 245 CV, mientras que el par máximo se mantiene prácticamente invariable. Más importante, si cabe, es que la caja de cambios DSG de seis marchas deja paso a una nueva de siete. Al contar con una marcha más, el nuevo cambio de marchas cuenta con unas relaciones más ajustadas en las seis primeras relaciones y una séptima larga para reducir el consumo de carburante a velocidad estabilizada.
El filtro de partículas y la nueva caja de cambios aumentan el peso total del conjunto en
LA NUEVA CAJA DE CAMBIOS DSG DE SIETE MARCHAS APORTA MUCHAS VENTAJAS
aproximadamente 25 kg pero comparando los datos del Coupé con los obtenidos en su día con la versión de 230 CV, vemos que las cifras de aceleración apenas varían y en todas las mediciones las diferencias están por debajo de 1 décima de segundo; concretamente se mejora en los 1.000 metros de aceleración media décima de segundo y empeora tanto en el 0 a 100 km/h como en los 400 metros saliendo desde parado: 0,9 y 0,6 décimas de segundo respectivamente. Las diferencias son también inapreciables en lo que se recuperaciones respecta, con lo que queda claro que en prestaciones se queda más o menos como estaba.
Más diferencias se aprecian cuando se comparan las versiones Coupé y Roadster protagonistas de estas páginas. Lastrado por los más de 100 kg que pesa en báscula, el descapotable pierde casi 3 décimas en el 0 a 100 km/h, algo parecido en los 400 metros y en torno a 4 décimas en los 1.000 metros saliendo desde parado, ligeramente mayor es la diferencia en lo que a recuperaciones se refiere como se puede comprobar.
De esta manera, cuando se conduce relajadamente es casi imposible apreciar diferencias a nivel dinámico entre el Coupé y el Roadster, otra cosa es cuando se llevan las cosas al extremo, como se podrá comprobar más adelante.
Una vez en marcha, el motor 2 litros TFSI vuelve a cautivar por su extraordinario rendimiento y capacidad de entrega. Es una maravilla, potente, elástico y con una extraordinaria respuesta a cualquier régimen, resulta además muy agradable de manejar.
Sumamente satisfactorio es también el nuevo cambio DSG de siete velocidades; suave y refinado en su funcionamiento en el modo automático, también resulta muy obediente y extraordinariamente rápido cuando se emplea manualmente. Muy bien también el escalonamiento, los saltos entre marchas son muy ajustados y en los trazados más sinuosos siempre se dispone de la marcha ideal, lo mismo que en las veloces autopistas. Las levas en el volante son difíciles de encontrar en carreteras donde hay que manotear bastante con el volante, pero afortunadamente siempre queda la posibilidad de emplear la palanca.
En el TT se ofrecen los programas Efficiency, Confort, Auto, Dynamic e Individual, con los que además de la gestión del motor, la caja de cambios y la transmisión, se varía la dureza de los amortiguadores magnéticos opcionales y la dureza de la
SUMAMENTE EFICAZ, ES TAMBIÉN FÁCIL Y ASEQUIBLE EN SU CONDUCCIÓN
dirección. Por cierto, que esta última cuenta con asistencia eléctrica y es de desmultiplicación variable, lo que permite una mayor agilidad en los trazados sinuosos.
En cuidad el TT es un coche muy agradable, ágil y manejable, también resulta muy gratificante a la hora de conducir, sobre todo la versión descubierta, mucho más lúdica y divertida. La capota de lona con accionamiento eléctrico tan sólo emplea 10 segundos en dejarnos a cielo abierto y además la maniobra se puede realizar en marcha, siempre que no superemos los 50 km/h. Para evitar en lo posible las turbulencias dispone además de un pequeño cortavientos de accionamiento eléctrico que, por cierto, realiza muy bien su tarea. Con la capota cerrada el aislamiento con el exterior es casi perfecto y tiene poco que envidiar al de la versión Coupé, como se puede comprobar por las pruebas de sonoridad. Conviene recordar que el Roadster prescinde de las plazas traseras que, como se puede imaginar, únicamente son aptas para niños de corta edad y el maletero también pierde algo de espacio, concretamente pasa de 305 a 280 litros. Si tumbamos los asientos posteriores, en el Coupé se dispone además de una la capacidad de carga poco habitual entre los modelos de su clase resultando, por tanto, un deportivo bastante práctico y polivalente.
El TT resulta así ideal para viajar, se encuentra en su salsa en autopista y trazados rápidos donde se permite mantener cruceros muy elevados con total facilidad y tranquilidad a los mandos. Además, los amortiguadores Magnetic Ride con dos tarados a elegir, digieren bien las irregularidades del firme, incluso en el modo más deportivo y eso que las llantas de 20” con gomas 255/30 que montaban las unidades de prueba no se lo ponen nada fácil.
De todas formas, no cabe duda que cuando más se disfruta de estos deportivos es conduciendo por carreteras con muchas curvas. Ambos permiten negociar los virajes con una facilidad impresionante gracias a un tren delantero muy preciso, mientras que la dirección de desmultiplicación variable otorga una agilidad notable. La tracción total pone la guinda para que el TT vaya siempre por donde uno quiere y se agarre a la carretera como una auténtica lapa. No hace falta tener un nivel de conducción demasiado alto para sacarle un extraordinario partido, ya que la facilidad es la nota dominante en todo momento. Únicamente en estas circunstancias y rodando al límite, se
LA VERSIÓN ROADSTER OFRECE MÁS DIVERSIÓN Y ES MÁS LLAMATIVA
aprecia que la versión Roadster es algo más pesada, cuesta más pararla y resulta ligeramente más perezosa a la hora de adentrarse en las curvas, pero las diferencias son mínimas e inapreciables para la mayoría.
En cualquier caso, se trata de un deportivo que hace fácil lo difícil, como hemos podido comprobar con la versión Coupé en el Circuito AUTOMOVIL. Es capaz de negociar los virajes más veloces con un aplomo extraordinario y transmitiendo a los mandos una confianza absoluta. Impresionante la capacidad de frenada cuando apuramos al máximo, ya que además de muy potente, el equipo mantiene un tacto de pedal muy firme y sin perder efectividad en ningún momento. Llega la parte más ratonera del circuito para confirmar la extraordinaria agilidad del coche, la tracción total obra milagros para transmitir cada caballo al suelo con total eficacia y un ligero subviraje se aprecia cuando forzamos mucho las cosas, pero nada que le reste eficacia ni diversión.
Una vez más el TT demuestra su facilidad de pilotaje y tras las tres vueltas de rigor, uno se baja del coche como si tal cosa, absolutamente relajado y sin las habituales gotas de sudor en la mejilla, casi inevitables en un coche capaz de parar el cronómetro en 1´11´´08. El registro obtenido es 3 décimas superior al obtenido en su día con la versión de 230 CV, pero no es relevante ya que, como hemos comentado en ocasiones, la pista no está siempre igual de rápida. En cualquier caso, obtiene una meritoria posición en el ranking. Como se puede comprobar, se sitúa en tiempos similares a los de por ejemplo un BMW M4, un Porsche Cayman, Alpine A110 o un Peugeot RCZ R, por citar algunos ejemplos.
El TT se mantiene, por tanto, como uno de los deportivos más atractivos y racionales del mercado tanto por precio como por facilidad y agrado de conducción. La versión que nos ocupa es más que suficiente para la mayoría y tan sólo los más exigentes se decantarán por el más radical TTS. Menos práctica, pero también más lúdica, la versión Roadster ofrece más diversión a los mandos, sin apenas merma en eficacia y a un precio que apenas se incrementa en 3.800 €; algunos lo tendrán clarísimo, particularmente me surgirían muchas dudas si tuviera que decidirme por uno u otro.
EL TT Y EN ESPECIAL LA VERSIÓN COUPÉ, ES UN DEPORTIVO MUY PRÁCTICO Y POLIVALENTE