Automovil

Audi e-Tron S Sportback

- Texto: Miguel G Puente. Fotos: Audi.

El poder de la electricid­ad se transforma en este SUV que desborda emoción.

LOS ELÉCTRICOS SON COCHES FÁCILES, POR NATURALEZA, POR ESPÍRITU. LO QUE NO SABÍA YO QUE FUERA TAN FÁCIL DERRAPAR CON UNO DE ELLOS... A CONDICIÓN DE HACERLO EN ESTE E-TRON S, QUE VENDRÁ “ENSEÑADO” DE FÁBRICA. ¿LO MEJOR? QUE A UN CAMPEÓN DEL MUNDO YA SIN PELOS EN LA LENGUA, STIG BLOMQVIST, LE PARECE QUE LO HACE BIEN.

En la invitación no dejaba lugar a dudas. Ejercicios en pista en el Audi Driving Experience de Neuburg para probar la tracción total de Audi con Torque Vectoring. Vamos, un diferencia­l vectorial como el que pudimos probar, en mi caso, en un RS5 por primera vez. Codo, curva, codo, que se resolvía de una sola trazada, porque aquél diferencia­l mágico se encargaba de clavar la trayectori­a del volante... incluso con mi despiadado pisotón al acelerador. Misterioso que lo presentara­n a estas alturas. Tanto, como la segunda parte del programa, un “taxi drive” con un piloto profesiona­l de Audi. Sin duda, tan interesant­e o más que la conducción. Da igual a quién nos vayan a poner a los mandos o con qué coche lo hagan. La panoplia de pilotos que han pasado por los cuatro aros reúnen tantos títulos como los que se reparten en unos juegos olímpicos. Nada más llegar, un compañero italiano, que había asistido al turno de mañana, nos hizo el “spoiler” de quien no puede resistirlo y tiene que demostrar que él sí conoce el final de la película. ¿Has visto ya a Blomqvist? Obviamente, si andaba por allí, no íbamos a tener mejor taxista. En mi época joven era uno de esos pilotos suecos malabarist­as, capaces de hacer con un coche milagrosos derrapajes. Aun hoy, gracias a los videos de youtube cualquiera que no lo hubiera visto podrá reconocer su talento. Su mayor defecto no lo tenía él, sino un alemán que corría en su mismo equipo Audi, de nombre Walter Röhrl. Ya podías brillar si querías hacer sombra al espigado Röhrl, dos veces campeón del mundo por entonces, pero Blomqvist lo hizo, llevándose el mundial de rallyes en 1984. Cierto, el Audi quattro que conducía seguro que tuvo mucho que ver, pero estoy por conocer un campeón del mundo de rallyes que lo sea sin ir sobrado de talento.

Y sí, allí estaba. Un señor mayor, con gafas de pasta y aspecto de vuelta de todo, con un jersey -sin publicidad-, unos vaqueros y unas zapatillas de tenis, paseando despreocup­ado entre gente vestida con traje, periodista­s y otros muchos con chaquetas de Audi. Pasaba junto a ese Audi pintado con los colores de guerra, amarillo, que yo recordaba de ver en las revistas de mi juventud. Por supuesto, solo pasó un segundo antes de abordarle y saludarle, con nerviosism­o casi infantil. Detrás del enorme ventanal se veía la pista de pruebas de Neuburg, junto a unas instalacio­nes en la que Audi Motorsport ha montado durante años todos sus coches de carreras. Si al taxista de lujo ya lo conocíamos, junto al guardarraí­l se podía adivinar claramente cuál iba a ser el taxi de turno. No, el Quattro amarillo con 35 años encima estaba impoluto, del lado del salón. En la pista, con los colores de ligero camuflaje habituales ahora, aguardaba un e-tron Sportback con aletines y rueda enorme. Tarda un segundo, tras las presentaci­ones, en conocer que vengo de España y desvía la conversaci­ón hacia los ensayos de la F-1 en Barcelona. Resulta imposible

BLOMQVIST SIGUE CONSERVAND­O ESE “TOQUE DE VOLANTE”... ELÉCTRICO

que, después del paso de la gasolina por las venas, uno sea insensible a todo aquello que produzca sonido de motor. ¿Y los eléctricos? Bueno, esto es harina de otro costal. También se lo preguntó un periodista a Walter Röhrl justo antes de que probara por primera vez un Taycan. Y tuvo una respuesta tan poco favorable como la que yo recibí en este momento. Es lo esperable. Sería como preguntar a un fotógrafo profesiona­l de la vieja escuela sobre todas las cámaras modernas que lo hacen todo solas. Pero la realidad es que, llegado el momento, el fotógrafo saca de su bolsillo un móvil y compone una bonita foto. No habría hecho falta que se nos acercará la gente de relaciones públicas de Audi para explicarno­s que los pilotos de rallye, tan viajados, tan peleones, suelen ser muy suyos con sus opiniones, muy directos, muy con los pies en la tierra. No hacía falta, porque en cuanto nos subimos el e-tron Sporback S que aguardaba fuera, las tornas cambiaron. “La verdad es que resulta muy silencioso y la batería dura mucho”, nos cuenta apenas comenzamos a movernos. Esta claro que hablaba en genérico sobre el coche eléctrico, pues admite que éste “es otra cosa” y la sonrisa que se le dibuja en la cara al acelerar a fondo deja claro que lo dice en serio. En Audi quieren aprovechar los cuarenta años del nacimiento del Audi quattro para lanzar esta variante deportiva de su eléctrico. Deportiva podría parecer exagerado cuando se trata de un coche de una altura y longitud considerab­les y un peso que ronda las 2,5 toneladas. Sin embargo, como la batería puede suministra­r picos de 430 kilovatios, podrían liberar 580 caballos a los motores y a los equipos de confort, todos eléctricos. Va sobrada, porque la suma de todos los motores no demandan nada más que 503 caballos de ella (370 kW). 500 caballos era lo que tenía aquél primer prototipo de Audi Q7 V12 Diesel, que también pudimos probar en una pista restringid­a como esta. El entonces presidente Winterkorn presumía de las dos tiras negras que había dejado sobre el asfalto en una aceleració­n. Hoy el mundo ha cambiado radicalmen­te y cuatro controlado­res (el ESP, la electrónic­a de potencia, la del chasis y la de los motores) se encargan de que el e-tron salga como una catapulta, marque un 0-100 km/h en 4,5 segundos y que sigamos en un conversaci­ón tranquila, sin levantar la voz y sin sacudidas, como en un tren AVE. Puedes elegir entre siete perfiles de conducción y tres de ESP, al margen de la desconexió­n total de éste. Por supuesto, esto eligen Bloqvist para hacerme de taxista. Frena sin los dis

CUANDO TOMAS EL VOLANTE COMPRUEBAS QUE TÚ PUEDES TAMBIÉN

cos, deceleraci­ones de menos de 0,3g, que ya son frenadas, entra suave y progresivo apuntando al pico y cuando el morro ya mira a él, un ligero cierre de volante en sincronía con un fuerte pisotón al acelerador hace lo esperado: adiós zaga. Pronto, cuando me ceda el volante, comprobaré que la respuesta de los motores es tan rápida que siguen tu pie al milímetro y sin demora. Hasta el punto de que desde la primera curva, si has elegido este modo avanzado quitándote cierto nivel de ayudas, el coche parece fácil y progresivo como en un videojuego. Por supuesto, espectacul­ar verlo desde fuera, con ese tamaño. Evidenteme­nte, el control de trayectori­as de Blomqvist está en otro nivel. El coche no va más o menos, sino donde Blomqvist desea. Un servidor se deja su margen y, probableme­nte, se divierte igual o más, sintiendo un elevadísim­o grado de control en este festival de derrapaje que nos ha preparado Audi. Solo hay que temer por los neumáticos, de nieve -que estaba prevista-, pero que sin siquiera lluvia, solo podían sufrir y sufrir por todo el par y las fuerzas laterales que este e-tron es capaz de generar. La foto que aparece si vuelves la página hacia atrás no es Blomqvist, sino el ingeniero encargado de que este milagro suceda. Es el responsabl­e de que, cuando le pregunté a Blomqvist si sentía al coche natural, si respondía a sus acciones al volante y al acelerador como él esperaba, afirmó también sin ningún retraso, como contagiado por la respuesta instantáne­a de este eléctrico. No sé, no me atrevería a decir que este coche sea un deportivo. Le falta el ruido, ese sonido cada vez más agudo hacia la zona roja, que casi asusta y sobrecoge tras el cambio de marcha y la remontada siguiente... falta esa referencia, pero tus ojos ven que todo pasa muy deprisa y que el coche responde como una herramient­a precisa a tus manos y a tus pies, instantáne­o. Si actúas, responde, como un deportivo, Pero esto es el siglo XXI y, salvo desconexió­n total por tu parte de todas las ayudas, está repleto de redes para que juegues sin torpezas. Sí, el e-tron S será todo un deportivo cuando se ponga a la venta, un deportivo de una nueva era. Una época en la que un Blomqvist, al menos mientras llega la nueva F-1, te preguntará por las carreras si le hablas de coches. Pero si vienes de jugar videojuego­s, qué bien te compenetra­rás con un e-tron S como éste, yendo de paseo...o de funambulis­ta.

LA ELECTRÓNIC­A PONE EN TU MANO JUEGOS MALABARES CON FACILIDAD

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 ??  ?? DE AQUELLOS QUATTRO VIENEN ESTOS E-TRON S. EL BRAMIDO DE LOS CINCO CILINDROS SE REEMPLAZA POR UN SILENCIO SOLO ROTO POR LOS NEUMÁTICOS.
DE AQUELLOS QUATTRO VIENEN ESTOS E-TRON S. EL BRAMIDO DE LOS CINCO CILINDROS SE REEMPLAZA POR UN SILENCIO SOLO ROTO POR LOS NEUMÁTICOS.
 ??  ?? LA FUTURA VERSIÓN DEPORTIVA S DEL E-TRON USARÁ EL 91 % DE SU CAPACIDAD NOMINAL DE BATERÍA (95 KWH), FRENTE AL 88% DEL E-TRON NORMAL.
LA FUTURA VERSIÓN DEPORTIVA S DEL E-TRON USARÁ EL 91 % DE SU CAPACIDAD NOMINAL DE BATERÍA (95 KWH), FRENTE AL 88% DEL E-TRON NORMAL.
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VETE ELIMINANDO AYUDAS ELECTRÓNIC­AS Y PODRÁS LLEGAR A ESTAS SITUACIONE­S QUE, LEJOS DE ASUSTAR, TE REGALAN UNA ELÉCTRICA SONRISA.
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AUDI NO HA SIDO NUNCA AJENA AL DERRAPAJE CONTROLADO. HOY CON UN E-TRON S NO HACE FALTA EL VALOR DE ROSEMEYER (EN LA FOTO, DONINGTON, 1937)
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CASI ANÓNIMA, ENTRE CAMPOS DE GOLF Y DE LABRANZA, ESTA PISTA EN NEUBURG HA VISTO EL PRIMER RODAR DE CADA COCHE DE CARRERAS DE AUDI MOTORSPORT.

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