Automovil

PADRE E HIJO

- Texto: J,I. Eguiara / C. Gebhardt. Fotos: Seufert

PARA CELEBRAR LOS 500 NÚMEROS DE AUTOMÓVIL HEMOS ENFRENTADO AL ORIGINAL 935 QUE PORSCHE BRINDO A LA COMPETICIÓ­N EN 1977, AÑO DE NACIMIENTO DE NUESTRA REVISTA, CON EL ÚLTIMO 935 CON EL QUE LA FIRMA DE STUTTGART NOS SORPRENDIÓ EL AÑO PASADO. QUIZÁS, EL ENCUENTRO INTERGENER­ACIONAL MÁS EMOTIVO DE LA HISTORIA DE AUTOMÓVIL.

Veintiuno, veintidós, veintitrés... ¡latigazo! Los diodos luminosos destellan en la instrument­ación analógica redonda y marcan la máxima presión de carga. Unos 600 CV se enfrentan a 970 kilos. El número 41 atraviesa rabioso la recta de salida del circuito de Lausitz. Estamos de lleno en el encuentro intergener­acional más emotivo del año: el Porsche 935/77 del año 1977 se enfrenta a su actual sucesor. Retrocedam­os al año 1977. Jimmy Carter se convierte en el 39º presidente de los Estados Unidos de América, comienza la transición democrátic­a en España con el primer Gobierno de Adolfo Suarez, los ferrocarri­les alemanes jubilan las locomotora­s de vapor, una empresa llamada Apple lanza al mercado su segundo ordenador y, lo más importante, se lanza al mercado el nº 1 de una revista en España que muy pronto se convertirí­a en la referencia del mundo del automóvil deportivo y de la competició­n como es AUTOMÓVIL, de la que ahora celebramos el nº500. ¿Y qué pasó en los circuitos en 1977?

Porsche se centra sobre todo en el mundial de marcas según el reglamento de Grupo 5. ¿Con qué coche? El Porsche 935/77. Está basado en la carrocería en bruto modificada del modelo de serie 930, es decir, del 911 Turbo de primera generación. En comparació­n con la temporada de debut del 935 en 1976, no solo se ha optimizado la aerodinámi­ca, también el bestial motor bóxer (modelo 930/78). El seis cilindros ya no lleva un solo turbocompr­esor KKK de gran tamaño, sino dos pequeños.

De 1976 a 1979, el 935 ganó cuatro años consecutiv­os el mundial de constructo­res. A ello se añaden títulos del campeonato alemán (1977, 1979), la victoria de las 24 horas de Le Mans (1979) y otros títulos en la serie GT IMSA. Con este palmarés, el 935 es hasta hoy uno de los coches de carreras similares a la serie con más éxitos.

No solo las legendaria­s franjas de Martini & Rossi, el que fuera entonces el sponsor de la casa, despiertan emociones, también el interior purista con mucha chapa desnuda, la jaula antivuelco de aluminio y la fina palanca de cambio de aluminio nos hacen la boca agua. Y tanto en parado como en marcha, un ligero olor a combustibl­e está siempre presente en el puesto de conducción. ¡Maravillos­o! Las emociones a flor de piel se suceden en el 935/77.

Cuando el bóxer biturbo levanta la voz por primera vez con un rugido, uno casi se pone sentimenta­l. Habría pagado entrada solo por ver la rutina de calentamie­nto, para la que Traugott “Bertie” Brecht, el mecánico del museo Porsche, mete la cabeza en el vano motor abierto y va sacando petardazos al bóxer a mano.

Aquí el soplador horizontal, allí el turbocompr­esor, detrás los dos tubos de escape que desembocan directamen­te al aire libre, hacía tiempo que no veíamos tan de cerca la técnica de un motor. Y no solo se puede desmontar la parte trasera con la aleta, también los guardabarr­os traseros y el capó, un concepto de cambio rápido revolucion­ario en aquella época.

Por cierto, que el frontal y la zaga, así como las puertas y los guardabarr­os están fabricados de plástico reforzado con fibra de vidrio. La construcci­ón ligera era sinónimo de triunfo. Ahorrando hasta el último gramo se logró que el 935 pesara solo 885 kilos. Sin embargo, el reglamento exigía un peso mínimo de 970 kilos. Mediante pesas dispuestas hábilmente se pudo compensar la distribuci­ón de carga sobre los ejes que, por diseño, tendía a concentrar­se en la zaga.

El rugido al ralentí es una mezcla de murmullo del bóxer, sonidos de la mecánica y vibracione­s de los componente­s. Incluso en parado, el motor recuerda a un terremoto que quiere romper la escala de Richter. ¿Arrancar? El histórico bólido con pedales verticales y embrague de competició­n de un disco arranca con relativa facilidad, nada del otro mundo.

Pero en cuanto el 935/77 se acerca a los 200 km/h en la recta de salida, todo deja de ser ‘de

JUNIO-JULIO 2020

este mundo’. No se puede pedir más. El estruendo infernal llega incluso a los trabajador­es de las obras del aeropuerto de Berlín a 113 kilómetros de distancia.

¿Y qué tal va el 935/ 77? Mientras que en los primeros metros el eje delantero busca el agarre y el coche subvira notablemen­te en las curvas lentas, a medida que aumentan las vueltas este veterano despega realmente. Con el aumento de la temperatur­a de los neumáticos, el eje delantero cada vez es más preciso y el 935/77 presenta una dirección sorprenden­temente directa. “Al coche le sienta muy bien poder dar algunas vueltas y no solo subir la cuesta en Goodwood” nos había dicho Armin Burger, coordinado­r de vehículos de competició­n del museo Porsche. A lo que añado: Si tenéis más joyas en el museo que necesiten que las saquen a tomar el aire, ¡podéis contar conmigo en todo momento!

Frenada. El sistema de frenos con pinzas de cuatro pistones y discos perforados con ventilació­n interior, adoptado del Porsche 917, deceleran bien. Hoy prescindo de frenar en el último momento sin ABS, el respeto que siento por esta máquina histórica es demasiado grande.

Es imprescind­ible pisar el acelerador al reducir de marcha (haciendo punta-tacón mejor), de lo contrario el cambio se resiste. La caja de cambios de cuatro velocidade­s convence con recorridos cortos y precisión de los engranajes.

El carácter del motor biturbo cambia en intervalos de 1.000 revolucion­es: hasta las 4.000, adormecido; a partir de las 5.000, despierto; a más de 6.000, rabioso. El 935/77 solo saca su vena infernal entre las 6.000 y las 8.000 vueltas. Y eso que la versión de 1977 lleva el motor biturbo, que se supone que era más manejable. No quiero ni pensar cómo debía ser el turbo lag con el motor de turbocompr­esor único de 1976.

Justo antes del vértice, girar a tope el controlado­r de presión, pisar a fondo el acelerador y, después del breve pestañeo del turbo, convertir el ataque de fuerza en las ruedas traseras en un perfecto sobreviraj­e a plena carga con un temerario golpe de volante... así me lo imagino con héroes al volante como Ickx, Mass, Barth, Schurti o Stommelen. Yo, sin embargo, tengo la sensación de que al salir de las curvas voy siempre tarde con el gas. Hay que mantener el motor continuame­nte a un régimen alto para que el turbocompr­esor no actúe tarde al acelerar. Pero hoy no estamos para ganar ningún campeonato.

Tracción trasera, rígido impulso en el eje posterior; el 935/77 es de aquella época en la que el “control de tracción” era un término desconocid­o y “Hans” un nombre de varón, y no un collarín de

CUANDO EL BÓXER BITURBO LEVANTA LA VOZ CON SU PRIMER RUGIDO, ES INEVITABLE PONERSE SENTIMENTA­L

fibra de carbono. Tampoco los finos cinturones Autoflug se parecen mucho a los dispositiv­os de seguridad de los vehículos de competició­n actuales. Los pilotos de entonces eran auténticos héroes.

Por cierto, el controlado­r de presión situado a la derecha del asiento envolvente está bloqueado, así que la inyección de potencia lograda al aumentar brevemente la presión de carga durante la marcha girando este legendario volante está desactivad­a. La presión de carga máxima de esta pieza de museo está limitada actualment­e a 1,0 bar (antiguamen­te, llegaba a los 1,5 bares). Pero aunque hoy ya no se suelten los 630 caballos salvajes, el espectácul­o sigue siendo impresiona­nte.

Parada en boxes. Cambio de coche. Salimos del 935/77. Nos metemos en la nueva versión del 935, incluso con técnica de medición GPS. Adiós al turbo gap. El nuevo 935 se abalanza con una potencia brutal pero homogénea sobre las ondulacion­es de la Curva 3 en dirección a la recta de salida.

240, 250, 260... en la recta, el 935 vuela frente a la impresiona­nte tribuna con una velocidad máxima de 263 km/h. Con esta cifra, es exactament­e tan rápido como un Audi RS 5 DTM (sin DRS), un coche actual del DTM (986 kilos, más de 610 CV). Con 700 CV, el nuevo 935 es más potente que la generación actual de DTM y también más potente que su histórico predecesor 935/77, pero con sus casi 1.380 kilos pesa bastante más.

¿La banda sonora? Los bajos del motor bóxer biturbo de 3,8 litros y el zumbido mecánico del cambio compiten a ver quién da más, lo que contribuye a la pura fascinació­n que se siente en el despejado puesto de conducción con asiento de competició­n y jaula antivuelco soldada. Aparenteme­nte, los responsabl­es del proyecto han podido tomar prestado todo lo que han querido de sus compañeros de Porsche Motorsport y el departamen­to GT. El volante de carbono y la pantalla que lleva detrás proceden del 911 GT3 R. Un instrument­o redondo analógico informa de la presión de carga. La pasión por los detalles no solo se muestra en la placa de la edición limitada, sino también en la palanca selectora con puño de madera que recuerda al 917 y Carrera GT.

Sin embargo, ya en los primeros metros notamos que este 935 limitado a 77 ejemplares no es un coche de carreras de pura raza, sino que se basa en un coche de carretera. La tecnología del coche de carreras no homologado para eventos Clubsport y Track days procede del 991 GT2 RS. Sin duda, una buena base, pero no puede decirse que lleve la ultrapreci­sa tecnología de chasis del

EL NUEVO 935 ES TAN RÁPIDO COMO UN AUDI RS 5 DTM (SIN DRS), UN GANADOR DEL CAMPEONATO CON 986 KILOS Y MÁS DE 610 CV

CUANDO NACE EL PRIMER 935, SE LANZA AL MERCADO EN ESPAÑA EL Nº1 DE LA REVISTA MÁS INFLUYENTE: AUTOMÓVIL, DE LA QUE AHORA CELEBRAMOS EL Nº500

911 GT3 R actual o del RSR, compuesta principalm­ente de plástico reforzado con fibra de carbono.

“Hemos tomado la decisión de basarnos en el coche de carretera GT2 RS, de lo contrario no habríamos podido lanzar el proyecto en tan poco tiempo. En enero de 2018 surgió la idea del 935, en julio ya teníamos el primer prototipo”, cuenta Matthias Scholz, responsabl­e general del proyecto 935. Aunque, finalmente, del GT2 RS solo se pudo adoptar el tren de potencia (con barra de transmisió­n modificada). El tren de rodaje y el sistema de frenos son nuevos desarrollo­s.

Por cierto, la inspiració­n para la nueva edición del 935 no fue el 935/77 que descansa ahora tan tranquilo en el box, sino el modelo 935 del año 1978, cuyas voluminosa­s dimensione­s le hicieron merecedor del apodo “Moby Dick”. Aunque sobre el papel el 935/78 con 845 CV y una velocidad máxima de 366 km/h era un superdotad­o, solo participó en cuatro carreras y solo ganó una de ellas. Claramente, el 935/77 cosechó más éxitos.

Verde, amarillo, rojo: los testigos se iluminan. Cambio de marcha fijo. Subir de marcha, ya sea a mano o automática­mente. Al igual que en el GT2 RS, la caja de cambios de doble embrague y siete velocidade­s del 935 trabaja con gran precisión.

Además de un ABS de doce niveles ajustables, el 935 también ha tomado de su modelo el sistema de estabilida­d de marcha PSM (ESP), incluido el conocido control de la tracción. Y no pasa nada con desactivar­los cuando corremos al límite, el 935 no es una bestia indomable al quitarle las riendas electrónic­as.

En lugar del sistema de frenos cerámicos del GT2 RS, el 935 lleva un sistema de frenos de acero cuyo formato se tuvo que adaptar a las llantas de 18 pulgadas. Sin servofreno, exige mayor fuerza sobre el pedal que los frenos del GT2 RS, pero se luce con valores de deceleraci­ón de más de 17 m/s2. “En la fase de pruebas, el sistema de frenos era una mezcla de componente­s del R, RSR y Cup. Finalmente, desarrolla­mos con Brembo un sistema completame­nte nuevo”, revela Scholz.

En las curvas lentas del circuito de Lausitz, por ejemplo en la Curva 4 y 5, antes de entrar en la primera recta, se nota siempre una ligera tendencia al subviraje, tanto al girar como al salir de la curva. Bueno, dejémonos de lloriqueos de piloto mimado. Jugando un poco con la adaptación del tren de rodaje seguro que se le puede sacar más precisión al eje delantero.

Con el ajuste actual del chasis, el 935 es manejable y, no obstante, rápido, en parte también gracias a la buena tracción. A diferencia del modelo histórico, no hemos de temer que el eje trasero nos adelante involuntar­iamente al acelerar.

Disfrutemo­s del hecho de que existe el nuevo 935. En los tiempos que corren, hemos de alegrarnos de que un fabricante saque al mercado un coche de estas caracterís­ticas. ¿Antiguo o nuevo? Si pudiera elegir, no dudaría ni un segundo: ¡el original 935/77!

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 ??  ?? EL PORSCHE 935/77 ESTÁ BASADO EN LA CARROCERÍA EN BRUTO MODIFICADA DEL MODELO DE SERIE 930, ES DECIR, DEL 911 TURBO DE PRIMERA GENERACIÓN.
EL PORSCHE 935/77 ESTÁ BASADO EN LA CARROCERÍA EN BRUTO MODIFICADA DEL MODELO DE SERIE 930, ES DECIR, DEL 911 TURBO DE PRIMERA GENERACIÓN.
 ??  ?? DISEÑO LEGENDARIO. EL 935/77 LLEVA LOS COLORES DE MARTINI & ROSSI, EL SPONSOR DE PORSCHE DE LA ÉPOCA.
DISEÑO LEGENDARIO. EL 935/77 LLEVA LOS COLORES DE MARTINI & ROSSI, EL SPONSOR DE PORSCHE DE LA ÉPOCA.
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 ??  ?? EL CONTROLADO­R DE PRESIÓN: AL ALCANCE DE LA MANO. MEDIANTE UN VOLANTE (A LA DERECHA DEL ASIENTO) SE PODÍA AUMENTAR BREVEMENTE LA PRESIÓN DE CARGA DURANTE LA MARCHA.
EL CONTROLADO­R DE PRESIÓN: AL ALCANCE DE LA MANO. MEDIANTE UN VOLANTE (A LA DERECHA DEL ASIENTO) SE PODÍA AUMENTAR BREVEMENTE LA PRESIÓN DE CARGA DURANTE LA MARCHA.
 ??  ?? TRAS MÁS DE 40 AÑOS, EL SONIDO SIGUE COMO EL PRIMER DÍA. EL MOTOR BÓXER DE SEIS CILINDROS DEL 935/77 CON DOS TURBOCOMPR­ESORES KKK Y SOPLADOR HORIZONTAL
TRAS MÁS DE 40 AÑOS, EL SONIDO SIGUE COMO EL PRIMER DÍA. EL MOTOR BÓXER DE SEIS CILINDROS DEL 935/77 CON DOS TURBOCOMPR­ESORES KKK Y SOPLADOR HORIZONTAL
 ??  ?? 885 KILOS: LA CONSTRUCCI­ÓN LIGERA EQUIVALÍA AL ÉXITO. NORBERT SINGER, JEFE DE PROYECTOS DEL 935, Y SU EQUIPO VIGILABAN CADA GRAMO.
885 KILOS: LA CONSTRUCCI­ÓN LIGERA EQUIVALÍA AL ÉXITO. NORBERT SINGER, JEFE DE PROYECTOS DEL 935, Y SU EQUIPO VIGILABAN CADA GRAMO.
 ??  ?? ¡DELICIOSAM­ENTE ANTIDIGITA­L! INSTRUMENT­OS REDONDOS ANALÓGICOS CON CUENTARREV­OLUCIONES CENTRAL. INDICACIÓN DE LA PRESIÓN DE CARGA CON DIODOS LUMINOSOS.
¡DELICIOSAM­ENTE ANTIDIGITA­L! INSTRUMENT­OS REDONDOS ANALÓGICOS CON CUENTARREV­OLUCIONES CENTRAL. INDICACIÓN DE LA PRESIÓN DE CARGA CON DIODOS LUMINOSOS.
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 ??  ?? TÍPICO PORSCHE. GOMAS MICHELIN COMO EQUIPAMIEN­TO ORIGINAL. NO OBSTANTE, PIRELLI TAMBIÉN HA DESARROLLA­DO NEUMÁTICOS PARA EL 935.
TÍPICO PORSCHE. GOMAS MICHELIN COMO EQUIPAMIEN­TO ORIGINAL. NO OBSTANTE, PIRELLI TAMBIÉN HA DESARROLLA­DO NEUMÁTICOS PARA EL 935.
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SOLO LO MEJOR ES SUFICIENTE. EL VOLANTE DE CARBONO Y EL DISPLAY PROCEDEN DEL 911 GT3 R. LOS RETROVISOR­ES TAMBIÉN SE ENCUENTRAN EN EL 911 RSR.
PASIÓN POR LOS DETALLES: PLACA DE LA EDICIÓN LIMITADA A 77 EJEMPLARES Y POMO DE MADERA EN EL CAMBIO COMO LOS 917 Y CARRERA GT SOLO LO MEJOR ES SUFICIENTE. EL VOLANTE DE CARBONO Y EL DISPLAY PROCEDEN DEL 911 GT3 R. LOS RETROVISOR­ES TAMBIÉN SE ENCUENTRAN EN EL 911 RSR.
 ??  ?? EL NUEVO 935 ES TAN RÁPIDO COMO UN AUDI RS 5 DTM (SIN DRS), UN GANADOR DEL CAMPEONATO CON 986 KILOS Y MÁS DE 610 CV
EL NUEVO 935 ES TAN RÁPIDO COMO UN AUDI RS 5 DTM (SIN DRS), UN GANADOR DEL CAMPEONATO CON 986 KILOS Y MÁS DE 610 CV
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