GANDINI SE PERMITIÓ ALGUNOS TRUCOS DE DISEÑO EN EL JARAMA: EL BORDE TRASERO EN EL TECHO O LA LÍNEA ENTRE LOS PASARRUEDAS
El origen del doce cilindros está rodeado de algunos mitos, incluso 60 años después de su primera aplicación. En cualquier caso, se sabe que Ferruccio Lamborghini encargó a principios de los 60 al por entonces ingeniero de Ferrari, Giotto Bizzarini, diseñar un V12 que fuera mejor en todo que su competencia, es decir, que Ferrari.
El resultado fue un motor de 3,5 litros y cuatro árboles de levas, seis carburadores dobles y más de 350 CV. Más tarde, la cilindrada creció a cuatro y luego a más de seis litros, y el V12 se mantuvo en producción hasta el fin del Murcielago en 2010, lo que permite adivinar que este es un doce cilindros muy especial.
El Jarama ha dejado atrás Roma y algunos puertos de los Apeninos, a sus pies se extiende el Lago di Trasimeno y más adelante está Perugia. Vuelven las cuestas. Reducimos marcha, con tacto y toque de acelerador, como le gusta a la caja de cambios sincronizada. Pleno gas, el Jarama se sacude, y el espectáculo del doce cilindros entre las 5.000 y las 7.500 revoluciones sigue siendo, después de 50 años, grandioso. Suelta un bramido, empuja primero con suavidad, luego cada vez más rápido, el estruendo de los innumerables elementos mecánicos entre el cárter de aceite y las cubiertas de las válvulas se convierte en un rugido que finalmente se funde en un aullido. Siguiente marcha, repetimos la maniobra. Si repetimos hasta el final de la quinta marcha, nos ponemos a 250 km/h. Pero el V12 se mantiene suave, nada vibra, nada tiembla, una compensación de masas perfecta y doce encendidos repartidos en 720 grados de giro del cigüeñal son mano de santo.
El V12 también tiene otras cualidades. Sabe rodar a 60 km/h en quinta y luego acelerar que da gusto. Es más silencioso y relajado, pero menos emocionante. Es posible que los 100 litros del depósito nos den para más de 350 kilómetros.
En ocasiones, incluso 1.000 kilómetros en Italia y diez pruebas especiales no son suficientes. Como ahora. El Jarama chisporrotea, el equipo de mecánicos del Uro amarillo asume el mando. ¿Sería posible llevar al Lamborghini hasta Múnich...? Carcajada general. Lástima. Habrá que esperar a la próxima oferta irresistible.