MCLAREN ELVA
ESTA ESCULTURA DE FIBRA DE CARBONO CON 815 CV CORRE LIVIANA COMO NINGÚN OTRO SUPERCOCHE. NO ES DE EXTRAÑAR, EL ELVA PRESCINDE DEL PARABRISAS, LAS VENTANILLAS Y LA CAPOTA. LIGERO COMO EL VIENTO.
Antes de la primera cita, te sueles preparar un plan, te formas una primera idea preconcebida, incluso llegas a pensar en una estrategia de salida. Algo parecido pasa con un supercoche de 1,7 millones de euros. Pero entonces doblas la esquina, ves la máquina y todo desaparece. Sin rastro. Como el techo, las lunas y las demás tonterías en el McLaren más abierto de todos. ¿Qué es lo que queda? Una imagen en la cabeza de una plaza vacía, con el Elva en el centro brillando bajo el sol. Imagen que permanece y nos hace pensar en su nombre, Elva, que significa en su origen celta «aquella que viene de lo alto de las montañas»… suponemos que como el viento.
Merece un momento de admiración nada más verlo. No solo por la cantidad de terabyte que ocupan en los smartphones y las nubes de datos las fotos tomadas por el público curioso. También porque a este biplaza primero hay que estudiarlo en parado. Detenerse en la parte trasera, con los cuatro tubos de escape de titanio en impresión 3D, dos de los cuales apuntan hacia arriba dentro de un nicho, echar una mirada tras la rejilla de la cubierta trasera, adivinar aluminio y fibra de carbono, así como el V8 de cuatro litros con los dos turbocompresores Twin Scroll. Contemplar las líneas orgánicas de fibra de carbono vista y admirar la estrategia aerodinámica.
Luego hablamos de la aerodinámica, y también del silbido de los turbocompresores y del crujido de los guijarros. Cuando estemos en el Col. Aunque, ¿por qué esperar? Carpe diem. Pongámonos en marcha. Abrimos la puerta, echamos el asiento hacia atrás y ponemos el pie en la chapa del piso. No es chapa, claro, es fibra de carbono, porque McLaren siempre fabrica el chasis y la carrocería de este material ultrarresistente y ligero. Nos apoyamos en el estribo y nos deslizamos al interior. No está mal, ha quedado hasta elegante. Incluso con una agilidad regulera se puede entrar y salir sin partirse el lomo.
El casco (en caso de emergencia) se encuentra en su compartimento detrás del conductor. Pul