Volvo XC40 Recharge
Mostramos las sensaciones de un eléctrico muy dinámico y prestacional.
Volvo siempre ha sido sinónimo de seguridad. Pero muchos de sus coches del pasado también serán recordados por el carácter de sus motores turbo y su terrorífica aceleración... en línea recta. Hoy, el XC 40 Recharge Eléctrico Puro, su nuevo SUV propulsado por motores eléctricos y batería, vuelve en cierto modo a recordarnos a aquella maravillosa época en la que tenías que tener el cuello en plena forma para atreverse a pisar el acelerador de un Volvo hasta la mismísima mampara cortafuegos. Ya sabemos que en el nuevo universo de coches eléctricos que estamos viviendo ahora mismo, la entrega de potencia y par de este tipo de motores no tiene nada que ver con la de los motores térmicos, pero estos 408 CV que rinde este modelo, fruto de combinar 2 motores síncronos —uno por eje— de 204 CV cada uno, parecen de otra galaxia. Es por tanto un coche eléctrico con ciertos contrapuntos, algo que, en mi caso, lo veo como una característica positiva: si conduces con un mínimo de atención puede llegar a ser un coche deliciosamente suave, agradable y cómodo, pero si eres de los que usa el acelerador en modo interruptor te encontrarás con un verdadero dragster. Cierto es que, dinámicamente, su tremendo poder de aceleración es su mayor cualidad, muy por encima del comportamiento que pueda ofrecerte el chasis, pero vaya por delante que este XC 40 no es ni mucho menos un coche aparatoso de conducir ni mucho menos delicado. Eso sí, tal como ocurría con algunos de los Volvo más míticos, aquí también hay que prestar atención al momento en el que hundimos a fondo el acelerador, porque si no lo haces con las ruedas completamente rectas, el chasis se desborda por momentos y perdemos, por décimas de segundos, algo de sensibilidad en el tren delantero debido a la trasferencia de pesos que se produce. Afortunadamente, el doble motor no sólo aporta 660 Nm de par, sino también una eficaz tracción total que mitiga cualquier pérdida de tracción y contribuye, mediante su reparto de par, a conseguir una dinámica algo más ágil de lo esperable para un coche que pesa en orden de marcha más unas 2.2 toneladas. Amén de unos adelantamientos en unos tiempos y distancias que te dejan la boca abierta, su zona de confort son las carreteras amplias y trazados fáciles en los que este Volvo eléctrico proporciona una calidad de rodadura impresionante, un magnifico refinamiento y confort de marcha así como una gran sensación de aplomo y fácil conducción. De echo, Volvo ha pretendido facilitar al máximo el uso de este modelo evitando modos de conducción —se agradecería un ajustes que limitara la respuesta a voluntad del conductor—, levas en el volante o más estrategias de frenada regenerativa —se puede configurar en modo "One Pedal o avance por inercia—; además, este modelo también prescinde de arranque por botón: basta con tener la llave dentro y actuar sobre el cambio para el coche se ponga en marcha. Semejante caballería tiene, sin embargo, otros efectos colaterales: su consumo es bastante alto circulando con moderación y muy elevado acelerando si se conduce de forma rápida, superior a 25 kWh cada 100 km. Los 418 km declarados se quedan, en realidad, en alrededor de 320 km haciendo un uso mixto del coche, algo más si se circula en ciudad o con mucha suavidad. La batería de 78 kWh admite cargas a 11 kW en corriente alterna y hasta 150 kW en corriente continua, pudiendo recargar del 0 al 80% en unos 40 minutos. Volvo ofrece el XC40 Recharge Eléctrico Puro en dos niveles de acabados, denominados II y III, con un precio de partida desde 54.623 euros y un equipamiento de serie muy abundante que también incluye el seguro a todo riesgo —con franquicia— y el mantenimiento durante tres años.
SUS 660 NM PUEDEN HACERTE VISITAR EL FISIO PARA VOLVER A ENCAJARTE EL CUELLO