EL AÑO DE EVANS
PARECE QUE ESTE PUEDE SER EL AÑO EN EL QUE EVANS PUEDA CONSEGUIR EL TÍTULO DEL MUNDIAL. ES LA PRIMERA VICTORIA DE LA TEMPORADA, PERO DOS SEGUNDOS PUESTOS MÁS —DE SOLO CUATRO PRUEBAS— LE COLOCAN A DOS PUNTOS DEL LIDERATO DE OGIER. LA BATALLA DENTRO DE TOYOTA ESTÁ SERVIDA.
Antes de que el Rallye de Portugal entrase en el calendario del Mundial de Rallyes en 1973, la segunda edición de esta prueba (1968) fue ganada por un británico, Tony Fall, con un Lancia Fulvia HF. Y pasarían justo 30 años hasta que se volviese a oír el himno británico en el podium de este rallye, cuando Colin McRae lo ganase en 1998 con un Subaru Impreza (repitiendo al año siguiente con Ford Focus). Desde entonces solo Richard Burns, Kris Meeke y, en esta edición, Elfyn Evans lo han vuelto a lograr. Solo cinco victorias británicas en 43 ediciones como WRC.
Elfyn Evans acaba de entrar en esa pequeña historia por méritos propios ganando con una solidez propia de un futuro Campeón del Mundo. El año pasado ya se le escapó el campeonato por muy poco y en esta temporada ha empezado con mucha fuerza, hasta el punto de que perdió la victoria en Croacia en la última curva por un pequeño error.
Pero la tierra y los terrenos deslizantes se le dan muy bien al británico y no desaprovechó la oportunidad de esta edición del rallye de Portugal. Comienza además una pequeña minitemporada de rallyes de tierra porque hay cuatro seguidos. Y eso que en Portugal no comenzó dominando. El rallye era territorio Hyundai en los primeros compases. La lluvia había compactado los caminos y no era tan relevante las posiciones de salida. Aun así, Sordo que salía más retrasado —ya que no hace el Campeonato completo—, se colocó muy pronto líder, aunque la primera jornada era Tänak el que dominaba la prueba. Llegaron a copar los tres primeros puestos los hombres de Hyundai, pero Neuville tuvo un toque con la rueda trasera derecha y abandonó.
La clave estuvo en todo momento en los neumáticos. Los equipos disponían de 24 gomas duras y 8 blandas, pero la climatología hizo que los útiles eran los blandos en lugar de los duros. Así que había que administrarlos para poder ganar el rallye. Y como no había experiencia con los nuevos Pirelli del campeonato, pues fue la causa de las sorpresas. Sordo de hecho fue donde
“No hemos sido el equipo más rápido este fin de semana, pero hemos tenido un buen ritmo, nos hemos mantenido alejados de los problemas y hemos hecho lo suficiente para mantener a Dani detrás”.
perdió su oportunidad de ganar ya que el sábado sufrió mucho con ellas.
Pero hay que reconocer que el cántabro sabe sufrir y siempre está en la pomada sin cometer errores. No así sus compañeros de equipo ya que, después del accidente de Neuville, Tänak también abandonó por un problema similar con la rueda trasera derecha. El honor de la marca coreana lo defendió Sordo hasta el final ante un Evans que fue de más a más. Comenzó muy bien, sin dejarse intimidar por la armada coreana. Y tras la retirada del estonio cogió el mando de la prueba hasta el final. Y eso que el domingo partía con una ventaja de solo 10” frente a Sordo, a falta de 50 km. Pero como hacen los grandes campeones, en el primer tramo les metió a todos más de 1” por kilómetro. Por lo que sentenció prácticamente el rallye y no tuvo que sufrir en el Power Stage ante la posibilidad de perder el rallye en la última curva como le sucedió en Croacia.