E L L OSOPINAN
LOS DATOS son una tragedia que confirman la tendencia negativa de los últimos dos años. Hay que analizar con microscopio lo que está pasando. Han influido tres factores: por una parte, se ha bajado el nivel de importancia en la seguridad vial, hay más indiferencia. En segundo lugar, la falta de inversiones en infraestructuras y en mantenimiento de carreteras. En tercero, la antigüedad del parque". ES DIFÍCIL estimar la proporción de accidentes que se deben a algún defecto en la infraestructura y a su conservación. Pero es incontestable que las carreteras se encuentran en el peor estado de conservación de l os últimos años. Ya lo manifestaba la AEC en la campaña de inspección de 2016: más de 6.600 millones de euros se precisan para devolver las carreteras a una situación óptima. Mucho nos tememos que la nueva edición de este estudio no va a mostrar cambios positivos ".
PARA DVUELTA, resulta casi más dramática que las alarmantes cifras de víctimas en carretera la respuesta anunciada por la DGT para atajar la sangría: más radares, y una colorista novedad, el uso de drones; como si la novedad pudiera tapar la culminación de años de fracaso, por deserción, en la política de seguridad vial. La represión nunca ha sido útil por sí misma como elemento de prevención".
EL RACE LAMENTA EL incremento de las cifras de siniestralidad que han superado a los fallecidos en carretera registrados en 2016 y reclamamos medidas para la mejora de las infraestructuras, la renovación del parque automovilístico y una mayor formación para los conductores.