Conciliación
Como supongo que los lectores de esta revista no se pasean por nuestros foros de camioneros, me gustaría aprovecharme de su sección. Acabo de contemplar un coche recién volcado delante de mí y no es la primera, ni será la última vez. En nuestros foros se pueden ver vídeos, desde la cámara de la cabina, de multitud de ocasiones en que un coche intercepta el paso a camión, cambiándose de carril justo delante, para tomar una desviación en el último momento. No se trata de hechos aislados, descuidos o que la salida de la autovía les aparezca de repente. Son actos premeditados, que con la velocidad de los coches parece que da tiempo. No tienen en cuenta la situación que crean al camionero, nunca se han visto en su piel. No imaginan lo difícil que es de parar nuestro coche. Incluso cuando vienen señalizándolo desde atrás y estás atento, muchas veces te frenan delante y es imposible evitarlos. Es verdad que no nos gusta tocar el freno, tenemos que mantener la velocidad a 90 y no podemos superarla. Por eso tampoco nos apetece perderla, cuesta mucho acelerar 35 toneladas y afecta a nuestro bolsillo y a los tiempos que nos marcan. Todavía cuesta más conseguir detener todas las toneladas que llevamos detrás. Cuando se produce una tijera y se corta una vía, en la mayoría de las ocasiones no es porque el conductor no tenga pericia o no se anticipe a las situaciones. En mi opinión de muchos años al volante, es que alguna circunstancia ha forzado al camionero a frenar tan fuerte que se ha terminado así. Como creo que todos los que leemos la revista somos gente totalmente consciente e implicada en la conducción, unos por profesión y otros por afición, estaría bien que después de leer mi escrito, hicieran saberlo a otros amigos conductores. Con un poco de respeto entre todos y sabiendo las dificultades que tenemos, quizá alguno se dé cuenta de que, por frenar unos metros antes, abandonando la vía con seguridad, no se pierde tanto tiempo y todos podemos ganar mucho.
AQUÍ QUEDA DICHO. EL PROblema de la circulación, aquí y en cualquier país, es hacer convivir vehículos con tantas diferencias en su velocidad, peso y agilidad en las mismas vías (y me olvido de los peatones). Eso explica que la legislación obliga a vuestros camiones a estar confinados a los carriles de la derecha. Eso explica también las largas situaciones de espera que vivís para superar a un vehículo más lento en alguna subida (porque llanea y baja a 90 clavados, también). Y eso desencadena y explica, que no justifica, algunos súbitos e inesperados adelantamientos que entorpecen a coches que vienen desde muy lejos y con bastante diferencia de velocidad. La realidad es que, sin conductores con empatía, el tráfico sería una tormenta continua. Mirar lejos, no perder la atención, tampoco la paciencia son claves... y saber que en un viaje largo se pierde más por elegir mal la cabina del peaje o el surtidor, que por apurar en todas las maniobras.