Autopista

TESLA MODEL X CON CARAVANA

El Model X de Tesla es uno de los automóvile­s eléctricos que tiene “licencia” para empujar un remolque o caravana. Para conocerlo y comprobar su capacidad iniciamos nuestro recorrido desde los Alpes hasta los Dolomitas.

- INGO WAGNER AUTOPISTA@MPIB.ES FOTOS: ANDREAS BECKER|

Así se comporta un Tesla cruzando los Alpes arrastrand­o una caravana.

EL RETO: CRUZAR LOS ALPES CON UN Tesla, y en nuestro caso con el desafío de arrastrar una caravana. El SUV eléctrico de Tesla, de siete plazas, es el referente de los coches eléctricos con capacidad para arrastrar un remolque. El Model X se ofrece con tres opciones de baterías con potencias de diferente rendimient­o: 60 kWh, 85 kWh y 85 kWh “Performanc­e”. Y es precisamen­te esta última opción la que dota al modelo de la capacidad de remolque. Un motor eléctrico impulsa el eje delantero y trasero, de modo que el Tesla tiene tracción a las cuatro ruedas, pudiendo remolcar hasta 2.230 kg de carga.

Para nuestra aventura alquilamos una caravana de la marca Dethleffs, el modelo Beduin 500 FR, y elegimos una ruta de 304 km a través de los Alpes. Nuestro destino: el parque de caravanas Sexten, un camping realmente único en el corazón de los Dolomitas italia-

nos. Nuestro Tesla Model X P90D, que hemos alquilado en Múnich, muestra en su gran pantalla de 17 pulgadas una carga de batería del 90 por ciento justo antes de comenzar la ruta. Ello debería ser suficiente para recorrer 307 km, pero al llevar remolque la autonomía no será tan prometedor­a. No obstante, si hiciera falta, en media hora una estación de carga rápida será capaz de introducir en la batería de iones de litio de 400 voltios la energía necesaria para recorrer 270 km. Buscamos sacar el enganche del remolque desde el compartime­nto inferior del maletero trasero. El Model X incluye, entre sus varias opciones, el llamado “paquete remolque”, que está disponible por 850 euros.

GOOGLE ENCUENTRA EL MEJOR CAMINO.

Ahora, ya solo nos queda programar el Google Maps que, sobre la base del soſtware de Google, ha modificado Tesla para incluir las estaciones de carga rápida “Tesla Supercharg­er”. A los pocos segundos, la ruta se marca en el navegador: nos lleva hasta Kitzbühel y también encontramo­s cargadores en las localidade­s de Mittersil, Matrei, Lienz e Innichen, hasta Sexten atravesand­o el paso de Brenner. Ello acorta la distancia de los 307 km iniciales a 275 km, y la posibilida­d de encontrar una estación de carga rápida para el Model X de 230 km a 127 km. El sistema calcula que, recargando en Kitzbühel hasta el 42 por ciento de carga de la batería en 20 minutos, sin tener en cuenta la caravana que arrastramo­s, llegaremos a Sexten con un 11 por ciento de batería.

Comenzamos nuestro periplo a las 2:15 p.m. Pisamos con cuidado el pedal del acelerador y, ¡uff, cómo empuja este monstruo negro! No es broma: la caravana apenas afecta al acelerar, incluso en la angosta pendiente de Irschenber­g el Model X vuela literalmen­te empujado por el motor eléctrico. Sin lastre, las 2,5 toneladas alcanzan los 100 km/h en poco más de cuatro segundos, invirtiend­o hasta 200 km/h poco más de 18 segundos. Después de solo 46 kilómetros de autopista, la batería está al 66 por ciento, pero el gasto momentáneo hace caer más y más rápido la autonomía. Del 42 por ciento, el pronóstico de la batería ya ha caído a 28. Suficiente en cualquier caso para llegar a Kitzbühel. Google nos dirige con exactitud al súper cargador que allí encontrare­mos. La electrónic­a nos informa que nos quedan 58 km de autonomía, pero para continuar nuestra ruta necesitamo­s más. El sistema calcula que en 30 minutos de carga tendremos autonomía suficiente para llegar a nuestro destino final. Así en Kitzbühel desenganch­amos la caravana para proceder a la carga y allí dejamos al Tesla cargando.

Continuamo­s a través de Matrei hasta el túnel de Felbertaue­r, todavía en la zona del Tirol. El rango del Model X va disminuyen­do mucho más rápido que lo que habíamos pronostica­do y el nerviosism­o aumenta con cada diferencia de altitud, por lo que buscamos en

el mapa nuevos cargadores, pero no hay más. Entonces cambiamos el modo de funcionami­ento y nuestra velocidad disminuye a 70 km/h, para llegar al parque de caravanas de Sexten, nuestra meta.

De cara a encontrar un hotel donde poder recargar como medida de urgencia, nos informan por teléfono que cerca hay una estación de recarga gratuita. Diez minutos más tarde acoplamos el enchufe en este punto, en el aparcamien­to que hay frente al teleférico, y nos acercamos hasta el hotel, comproband­o que la energía fluye directamen­te desde la Wallbox de 22 kW hasta la batería de 90 kWh del Tesla. Una cerveza sin alcohol para nosotros. Nuestro consumo en la barra es suficiente para que transcurra una hora con el cable enchufado. Una carga completa, gratis para los huéspedes del hotel, necesitarí­a de nueve horas. Ahora son las 8:15 p.m. La admisión al campamento se cierra en 45 minutos. Al ponernos en marcha de nuevo después de esta parada de urgencia disponemos de 39 km de alcance y “la angustia” reservada para la última etapa de 26 kilómetros.

Esa sensación se verá corroborad­a una vez más. El ascenso de 1.160 a 1.520 m sobre el nivel del mar comienza en Kontor, que el Tesla acomete con auténtica suficienci­a. Con solo unos kilómetros de reserva y la advertenci­a de que la batería proporcion­a menos capacidad con temperatur­as bajas en las que nos movemos ahora, nos dirigimos a la recepción en la siguiente localizaci­ón. Pero cuando preguntamo­s dónde se encuentra el punto de carga indicado, la joven que nos atiende no lo sabe y nos envía al estacionam­iento para autocarava­nas. Una decisión fatal, porque el fusible no resiste la corriente de arranque del cargador.

MUERTE DE LA BATERÍA. A las siete en punto de la mañana, el Tesla “está muerto”. El responsabl­e de la línea directa de asistencia de Tesla nos da indicacion­es de qué hacer. "Tiene que responder", nos indica. "Hay que levantar el revestimie­nto interior del guardabarr­os y luego alcanzar el parachoque­s para encontrar el punto de alimentaci­ón". Aunque cueste, hay que hacerlo. A ambos lados se deben encontrar sendos enganches para abrir una tapa. Se puede abrir esta tapa y presionar el enganche para alcanzar un cable. Lo conseguimo­s, no sin antes arañarnos todos los brazos a la hora de manipularl­o.

El personal del camping de Sexten está haciendo todo lo posible para ayudarnos y que el Tesla vuelva a arrancar. Lo logramos. A las 3.30 p.m. conseguimo­s ponernos en marcha. Como una bandera flameando, así se mueve el Tesla sobre la carretera de Toblach en el Valle de Puster. A dos kilómetros del Supercharg­er en Brenner Pass, el rango salta a cero. Pero alcanzamos nuestra meta dando por terminado nuestro viaje.

 ??  ?? GOOGLE PARA TESLA El software de navegación de Google conduce exactament­e a los puntos de recarga rápida y otras estaciones de carga de Tesla. ALTO CONSUMO DE ENERGÍA En los primeros 133 kilómetros del trayecto, el Tesla nos consumió la friolera de...
GOOGLE PARA TESLA El software de navegación de Google conduce exactament­e a los puntos de recarga rápida y otras estaciones de carga de Tesla. ALTO CONSUMO DE ENERGÍA En los primeros 133 kilómetros del trayecto, el Tesla nos consumió la friolera de...
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 ??  ?? BOLA DE REMOLQUE El sistema de remolque con el que cuenta el Model X es de serie y se despliega desde el maletero. DOS TESLA MODEL X Al parar en el hotel Rosengarte­n, en Toblach, el director tenía alquilado otro Tesla Model-X.
BOLA DE REMOLQUE El sistema de remolque con el que cuenta el Model X es de serie y se despliega desde el maletero. DOS TESLA MODEL X Al parar en el hotel Rosengarte­n, en Toblach, el director tenía alquilado otro Tesla Model-X.
 ??  ?? MOMENTOS DELICADOS Estuvimos cerca del desastre: después de recorrer dos kilómetros en la montaña con cero km de autonomía el Tesla se quedó "sin vida". Momentos de angustia.
MOMENTOS DELICADOS Estuvimos cerca del desastre: después de recorrer dos kilómetros en la montaña con cero km de autonomía el Tesla se quedó "sin vida". Momentos de angustia.

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