TESLA MODEL X CON CARAVANA
El Model X de Tesla es uno de los automóviles eléctricos que tiene “licencia” para empujar un remolque o caravana. Para conocerlo y comprobar su capacidad iniciamos nuestro recorrido desde los Alpes hasta los Dolomitas.
Así se comporta un Tesla cruzando los Alpes arrastrando una caravana.
EL RETO: CRUZAR LOS ALPES CON UN Tesla, y en nuestro caso con el desafío de arrastrar una caravana. El SUV eléctrico de Tesla, de siete plazas, es el referente de los coches eléctricos con capacidad para arrastrar un remolque. El Model X se ofrece con tres opciones de baterías con potencias de diferente rendimiento: 60 kWh, 85 kWh y 85 kWh “Performance”. Y es precisamente esta última opción la que dota al modelo de la capacidad de remolque. Un motor eléctrico impulsa el eje delantero y trasero, de modo que el Tesla tiene tracción a las cuatro ruedas, pudiendo remolcar hasta 2.230 kg de carga.
Para nuestra aventura alquilamos una caravana de la marca Dethleffs, el modelo Beduin 500 FR, y elegimos una ruta de 304 km a través de los Alpes. Nuestro destino: el parque de caravanas Sexten, un camping realmente único en el corazón de los Dolomitas italia-
nos. Nuestro Tesla Model X P90D, que hemos alquilado en Múnich, muestra en su gran pantalla de 17 pulgadas una carga de batería del 90 por ciento justo antes de comenzar la ruta. Ello debería ser suficiente para recorrer 307 km, pero al llevar remolque la autonomía no será tan prometedora. No obstante, si hiciera falta, en media hora una estación de carga rápida será capaz de introducir en la batería de iones de litio de 400 voltios la energía necesaria para recorrer 270 km. Buscamos sacar el enganche del remolque desde el compartimento inferior del maletero trasero. El Model X incluye, entre sus varias opciones, el llamado “paquete remolque”, que está disponible por 850 euros.
GOOGLE ENCUENTRA EL MEJOR CAMINO.
Ahora, ya solo nos queda programar el Google Maps que, sobre la base del soſtware de Google, ha modificado Tesla para incluir las estaciones de carga rápida “Tesla Supercharger”. A los pocos segundos, la ruta se marca en el navegador: nos lleva hasta Kitzbühel y también encontramos cargadores en las localidades de Mittersil, Matrei, Lienz e Innichen, hasta Sexten atravesando el paso de Brenner. Ello acorta la distancia de los 307 km iniciales a 275 km, y la posibilidad de encontrar una estación de carga rápida para el Model X de 230 km a 127 km. El sistema calcula que, recargando en Kitzbühel hasta el 42 por ciento de carga de la batería en 20 minutos, sin tener en cuenta la caravana que arrastramos, llegaremos a Sexten con un 11 por ciento de batería.
Comenzamos nuestro periplo a las 2:15 p.m. Pisamos con cuidado el pedal del acelerador y, ¡uff, cómo empuja este monstruo negro! No es broma: la caravana apenas afecta al acelerar, incluso en la angosta pendiente de Irschenberg el Model X vuela literalmente empujado por el motor eléctrico. Sin lastre, las 2,5 toneladas alcanzan los 100 km/h en poco más de cuatro segundos, invirtiendo hasta 200 km/h poco más de 18 segundos. Después de solo 46 kilómetros de autopista, la batería está al 66 por ciento, pero el gasto momentáneo hace caer más y más rápido la autonomía. Del 42 por ciento, el pronóstico de la batería ya ha caído a 28. Suficiente en cualquier caso para llegar a Kitzbühel. Google nos dirige con exactitud al súper cargador que allí encontraremos. La electrónica nos informa que nos quedan 58 km de autonomía, pero para continuar nuestra ruta necesitamos más. El sistema calcula que en 30 minutos de carga tendremos autonomía suficiente para llegar a nuestro destino final. Así en Kitzbühel desenganchamos la caravana para proceder a la carga y allí dejamos al Tesla cargando.
Continuamos a través de Matrei hasta el túnel de Felbertauer, todavía en la zona del Tirol. El rango del Model X va disminuyendo mucho más rápido que lo que habíamos pronosticado y el nerviosismo aumenta con cada diferencia de altitud, por lo que buscamos en
el mapa nuevos cargadores, pero no hay más. Entonces cambiamos el modo de funcionamiento y nuestra velocidad disminuye a 70 km/h, para llegar al parque de caravanas de Sexten, nuestra meta.
De cara a encontrar un hotel donde poder recargar como medida de urgencia, nos informan por teléfono que cerca hay una estación de recarga gratuita. Diez minutos más tarde acoplamos el enchufe en este punto, en el aparcamiento que hay frente al teleférico, y nos acercamos hasta el hotel, comprobando que la energía fluye directamente desde la Wallbox de 22 kW hasta la batería de 90 kWh del Tesla. Una cerveza sin alcohol para nosotros. Nuestro consumo en la barra es suficiente para que transcurra una hora con el cable enchufado. Una carga completa, gratis para los huéspedes del hotel, necesitaría de nueve horas. Ahora son las 8:15 p.m. La admisión al campamento se cierra en 45 minutos. Al ponernos en marcha de nuevo después de esta parada de urgencia disponemos de 39 km de alcance y “la angustia” reservada para la última etapa de 26 kilómetros.
Esa sensación se verá corroborada una vez más. El ascenso de 1.160 a 1.520 m sobre el nivel del mar comienza en Kontor, que el Tesla acomete con auténtica suficiencia. Con solo unos kilómetros de reserva y la advertencia de que la batería proporciona menos capacidad con temperaturas bajas en las que nos movemos ahora, nos dirigimos a la recepción en la siguiente localización. Pero cuando preguntamos dónde se encuentra el punto de carga indicado, la joven que nos atiende no lo sabe y nos envía al estacionamiento para autocaravanas. Una decisión fatal, porque el fusible no resiste la corriente de arranque del cargador.
MUERTE DE LA BATERÍA. A las siete en punto de la mañana, el Tesla “está muerto”. El responsable de la línea directa de asistencia de Tesla nos da indicaciones de qué hacer. "Tiene que responder", nos indica. "Hay que levantar el revestimiento interior del guardabarros y luego alcanzar el parachoques para encontrar el punto de alimentación". Aunque cueste, hay que hacerlo. A ambos lados se deben encontrar sendos enganches para abrir una tapa. Se puede abrir esta tapa y presionar el enganche para alcanzar un cable. Lo conseguimos, no sin antes arañarnos todos los brazos a la hora de manipularlo.
El personal del camping de Sexten está haciendo todo lo posible para ayudarnos y que el Tesla vuelva a arrancar. Lo logramos. A las 3.30 p.m. conseguimos ponernos en marcha. Como una bandera flameando, así se mueve el Tesla sobre la carretera de Toblach en el Valle de Puster. A dos kilómetros del Supercharger en Brenner Pass, el rango salta a cero. Pero alcanzamos nuestra meta dando por terminado nuestro viaje.