Viento y marea
No nacieron con la intención de ser un reclamo publicitario, pero desde 1923, primer año documentado gráficamente, los póster del Salón de Ginebra se han convertido en un icono más de la muestra suiza. Y como el mismísimo automóvil, fueron no sólo una expresión más de arte, sino de tendencia y situación histórica de la industria automovilística en el tiempo. Así, las grandes alas del primer cartel reflejaban un nuevo despegue de la industria en general y del automóvil en particular tras recuperarse de la Primera Guerra Mundial, aunque la coyuntura económica pronto empezaría a hacer aguas en otros países con repercusión directa en Europa. Realmente, el primer Salón data de 1905 —en ese año, la nueva Clement-Bayard fue uno de los fabricantes protagonistas de entre las 17 marcas que expusieron sus novedades ante más de 17.000 visitantes—, aunque la Primera Guerra Mundial, cuyo comienzo coincide, precisamente, con otros hitos del sector —en 1911, Hispano Suiza se traslada a Francia, convirtiéndose en el fabricante español más importante, mientras que la italiana Fiat fabricaba el motor de cuatro cilindros más grande del momento, con 28.353 cm3— obligaría a cerrar sus puertas en 1907. Se volvió a retomar la actividad en el 23, año en el que Mercedes empieza a fabricar en serie el motor de compresión, utilizado en sus modelos 6/25 de 40 CV y 10/40 de 45 CV. Un año más tarde, Fiat tendría protagonismo en la feria con el modelo 502, una muestra más de que la ingeniería italiana tenía mucho que decir: también el Lancia Lambda se convertiría en uno de los primeros vehículos equipados con carrocería autoportante y suspensión delantera independiente. En 1927, Ford vuelve a aplicar su fórmula sustituyendo al modelo T 18 años después de su nacimiento, asentando su filosofía de marca en una época en la que el automóvil lujoso entra en pleno declive: la crisis del 29 había hecho mella en Estados Unidos y sus consecuencias traspasaron fronteras. Fabricantes como BMW replantearon sus gamas con modelos como el Dixi, primer utilitario de la marca bávara, y se desarrollaría una nueva ingeniería orientada a lograr coches más ligeros, eficientes y sencillos.