Rearme industrial
La Segunda Guerra Mundial dejaría huella en el sector automóvil, carente de materia prima al destinar aceros para la fabricación de armas o vehículos militares y se limitaron los combustibles para toda aquella actividad que no estuviera relacionada con la industria bélica, recurriendo a fuentes alternativas como el carbón o la madera empleado en quemadores auxiliares, generadores de gas, coches tirados literalmente por caballos o incluso automóviles eléctricos como el Peugeot VLV con 3 baterías de 12 voltios. En plena ocupación alemana, se confiscaron vehículos particulares y muchas empresas tuvieron que modificar sus patrones de producción, obligando a que fabricantes como Renault o Citroën tuvieran que desarrollar clandestinamente (ahí surgió el modelo 4 CV o "cuatro-cuatro" y el 2CV, respectivamente). Finalizada la Guerra, y gracias a la inyección de capital americano del Plan Marshall, la industria volvería a florecer en Europa y la producción de automóviles se duplicaría aunque concentrada en muy pocos países. Cinco años después del conflicto, el Salón de Ginebra vuelve a abrir sus puertas con la que sería la exposición con mayor número de expositores y visitantes de todos los tiempos, cifras que se volverían a batir al siguiente año, en el que marcas como la americana Studebaker llegarían a la ciudad de la sede europea de las Naciones Unidas con ideas frescas: se empieza a hablar, por primera vez, de diseño futurista. Si bien, mercado e industria adaptan sus productos de postguerra fabricando pequeños coches de sencilla producción, como Peugeot con su modelo 203, el citado 2 CV de Citroën, Renault 4/4 o incluso la implementación de tecnología de clases superiores en motores de pequeña cilindrada, como la inyección de combustible. Sin embargo, en esta misma época vieron la luz nuevas tecnologías y modelos desarrollados originalmente para la competición que acabarían convirtiéndose rápidamente en iconos del automóvil, como el Jaguar XK 120 presentado en el Salón de Ginebra de 1951. Fiat se consagra como especialista en pequeños vehículos recurriendo de nuevo a su denominación talismán, el 500, presentado en la muestra suiza del año 1955.