Tal como éramos
A mis 48 años puedo decir que soy lector de vuestras publicaciones desde más o menos cuando tenía 12 años y eso me hace un seguidor vuestro más de 30 años. Ponía nombre a esta carta con ese título cinematográfico "Tal como éramos", pues no puedo evitar sentir una gran nostalgia llevando tanto tiempo siguiéndoos, de aquellos números de hace años atrás. No porque vuestro trabajo sea peor, todo lo contrario, me parece la publicación más profesional y fascinante que hay en el mercado, sino porque los productos que nos ofrecían los fabricantes de automóviles hace unos años me resultaban mucho más emocionantes y divertidos. Que un producto tenga el componente de pasión que despierta o despertaba el automóvil es algo muy complicado que para sí quisieran vendedores de todo tipo de productos. A día de hoy, viendo y leyendo entrevistas a Directores de Marketing, producto, etc, de las diferentes marcas y cómo nos tratan de vender el "coche electrodoméstico" hipereficiente y "perfecto", me pregunto si esos directivos habrán pasado con un coche deportivo una tarde de curvas por una carretera poco transitada, si habrán oído rugir en directo los antiguos V10 atmosféricos con los que nos emocionaba la Formula 1 o simplemente habrán "gastado" unas horas alguna vez en divertirse en una pista de Karts. Porque a lo mejor sería grande su sorpresa cuando viesen que lo que el auténtico aficionado al automóvil quiere (el cual es una gran parte del volumen de ventas), como un apretado motor atmosférico y un cambio manual. Solo desear que este viaje fascinante que llevo haciendo con vosotros desde hace más de treinta años cada semana con cada número de vuestras revistas, ojala pueda prolongarse mucho más con emocionantes automóviles que sigan haciendo fascinante este mundo que nos apasiona. Hasta que llegue ese momento y ese futuro de novela de "Un mundo feliz" nos alcance, gracias por hacer un trabajo tan extraordinario y emocionarnos cada semana y disfrutar de todo ello tal como éramos...
AMÉN. PUEDE SONAR CLASISta –y nada más lejos de mi intención-, pero si quieres disfrutar del automóvil como lo entendemos los apasionados, tienes que conseguir que la gran masa (y no pienses en Europa, sino en la explosión del transporte en China, luego en India, etc) o tus desplazamientos más largos o numerosos empleen poca energía, no contaminen y no causen accidentes. Imagínate todo el aire lleno de avionetas acrobáticas: solo si la aviación está reglamentada y con todo bajo control, se puede permitir a algunos apasionados hacer piruetas en vuelo manual en determinados espacios no transitados. Por la mayoría del "núcleo duro" del automóvil todos los coches serían más rápidos y pasionales, pero entonces las normas terminarían de cortarles las alas (potencia límite 150 caballos, o máximo caudal de combustible o limitador obligatorio de velocidad, la imaginación es libre).