Autopista

JEEP WRANGLER POR EL VALLE DE LA MUERTE

La actual generación del Jeep Wrangler llega a su fin. Pero antes de probar el nuevo modelo, queríamos hacerle una despedida digna, en un escenario a su altura, como el Valle de la Muerte en California.

- DANI HEYNE | autopista@mpib.es FOTOS: DANI HEYNE

DOSCIENTOS TREINTA Y CINCO KILÓ

metros. Esa es la extensión para atravesar el valle más famoso del mundo. Allí, si te detienes en uno de sus bordes y alargas la mirada, parece que te has trasladado a una época pasada. Aquella en la que se atravesaba a caballo y con un colt en la cintura, cuando el Salvaje Oeste tenía el mismo atractivo para los colonos que Silicon Valley para los fanáticos de la tecnología hoy en día.

A pesar de todo el progreso, Death Valley ( Valle de la Muerte) ha logrado mantener su autenticid­ad, especialme­nte para los Estados Unidos. Las mediocres cadenas de hamburgues­as y cafeterías que pueblan cada rincón del país no encuentran sitio aquí. Tampoco los spa o centros de yoga encuentra una ubicación interesant­e en este lugar. No, aparte de dos estaciones de servicio y algunos bares sencillos, no hay otro rastro de civilizaci­ón aquí. Pero eso es maravillos­o. ¿Será por ello que el Wrangler se siente tan feliz en este escenario?

REMEMORAND­O SENSACIONE­S. El todoterren­o más genuino y especializ­ado de la familia Jeep nos trajo aquí desde los Ángeles, para lo que invertimos algo menos de cuatro horas. Cuatro horas en las que rememoramo­s sensacione­s, como las de sentir los movimiento­s constantes de su dirección que copia todo lo que ocurre bajo las ruedas delanteras. O un cambio automático, con bastante deslizamie­nto y lentitud en sus transicion­es.

Y, sin embargo, un recorrido con el Wrangler resulta siempre un viaje especial en el tiempo, a cuando el automóvil y la comodidad no estaban tan juntos. Esto puede asustar a algunos, pero para otros es la manera correcta de sentirse al volante de un coche con el que disfrutar la conducción en estado puro. Quieren sentir un automóvil, conducirlo. Y, maldita sea, contar con una segunda palanca en la consola central y que no sea para manejar las funciones multimedia, sino para controlar el sistema de tracción a las cuatro ruedas. Para todos ellos, el Wrangler cumplía las expectativ­as, por lo que ante la llegada de la nueva generación se pueden sentir preocupado­s. Pensar que pueda traicionar su filosofía, el carácter que ha forjado su leyenda. Porque Jeep lanzará este año el sucesor de la actual serie JK. Y en los tiempos de hoy nunca se sabe... De momento, por lo que dice la marca y a tenor de las primeras fotos del nuevo ( JL), las expectativ­as son en todo caso prometedor­as. Seguirá siendo un todoterren­o puro.

13.628 KM2; NUEVE GUARDIAS FORESTA

LES. Pero centrémono­s ahora en el Valle de la Muerte. Más precisamen­te, en el parque nacional del mismo nombre. En 1933, el lugar fue nombrado Monumento Nacional, y en 1994 amplió su área

POR LA NOCHE EL SILENCIO TE RODEA BAJO LA CORTINA DE ESTRELLAS QUE CUBRE TODO EL CIELO

EL JEEP WRANGLER SE SIENTE EN CASA EN UN ESCENARIO TAN SALVAJE COMO ÉSTE

como Parque Nacional, abarcando en la actualidad el mismo terreno. Cada año llegan alrededor de 1,2 millones de visitantes, de los cuales un 40 por ciento aproximado tienen pasaporte alemán. Todos quieren conocer y vivir una experienci­a en uno de los puntos más calientes del planeta. En los meses de verano, el aire se calienta regularmen­te hasta más de 45 grados Celsius. ¿Sombra bajo los árboles? ¿O en el bar de un salón? ¡Sigue soñando!

Por cierto, la temperatur­a más alta registrada en el Valle de la Muerte se midió el 10 de julio de 1913, que fue de 56,7º C. La noche más calurosa se produjo hace casi 100 años, el 12 de julio de 2012, con una temperatur­a máxima de 41,7 C bajo la luz de la luna. "Sabia decisión que hayáis venido en invierno", nos comenta el guardabosq­ues. "Mientras que en los meses de verano muchos turistas vienen a sudar al Valle de la Muerte, esto no sucede en invierno. El tiempo entre noviembre y febrero es fantástico. Durante el día hay 24 grados y un cielo azul sin nubes. Y por la noche, un saco de dormir normalment­e resulta suficiente, ¿qué más podríais desear?”.

El hombre tiene razón. El Parque Nacional –tan grande como casi dos millones de campos de fútbol juntos-, lo protege junto a otros 8 compañeros. "En el verano apenas tenemos respiro y hay que recordar a la gente que debe beber constantem­ente. Eso es vital. Y como el parque tiene muchas rutas 4x4 solitarias, no encontrará­s por éstas un supermerca­do donde abastecert­e…”.

4x4 es nuestra palabra clave. Es hora de conducir el Wrangler por la larga pista de tierra suelta. Nos encontramo­s muy cerca del punto más profundo del hemisferio occidental, que está un poco alejado de la arteria principal, en la parte sur del Valle de la Muerte y que tiene el nombre de Badwater. Aquí, a 85,5 metros bajo el nivel del mar, se registran regularmen­te las temperatur­as más altas de Norteaméri­ca. Y eso, a pesar de que el Océano Pacífico se encuentra a solo unos cientos de kilómetros de distancia frente a la costa de California.

LA CARRERA DE ROCAS. Después seguimos en el Jeep por una estrecha pista de tierra hacia las montañas, para llegar finalmente hasta el Cañón de Titus. Aquí arriba, no solo hay un pueblo fantasma, del cual sorprenden­temente queda poco, sino también muchas rocas coloridas y una vista increíblem­ente hermosa. Más tarde, en el Telescope Peak Trail, el Wrangler atraviesa una zona de pinares que se encuentra a más de 3.000 metros de altitud, el punto más alto del parque nacional. Aquí, también, estamos completame­nte solos y nos sumergimos en unos suaves 24 grados en esa soledad que vacía la vista mágicament­e.

En Devil's Golf Course conquistam­os, sin mucho esfuerzo, las dunas de arena gruesa ayudados de la tracción total que tuvimos que insertar. El camino hasta el lago seco en las montañas duró alrededor de tres horas, conduciend­o primero a través de un bosque lleno de “Joshua Trees”, luego atravesand­o un pequeño cañón y finalmente siguiendo el trayecto hasta las montañas.

Cada centímetro está libre de asfalto, y la última parte garantiza un duro pulso por una senda tan abrupta y estrecha que se nos obliga trabajar duro. Pero el Wrangler la afronta sin el esfuerzo que preveíamos; está completame­nte en su elemento. El objetivo de la escalada: una llanura arenosa tamizada por pesados cantos rodados. Lo sorprenden­te son sus rastros, que indican claramente que las rocas "vagan" por la arena. En 2014, esto fue grabado con una cámara durante un largo lapso de tiempo que permitiera comprobar ese movimiento.

Cuando el sol se esconde poco después de las cinco, el valle se enfría. Buscamos un sitio para acampar libremente, y donde escuchar el crujido del fuego maravillán­donos ante la enorme alfombra de estrellas que cubre el cielo. Como todos los héroes occidental­es que pasaron por aquí, conquistam­os el valle de la muerte.

¿WI-FI? ¿HIPSTER? ¿CADENAS DE COMIDA RÁPIDA? NO AQUÍ, EN EL VALLE DE LA MUERTE

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 ??  ?? DEATH VALLEY Un nombre memorable para un lugar extraordin­ario. Una ventaja sin duda acceder a este lugar en un 4x4, más con la capacidad del Wrangler. Ver caer la noche en el Parque Nacional rodeado del silencio, no tiene precio.
DEATH VALLEY Un nombre memorable para un lugar extraordin­ario. Una ventaja sin duda acceder a este lugar en un 4x4, más con la capacidad del Wrangler. Ver caer la noche en el Parque Nacional rodeado del silencio, no tiene precio.
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