EL LENTO AVANCE DEL COCHE AUTÓNOMO
No será hoy ni mañana, pero que el coche autónomo acabará llegando es una realidad. Los avances en movilidad autónoma siguen adelante con un avance lento, pero continuo.
No será hoy ni mañana, pero que el coche autónomo acabará llegando es una realidad.
EL DEBATE ALREDEDOR DEL COCHE AU
tónomo se ha intensificado tras dos accidentes de Uber y Tesla. Sin embargo, la llegada del coche autónomo acabará siendo una realidad tarde o temprano. Aún faltan años para que un coche se mueva sin conductor en toda condición, pero hay mercado e interés industrial en que este tipo de vehículos acaben apareciendo. Es evidente que no lo veremos pasado mañana, pero sí dentro de varios años.
NO HAY PRISA. Esta semana, BMW ha inaugurado en Munich un campus enfocado única y exclusivamente al coche autónomo. En él se ha invertido lo suficiente para construir oficinas del tamaño de tres campos de fútbol y contar con casi 2.000 empleados. Un desembolso que sólo se entiende cuando empezamos a comprender qué hay detrás de un coche autónomo. Tecnología punta, programaciones interminables y, sobre todo, una cantidad de datos incomprensibles para el usuario medio. Para que nos hagamos una idea, en una jornada de test, cada coche recoge 40 terabytes de información. Un terabyte son 1.024 gigabytes y un videojuego, con todas sus variables, puede ocupar unos 40 gigabytes de información. Son unidades tan espectacularmente grandes que es difícil hacerse una idea del tamaño total. Más si imaginamos que gran parte de esos datos tienen que ser analizados y programados para que el coche sea capaz de tomar una decisión. No se hace raro que BMW haya marcado 2021 como la fecha para comercializar su primer coche con nivel 3 de autonomía. Es decir, que pueda moverse sin utilizar las manos ni los ojos, aunque retomando el control total cuando se le reclame. LO DESCONOCIDO. Y, a partir de ahí, un mundo por descubrir para el automovilismo. Al tiempo que BMW comercialice vehículos de nivel 3 se comenzarán las pruebas con los dos niveles superiores, los que aseguran que el coche puede moverse sin ningún tipo de intervención humana e, incluso, sin conductor. Para llegar a ello, el personal de BMW trabaja para que el coche sea capaz de analizar el entorno mediante sensores, discriminar los objetos que tiene a su alrededor, estudiando si son paredes, objetos móviles como coches o peatones y qué dirección y velocidad llevan. Junto a una ingente cantidad de escenarios posibles acumulados en su base de datos, el coche será capaz de tomar la mejor decisión. Con el tiempo todo llegará, pues los actores interesados son muchos. Los Estados piensan en reducir accidentes, los municipios quitar atascos, las firmas en vender su producto y las personas con movilidad reducida o una edad avanzada pueden ser las primeras beneficiadas.