¿PAGAR MÁS?
El coche aporta mucho dinero al Estado. ACEA, Asociación de Constructores Europeos de Automóviles, acaba de publicar que los impuestos vinculados a los automóviles han generado 413.000 millones de euros en 2017 en la Unión Europea, una cifra superior en un 4 por ciento a la registrada un año antes. Estos datos contemplan la recaudación por IVA, así como por tasas de venta y por impuestos de matriculación, tasas de circulación, los peajes y los impuestos a los carburantes. Está claro, con las cifras en la mano, que los vehículos a motor contribuyen a mejorar la salud de las economías de los diferentes países y que con lo “fácil” que resulta sacarle dinero no parece que los gobiernos vayan a suavizar los impuestos que los gravan, sino todo lo contrario.
ra re a la esta e es e a e a s al a la a a las emisiones de CO2 que puede traer consigo nuevos incrementos en cifras recaudatorias. Desde septiembre de 2017, dichas emisiones se miden con el protocolo de homologación WLTP, más riguroso que el anterior NEDC, que, entre otras consecuencias, acarrearía un aumento en el precio de los coches al subir el Impuesto de Matriculación en ciertos vehículos. ACEA advierte y pone la voz de alarma sobre un próximo aumento en las tarifas. Señala que los gobiernos deben asegurar que la tra s al te r m a t e at s re la s a l a a e all e est r a reme tar las arreras a cieras entre los consumidores. En el caso concreto de España, puede ocurrir, de seguir todo igual, que coches que hoy no pagan impuesto de matriculación porque no alcanzan los 120 g/ km de CO2, con la prueba WLTP sobrepasen ese umbral, por lo que tendrían que pagar el 4,75%. Y así sucesivamente. Según la patronal española ANFAC, esta nueva normativa de medición de emisiones de CO2 para los vehículos nue s m l a s te r m a t s al en España, al menos, hasta 2019 (y tampoco debería tenerlo a partir de entonces). Pero, ¿qué ocurrirá a partir del 1 de enero de ese año? Nos tememos lo peor.