Historia de un nacimiento
Una vez definido el tipo de vehículo a hacer se preparan entre distintos equipos una serie de bocetos acordes con los gustos transmitidos por sus clientes y las tendencias del momento. Establecidas las líneas maestras, éstas se dibujan con cinta sobre un mural o pared a tamaño real para comprobar y visualizar las proporciones para posteriormente confeccionar un modelado digital en tres dimensiones que permita llevar a cabo las primeras pruebas por ordenador así como el análisis aerodinámico. Tras esto, se produce una maqueta en tamaño 1:1 en arcilla. Una máquina crea sus líneas maestras para posteriormente los expertos completar a mano con los distintos detalles. Antes de que esto esté acabado comienza el proceso de ingeniería, en el que se diseña o adapta la plataforma a la nueva carrocería. Su imagen tiene un gran peso, pero también su aerodinámica y resistencia. El siguiente paso define el conjunto de bastidor, transmisión, suspensión, dirección, frenos, motor, circuito de refrigeración y demás componentes mecánicos. A la par, en el interior, se establece el diseño funcional, donde la ergonomía, el confort y la seguridad tienen especial relevancia. En las pruebas de laboratorio no sólo se someten los coches a los populares ensayos de impacto, también se recrean condiciones de uso extremas, como simuladores en los que el coche rueda sin parar durante las 24 horas del día por una superficie con enormes baches, con temperaturas de hasta -40ºC o 60ºC, bajo grandes tormentas, con mucho polvo en suspensión… También se llevan a cabo pruebas normales en simulador durante millones de kilómetros antes de las reales en circuito y carretera, que son en las que se decide la puesta a punto final de cada versión. No en vano, en el desierto de Mojave (California), uno de los lugares más calurosos de nuestro planeta, con una altitud por debajo del nivel del mar, Kia dispone de unas instalaciones permanentes.