F1: JAPÓN
El acierto de Hamilton y el enésimo error de Vettel dejan el campeonato en manos del británico, que logró su novena victoria de la temporada y le deja a un paso de igualar a Fangio.
El duelo entre Hamilton y Vettel vive un nuevo capítulo en el circuito de Suzuka, en Japón.
FERRARI, CON SU ERROR del sábado en calificación al sacar a sus dos coches con intermedias cuando todos llevaban las de seco, y luego en carrera otro fallo de Vettel al chocar con Verstappen, han dejado el título en manos de Hamilton, que aceptó el regalo y estaba exultante. El cuarto doblete de la temporada, el segundo consecutivo y sin asomo ya de rebeldía por parte de Bottas, cierran la temporada a falta del resultado final, que no ha de ser otro que el quinto título de Lewis. Si el objetivo de Alonso es hacerse con tres campeonatos del mundo, el de Lewis es conseguir ocho títulos de F1, e incluso terminar vistiendo de rojo en el octavo, emulando a Michael. Todos los pilotos sueñan con vestir de rojo a lo largo de su carrera.
Alonso ya lo hizo, y si Senna no, fue porque su afán ganador le llevó a Williams prácticamente gratis, cuando los coches italianos no eran los mejores. Prost o Mansell también estuvieron en la Scudería, con resultados decepcionantes. Hamilton remataría ahí su carrera deportiva. En Suzuka puso una piedra más de su edificio de cinco pisos ante un Vettel que no supo esperar su turno, lleno de prisas e intentando lo imposible. Verstappen es joven, pero es un ejemplo a seguir. Se ha ganado el respeto de todos con su carácter duro y combativo. Nadie va a ir a enfrentarse con él si tiene algo que perder. Solo Vettel, que vio hueco, pero se olvidó que quedaba mucha carrera y que tenía delante al holandés. No supo gestionar sus prisas, podía haber esperado a la zona de DRS, pero creyó que Max abriría la puerta como muchos otros. Es imposible pensar que Vettel no supiera lo que iba a pasar. En China Max llegó encima de Vettel y se lo llevó puesto. En Suzuka el alemán entró a saco, pero salió mal parado.
Hamilton no perdonó y estuvo imperial todo el fin de semana. Él busca ser el mejor en la F1 mientras que Fernando Alonso quiere ser el mejor piloto de todos los tiempos, pero no solo aquí, sino en todas las categorías. Dos formas de ver las cosas aunque con el mismo objetivo: la búsqueda de la perfección. Hamilton sabe que en la F1 lo puede lograr, mientras que Alonso, sabedor que aquí se le ha terminado el tiempo y las oportunidades, pone rumbo a otros proyectos, y este fin de semana, sin descanso, viaja hasta otro circuito japonés para disputar