LOCA MOVILIDAD
Cada vez resulta más difícil transitar por las grandes ciudades. Las alternativas de movilidad personal -que se aglutinan bajo las siglas VMP- son cada vez mayores. Al coche, moto y bici se han sumado recientemente los patinetes con motor que ahora, para más caos circulatorio, también son de carsharing. El resultado es un maremagno de vehículos dispares que circulan por donde les sale de las ruedas -por no decir de otro sitio- sin respetar ordenanzas. Eso sí, los coches, por el momento, no invaden las aceras.
Con este desbarajuste los que más pierden son los peatones, que tan pronto se encuentran con una bicicleta sobre la acera como con una moto -sí, los hay que no entienden que no se puede circular ni para aparcar ni, para mucho menos, avanzar en un atasco- como con un patinete. La teoría de que van más seguros que sobre el asfalto no vale: efectivamente su nivel de seguridad aumenta, al tiempo que disminuye el del peatón.
El Ayuntamiento de Madrid acaba de aprobar un reglamento que baja a la calzada a los patinetes; las bicicletas ya estaban "bajadas". Con esta nueva normativa, tendrán que circular por ciclocalles, carriles bici y calzadas de zonas residenciales limitadas a 20 km/h. Los patinetes sin motor podrán seguir sobre las aceras a una velocidad adaptada al paso de una persona y nunca tendrán prioridad respecto de los peatones. ¿Cumplirán?