KIA SPORTAGE MILD HYBRID
Un dispositivo eléctrico sustituye al alternador tradicional optimizando la eficiencia energética y elevando el agrado de conducción.
De todos los cambios que estrena el renovado Sportage, hay uno que no se ve, pero se deja sentir en esta poderosa versión Diesel: un dispositivo eléctrico que sustituye al alternador tradicional, que optimiza la EfiCIENCIA ENERGéTICA Y REfiNA EN CIERTOS MOMENTOS SU AGRADO DE CONDUCCIóN.
DESDE QUE A FINALES DEL PA
sado siglo los Diesel revolucionaron el parque automovilístico, nunca han estado tan entredicho como hasta ahora, a pesar de su incuestionable eficiencia reflejada en sus bajos consumos. Pero los rigurosos controles sobre las emisiones de escape los han puesto en el disparadero. O eso parece. No son pocas la marcas que están dejando de ofrecer mecánicas de gasóleo y otras tantas que han anunciado que ya no seguirán evolucionando sus Diesel actuales; como también hay casos en los que un nuevo giro de tuerca confirman su validez.
En el renovado Sportage, Kia ha evolucionado su motor 2.0 CRDI sustituyendo el alternador convencional por un dispositivo eléctrico que puede operar como alternador, como motor de arranque del sistema Stop&Start y como motor “propulsor”, ayudando a girar con una potencia de hasta 16 CV al propio 2.0 CRDi de 185 CV. Este tipo de alternador reversible como tal no es nuevo. PSA los ha utilizado hasta hace muy poco en ciertos modelos Citroën y Peugeot y si bien el funcionamiento de sus dispositivos Stop&Start resultaba exquisito por la insuperable suavidad y rapidez con que acometían estos episodios que tanto pueden incomodar y desconcertar en los repetitivos procesos de parada y arranque que surgen en una congestionada conducción urbana, ha abandonado esta tecnología por su alto coste. A posteriori, Suzuki evolucionó este concepto con su sistema SHVS (el alternador ayudaba a girar puntualmente al motor térmico), mismo principio que el propuesto ahora por Kia. Pero el Grupo coreano (Hyundai también lo utiliza en su renovado Tucson) lo ha implementado con un sistema eléctrico paralelo con su propia batería de litio de 48 voltios, al margen del de 12 voltios y su batería convencional para el resto de los equipos del vehículo, que le asegura una mayor potencia eléctrica y por tanto eficiencia energética (Audi también ofrece un sistema similar con esquema eléctrico independiente de 48 voltios.) ¿Estamos entonces ante un modelo híbrido? Teóricamente sí, pero rebajado a la categoría de “mild hybrid” por su muy concreta aportación eléctrica y hasta cierto punto sencillez. Lo malo del Sportage es que mientras Suzuki y Audi han conseguido etiquetar como ECO a sus “mild hybrid”, equiparándose a los híbridos convencionales con los beneficios que esto conlleva, Kia no ha podido o sabido. Lo bueno, es el gran motor Diesel que tiene.
MÁS QUE UN STOP&START. A priori nada te advierte de lo que esconde el Sportage Mild Hybrid. La puesta en marcha de su motor desde el botón de contacto es responsabilidad del motor de arranque convencional. Su 2.0 CRDi se siente todo lo agradable y solvente que puedes esperar de un motor discreto de ruido y vibraciones y que ofrece un empuje desde muy bajo régimen muy bueno. Si no seleccionas en el cuadro de relojes el gráfico que indica el funcionamiento de su sistema MHSG (MildHybrid Starter-Generator), no adivinarías que su alternador suma potencia puntualmente en momentos muy concretos, sobre todo a muy bajas vueltas y suave aceleración, o pisando a fondo el acelerador. De hecho, pasa totalmente desapercibido cuando ya de por sí el propio el 2.0 CRDi resulta rotundo empujando, hasta el punto que el propio indicador de marcha adecuada te sugiere conducir el Sportage en 6ª a 1.200 rpm (65 km/h)… sin una sola queja y buenas reservas de aceleración desde ahí mismo. Donde no hay duda que este Sportage es diferente es cuando sueltas el acelerador. En
EL STOP&START RESULTA SOBERBIO, PERO NO SIEMPRE SE ACTIVA EN SIMILARES SITUACIONES, AUN CON BATERÍA PROPIA DE 48 VOLTIOS