Póker de Hamilton y Mercedes
Bottas sustituyó a Rosberg, que salió “huyendo” de Hamilton hacia un retiro dorado y el FW08 parecía que entró en declive tras dos triunfos en las tres primeras carreras para el Ferrari de Vettel. Después del primer cuarto de la temporada Vettel lideraba el mundial y Ferrari estaba a solo 8 puntos de Mercedes. Todo parecía indicar que había llegado el final del ciclo de los coches plateados. El FW08 con distancia larga entre ejes parecía que había perdido todo su “encanto” y solo se encontraba cómodo en las rectas, mientras el Ferrari volaba en China y confirmaba después sus buenas sensaciones en Baréin. Falto de carga aerodinámica y con 10 kg de exceso de peso, el Mercedes no era ni sombra del coche dominador del 2016. En Hungría fue el punto más bajo de la temporada, con Hamilton y Bottas distanciados irremediablemente a más de 12" de los Ferrari, y Hamilton a 14 puntos de Vettel, aunque como constructor Mercedes marcaba el paso, pero en la pista no era así. Las vacaciones estivales sentaron divinamente a Hamilton y Mercedes que renacieron de sus cenizas, logrando el inglés cinco victorias y un segundo puesto en las seis carreras siguientes para proclamarse campeón en la séptima, México, y sumando solo dos puntos. Mercedes ya se había hecho con el título en la carrera anterior. De nuevo Ferrari volvió a tirar con balas de fogueo frente a Hamilton, que no
perdonó. Ferrari no logró poner en pista la cuarta evolución del motor debido a problemas de fiabilidad. Mercedes reaccionó a partir de España, cuando puso en pista una versión “B” de su coche, ya que habían visto que eran superados por los Ferrari. La unidad de potencia de Mercedes marca nuevamente la diferencia y los Ferrari, enzarzados en peleas como la de Singapur, vuelven a quedarse sin nada una vez más: 12 victorias, 15 poles y 4 dobletes en 20 carreras, evidenciaron más dificultades, pero al final los títulos para ellos.