A LO LOCO
Estos días ha salido a la luz el primer atropello mortal de un peatón por un patinete en una ciudad. Una mujer nonagenaria fue embestida por un vehículo de este tipo cuando, presuntamente, el conductor de este estaba consultando en su teléfono móvil Google Maps. La velocidad a la que circulaba, según apuntan desde el ayuntamiento no era muy elevada, apenas 30 kilómetros por hora. Pero resultó mortal. Las calles de las ciudades se llenan de vehículos de movilidad personal -principalmente de car sharing- accesibles a cualquiera que lo desee sin ningún requerimiento. Porque si bien para conducir un ciclomotor, una moto, un turismo, una furgoneta o un autobús necesitas un permiso y demostrar que conoces las normas de circulación, para conducir un patinete o una bicicleta no es necesario. Vehículos que no olvidemos tienen que circular por la calzada -o por su carril específico si lo hay-. Es muy habitual, al menos en Madrid, verlos circular con auriculares, saltándose semáforos en fase roja e incluso consultando el móvil -aunque esto entre los ciclistas es más excepcional-.
Es cierto que las multas por estas acciones son las mismas que para los conductores de vehículos, si bien hay un matiz, por ejemplo en el caso de la conducción bajo los efectos del alcohol. Ya que a diferencia de estos, los conductores de bicis, patinetes y monopatines, den el índice de alcoholemia que den, nunca se considera delito.