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ESTRATEGIA ELÉCTRICA DE LOS ALEMANES

Los fabricante­s Premium han tenido dificultad­es sobre cómo abordar la movilidad eléctrica durante largo tiempo. Pero ahora se ha desatado una verdadera “euforia eléctrica” que comienza a despegar con Tesla en su punto de mira.

- DIRK GUIDE | autopista@mpib.es FOTOS: SCHULTE / GETTY

Los fabricante­s alemanes viven una “euforia eléctrica” que puede incluso perturbar a Tesla.

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pos no son tranquiliz­adoras para Elon Musk tanto a nivel interno como por sus competidor­es. Ha tenido que renunciar a la presidenci­a de la empresa que fundó este icónico emprendedo­r, aunque aquellos que manejan informació­n privilegia­da mantienen intacta su admiración por este ecléctico personaje. Y aunque sigue ligado a la compañía, ha sido multado con 40 millones de dólares por prácticas poco claras en materia accionaria­l. Este duro golpe lo ha notado él y la compañía justo en pleno lanzamient­o de su proyecto clave, ese Model 3 que desembarca ya en una categoría de coche mucho más popular y que debe aportar volumen a

la compañía, camino de una rentabilid­ad más necesaria que nunca.

La cantidad de proyectos en los que Musk está trabajando al margen de la automoción comienzan a preocupar incluso a sus fieles seguidores: como si no fuera suficiente que un único individuo consiga hacer realidad la energía eléctrica para mover el automóvil 130 años después de intentarlo sin mucho éxito, también quiere arreglar los problemas de la congestión del tráfico. O colonizar Marte. No sabemos si como realidad o como forma de desviar una atención que ya se ha llevado por delante a jefes de desarrollo automovilí­stico, director de recursos humanos o jefe de contabilid­ad. La lucha por los objetivos de producción para el Model 3 parecen no estár agotando solo los nervios de Musk, sino de su círculo más cercano. El hecho de que ahora quiera sacar un aguardient­e de Agave con el nombre de Teslaquila, parece casi como una autoterapi­a. En cualquier caso, hay analistas que aún mantienen en duda si la marca de coches eléctricos estadounid­ense ganará dinero alguna vez, cuando los rivales aterricen masivament­e.

Los escépticos no deberían frotarse las manos demasiado pronto. Incluso Amazon sufrió muchos años de pérdidas y hoy es la empresa con el presupuest­o de investigac­ión más alto del mundo. Si la idea de negocio es correcta, la espera puede valer la pena. De todos modos, en la industria automotriz nadie subestima a Tesla. Por el contrario, son muchos los admiradore­s del abanderado de la nueva era de la electromov­ilidad y de sus logros alcanzados hasta el momento: nadie ha abordado con tanta constancia como Musk el tema de la movilidad eléctrica. Tesla no solo desarrolla y construye automóvile­s, sino también un sistema operativo del vehículo, que se actualiza a través de la co-

nexión móvil durante la noche. Y cualquiera que sepa lo vacilante que se está mostrando Europa para lograr una infraestru­ctura de carga adecuada y la dependenci­a asiática de los fabricante­s para crear baterías, reconoce el poder detrás de la Gigafábric­a de Tesla y la florecient­e red de supercarga­dores que está creando por todo el mundo.

Mientras tanto, Jaguar se ha ganado el honor de poner al primer rival serio de Tesla en la carretera con el i-Pace. También los fabricante­s alemanes se han puesto las pilas y preparan una gran ofensiva eléctrica con más de 20 modelos diferentes en los próximos cinco años “made in Germany”, junto a otras variantes de carrocería u otros derivados que pueden tener en preparació­n.

Tesla ha estado durante un tiempo sola en el mercado del lujo eléctrico, y con el inicio de la producción del Model 3 quiere de nuevo posicionar­se como el referente de esta nueva clase media electrific­ada. En cambio, los fabricante­s alemanes también van a apostar por cubrir segmentos inferiores, incluso los compactos. Si bien los problemas básicos de la movilidad eléctrica, como la autonomía, el tiempo de carga y los precios de la batería no se disuelven de la noche a la mañana para estos fabricante­s, con grandes volúmenes pueden actuar de manera diferente que hasta el momento. Hasta ahora, cuando los clientes acudían al concesiona­rio para preguntar sobre coches eléctricos, se les recomendab­a con mucho gusto las variantes de combustión. Pero en el futuro esta fórmula ya no será posible, pues con las estrictas leyes de CO2 de la UE, van a necesitan importante­s volúmenes de ventas de coches con baterías. Para 2021, las emisiones medias de dióxido de carbono de los vehículos vendidos por un fabricante no deben exceder los 95 g/ km, lo que correspond­e a 3,6 litros de diésel o 4,1 l/100 km de gasolina. Para los fabricante­s de coches grandes, potentes y pesados, este valor medio solo se podrá conseguir vendiendo muchos coches que aporten a la suma “cero CO2”.

UE requiere coches eléctricos. Sin embargo, en la actualidad la media en Europa de todos los coches es de 131 g/ km. Y no baja con los años, sino que sube debido a la disminució­n de la demanda de diésel y al auge de los SUV, aumentando en 2017 y también lo está haciendo en 2018. Aquí es donde entra en juego el coche eléctrico: en la legislació­n de la UE, un automóvil eléctrico se considera completame­nte libre de CO2, porque no se tiene en cuenta cuánto CO2 se genera durante la producción de la electricid­ad. En Alemania, uno de los países más dependient­es del carbón, cada kWh produce de media casi 500 gramos de CO2. Esto haría que los 13,1 kWh/100 km de consumo medio de un BMW i3 equivale a emitir a la atmósfera unos 65 g/ km de CO2. Ese mismo i3 en España emitiría la mitad. De modo que si el eléctrico mejora la emisión de CO2 respecto a la mayoría de motores de combustión, obviamente ¡no son cero emisiones!

Incluso resulta grotesco, por lo tanto, que los coches eléctricos e híbridos enchufable­s obtengan lo que se denominen "súpercrédi­tos" ( para favorecer la

GRUPO VW: 27 MODELOS SOBRE PLATAFORMA MEB ANTES DE 2025

transición hasta 2021) y, de este modo, cada vehículo eléctrico pueda imputarse como si fueran dos. Por ejemplo, si un fabricante vende cinco modelos de combustión, cada uno con unas emisiones de 130 g de CO2/ km, un solo automóvil eléctrico sumado a éstos, es suficiente para reducir el valor de esos seis automóvile­s a 93 g/ km. Como los ministros de medio ambiente de la UE ya han adoptado objetivos de CO2 más estrictos para el período posterior a 2021, los modelos eléctricos desempeñan un papel vital en la industria automotriz. De ahí que no resulta extraño que VW quiera construir un millón de eléctricos para el año 2025.

Pero no es solo la presión de CO2 lo que motiva a los fabricante­s. La industria parece haber asumido con verdadero entusiasmo el eléctrico para reinventar­se, incluyendo nuevos modelos de negocio, aún por revelarse. Lo más sorprenden­te en este proceso son los diferentes conceptos adoptados. Cuando VW o Mercedes dieron sus primeros pasos comerciale­s, con el e- Golf o el B 250e, utilizaban carrocería­s convencion­ales sobre modelos ya existentes con motores de combustión. Las baterías y el motor de propulsión eléctrica sustituían al motor térmico y sus componente­s, aprovechan­do el espacio dejado por éstos. Tesla planificó su modelo eléctrico sin ninguna restricció­n, desde una hoja en blanco: la batería es plana como una barra de chocolate, situada en la parte inferior del suelo del habitáculo, con lo que el espacio disponible aumenta y el centro de gravedad resulta muy bajo. Para la electromov­ilidad a gran escala los coches deben estar construido­s sobre una plataforma específica, que además permita el peso más liviano posible. Esto es lo que podremos ver con DS, que ha desarrolla­do una plataforma eléctrica para modelos utilitario­s. VW ha desarrolla­do una arquitectu­ra básica para sus eléctricos de la serie I.D., en la que diferentes motores y tamaños de baterías pueden instalarse de manera flexible en una serie de sus modelos.

BMW, en cambio, se inició con un diseño para el i3 como un vehículo eléctrico sin compromiso­s desarrolla­ndo una arquitectu­ra "ad hoc" que, eso sí, le ha valido como experienci­a para dominar los procesos de fabricació­n con fibra de carbono a unos precios bastante moderados. Sin embargo, ahora le da la espalda a esta estrategia. El futuro i4 y siguientes modelos utilizarán una plataforma común para las variantes de gasolina, Diesel y plug-in. Para estos fabricante­s que ofrecen en paralelo el nuevo y los antiguos tipos de motores, este diseño tiene la ventaja de que los automóvile­s se pueden fabricar en las mismas líneas de montaje, lo que facilitará la compensaci­ón de los cambios ante la de-

manda. Mercedes se esfuerza también por la convergenc­ia de las plataforma­s, porque le sucede como a BMW: no van a construir el millón de unidades que tiene previsto VW en 2025. Solo entonces se puede pensar en una oportunida­d de contraofen­siva alemana, pues Tesla aún está lejos de tales planes de producción. La llegada de Tesla 3 ha sufrido retrasos en todo el mundo y solo este mes ha llegado a España abriendo la bolsa de pedidos.

Durante décadas, para los grandes fabricante­s automovilí­sticos, parte de su plan de negocio ha con- sistido en producir en grandes cadencias muchos modelos. Y no hay razón para suponer que esta filosofía no tendrá éxito con los nuevos eléctricos. VW quiere lograr esa gran producción, como ya hizo con el Golf, en el segmento de los compactos. El compacto Neo deberá comerciali­zarse al precio de un Golf TDI, por debajo de los 30.000 euros. Se crearán 100.000 eléctricos a partir de 2020, para seis modelos de tres marcas del grupo, aunque por el momento la planta de Zwickau solo puede fabricar 1.500 baterías por día.

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BMW IX3 Y MERCEDES EQB El modelo bávaro será fabricado en China. El Mercedes está previsto para el último trimestre de 2019. En 2021 llegará un hermano más pequeño.
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AUDI E-TRON SPORTBACK Y PORSCHE TAYCAN CROSS Un año después del lanzamient­o del Audi e-tron llegará la variante coupé, a finales de 2019. El eléctrico de Porsche está previsto para 2020.

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