SKODA KODIAQ RS
Un SUV con siete plazas, Diesel, 240 caballos y con una presentación de tintes deportivos. ¿Cómo se atreve Skoda en estos tiempos? Porque puede.
Un SUV con siete plazas, Diesel, 240 CV y con una presentación de tintes deportivos.
DESPUÉS DE DEJAR HUELLA EN EL campeonato del mundo de rallyes, en los que la mitad de los participantes de la categoría R5 corren con Skoda, ¿cómo no dejar esa huella también en los coches de calle? Y si el público pide SUV, habrá que dárselo. ¿Diesel? Por supuesto, “el mercado sigue pidiéndolo en muchos países”. Por mucho que cuenten, la emisión de CO2 y los consumos de coches con carrocerías de aerodinámica y pesos en contra, predisponen a esta motorización. No es por el precio del combustible, sino por unos consumos asumibles, no muy por encima de los diez litros cuando mueves a buen ritmo sus 1,9 toneladas en vacío. Que, por supuesto, agradecen sobremanera el par majestuoso desde muy bajas vueltas de este tipo de motorizaciones de gasóleo. En “casa”, en las estanterías del grupo Volkswagen, tenían la mecánica ideal, un 2.0 que, con dos turbocompresores, ya animaba con 500 Nm de par las arrancadas del Tiguan Bi-TDI. Acoplado a una caja de cambios de doble embrague DSG de siete marchas, de esta mecánica se puede tener un dulce y contundente empuje o una respuesta vigorosa. No temas por pérdidas de tracción, porque el RS indefectiblemente lleva la tracción total autoconectable del grupo.
Poco han tenido que hacer en el RS para que el Kodiaq digiera todo esto. De hecho, lo más notable ha sido colocar unos discos posteriores de más diámetro (delante lleva los más grandes posibles de la familia MQB, de 340 milímetros). Luego, se han esmerado en merecer el apellido RS dotándolo de nuevos ajustes cuando se selecciona el modo de conducción sport (disponible de serie junto con los Eco, Confort, Nieve y el “individual” que permite personalizar distintos sistemas del vehículo). En Sport se lo dota de unos reglajes del ESP algo más permisivos a la hora de contener los movimientos de la carrocería, con una mayor preponderancia de envío de fuerza a las ruedas posteriores. Asimismo, los amortiguadores variables de serie disponen en este modo Sport de una ley de amortiguación más