EQUILIBRIO NATURAL
La seguridad de un automóvil no es sólo una cuestión de asistentes. Conseguir que un vehículo responda con perfecta armonía a las interacciones del conductor mejora exponencialmente los niveles de atención y confianza. Jimba Ittai representa en Mazda todos esos objetivos, y materializarlos no sólo supone dominar conceptos industriales, sino hacerlo adaptados a la biomecánica del ser humano para lograr una conexión total. La experiencia de Mazda en este campo alcanza nuevos estándares en esta generación de Mazda3 a través de una estudiada ergonomía y cálculos de esfuerzos para concentrar en la pelvis del conductor —el punto de equilibrio para cualquier actividad cotidiana del ser humano— todos los movimientos de carrocería, para que se trasladen al cuerpo de manera suave y continua. Lograrlo empieza con un buen diseño de elementos clave de carrocería, como pilares que no intercedan en la visibilidad, pero también tienen importancia vital los elementos de "contacto": la palanca de cambios se ha elevado y adelantado, el volante tiene mayor regulación y los asientos ofrecen mayor la rigidez en la base, pero cuentan a su vez con un diseño que liberan progresivamente la presión a la altura de los hombros para garantizar mayor libertad de movimientos. Concebido sobre un diseño que juega con dos ejes para lograr continuidad, materiales artesanales o innovadores tratamientos acústicos y antivibración, Mazda ha superado otra nueva dimensión en cuanto concepción del habitáculo.