Disparidad
Me ha resultado muy extraña la disparidad en la conclusión sobre la comparativa entre el Kia Stinger y el Peugeot 508, entre el autor de la prueba el señor González y la del técnico el señor Beltrán. Y no por la lógica y natural discrepancia, y sí por el motivo que para el primero hace ganador al coreano, justo el mismo, entre otros, que hace vencedor para el segundo, el galo. El comportamiento. E incluso el técnico especifica que el francés es mejor en todo menos el prestaciones. Muy extraña esa discrepancia tan "contradictoria". Digamos que deja al lector, cuando menos, atónito o asombrado. No hay para tanto asombro. Mientras que Beltrán se encarga de "su área", todo lo que concierne a los aspectos dinámicos, ensayos sobre una plataforma asfáltica, frenadas al máximo, cotas de dimensiones internas, más alguna valoración del comportamiento en esas situaciones específicas, cerca de los límites de las capacidades del coche, el periodista analiza el coche en su conjunto, en situaciones "diarias", prácticas, realistas, en calle y carreteras abiertas. De hecho, en este caso, los comentarios se hicieron sin ni siquiera comentar entre ellos, el técnico a base de un informe, el probador, redactándolo en la revista. En cualquier caso no creo que se contradigan, sino que se complementan, en situaciones de uso y de apreciación completamente distintas.